El décimo aniversario de la muerte de Juan Soriano fue idóneo para mostrar un rostro que de él luego se pierde, el de su itinerario plástico y visual donde podemos ver desde la primera pintura que realizó, un autorretrato a los 14 años, y un retrato de su hermana Elena, hasta las últimas obras que pudo realizar.
Así lo explicó el titular de la Secretaría de Cultura federal, Rafael Tovar y de Teresa, al inaugurar la exposición “Juan Soriano 1920-2006”, en compañía de la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda y la escritora Elena Poniatowska, en el Museo de Arte Moderno, que se ubica en Chapultepec.
Parte de lo que se puede apreciar pertenece a las colecciones Marek Keller, los museos Soumaya y Amparo, las fundaciones Carlos Slim y Juan Soriano.
“El Estado de Morelos y la Secretaría de Cultura federal hemos estado trabajando desde hace aproximadamente dos años para crear un espacio especial para recordar a Juan Soriano y a su obra”, añadió.
Tovar y de Teresa cree que quienes conocieron al artista, deben tener un gesto de amistad, una anécdota, un recuerdo o una historia que contar de o sobre Juan Soriano. “Por eso, dejo a la intimidad el que cada quien haga su propio homenaje a los 10 años de la ausencia de Juan”, señaló con emoción y sinceridad el funcionario.
La obra de Soriano se ha dado a conocer ampliamente a través de diversas exposiciones locales, nacionales e internacionales, pero su vida, subrayó el responsable de la política cultural de México, “está contenida en el libro que escribió Elena Poniatowska sobre él ‘Juan Soriano. El niño de los mil años’, donde está recogido su espíritu y humor”.
Añadió que el humor de Juan Soriano fue siempre entre perverso y ácido, que siempre terminaba haciéndolo morir de risa de quien tuviera enfrente. “A todos nos une la simpatía, la amistad, el respeto y el reconocimiento por Juan Soriano, un hombre que se reía, para empezar, de sí mismo”, añadió para los presentes en el acto inaugural.
Por su parte, María Cristina García Cepeda, directora del Instituto Nacional de las Bellas Artes (INBA), señaló que en la muestra, integrada por óleos, acuarelas, tintas, tapices, cerámicas y bronces, está todo el genio de Juan Soriano.
“Está su sensibilidad, su pasión por el arte y su don de gente, sin olvidar la calidez de su personalidad. Yo tuve el placer de conocerlo personalmente”, anotó.
