OAXACA, Oax.- El regreso de Javier Nandayapa a esta ciudad para impartir un curso de especialización musical a alumnos del Centro de Iniciación Musical de Oaxaca (CIMO) y ofrecer conciertos como parte de Instrumenta Oaxaca 2015, se da en el contexto de la activación de una asociación civil que retoma el nombre y propósitos del proyecto El rincón de la marimba, como modelo de enseñanza para mantener viva la tradición de la marimba en la entidad.
Es la primera vez que el reconocido marimbista participa en Instrumenta. “Estoy muy contento. Tener la oportunidad de ofrecer un curso de marimba tradicional me parece muy importante. En 12 años de existencia de este programa prestigioso, nunca antes se había contemplado esta área de percusión que siempre queda relegada en las academias o escuelas profesionales de música”.
“Por herencia de mi padre, quien siempre luchó por dignificar la marimba mexicana, nosotros continuamos, pero muchas veces se ven truncados los proyectos”, agregó el menor de cuatro hijos del fallecido Zeferino Nandayapa, quienes han conformado la estirpe de afamados marimbistas de Chiapas.
Este jueves 19 de noviembre, como conclusión de su taller, Javier Nandayapa brindará, al lado de sus siete alumnos, un concierto de marimba tradicional en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), con una muestra de diferentes ritmos, entre ellos, sones tradicionales de Oaxaca y Chiapas.
De los siete jóvenes, dos salieron de Oaxaca y ahora estudian en la Escuela Superior de Música del DF y cinco son alumnos del Centro de Iniciación Musical de Oaxaca (CIMO). “Me interesaba mucho mostrarles cómo ha sido la enseñanza de la marimba tradicional por tradición oral, de padre a hijos durante siglos, que es tiene como base la repetición. Se les enseña la estructura del teclado, cómo tomar las baquetas y las melodías se aprenden directamente; es decir, se empieza a tocar los pasajes y el niño memoriza todo y con la repetición avanza”.
Con la experiencia que le da haber ofrecido diversas clínicas de marimba mexicana en universidades de Estados Unidos, conservatorios y escuelas de música en Europa, Centro y Sudamérica, Nandayapa considera que lo más fácil hubiera sido llevarles a los alumnos una partitura para que la resolvieran con las habilidades y conocimientos que ya tienen, “pero una de las cosas en que les insistía era abrir su sensibilidad e intuición musical, la cuestión del oído, porque en la academia ocurre que cuando tienes una partitura te centras en sacar la parte musical y te olvidas de oír. Realmente ha sido un reto para ellos, pues no están acostumbrados a esto, necesitan la partitura”.
/ADM