GUADALAJARA. Sin la influencia de Pedro Lemebel como escritor y artista plástico la lucha por conquistar los derechos la de la comunidad LGBT+ no hubiera sido la misma, dice Rodrigo Sepúlveda. Por eso cuando le ofrecieron la oportunidad de dirigir la versión cinematográfica de la novela Tengo miedo torero no hubo duda para aceptar el reto.
Una de las razones para realizar esta adaptación era rendirle homenaje al cronista chileno, “porque fue él quien 30 años atrás planta la semilla no sólo en chile sino en Latinoamérica de la liberación y la lucha LGBT”, dice el realizador.
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“No sólo fue un gran escritor y cronista de temas sexuales, un día se puso zapatos de tacón alto, se pintó la ceja, se pone un pañuelo y falda y salió a caminar a la calle. Él no sólo se expone como escritor, sino como ser humano ante un gobierno dictatorial”.
Tengo miedo torero se ubica a finales de los años ochenta en Santiago de Chile. La historia cuenta el encuentro que tiene La loca del Frente, un travesti de escasos recursos interpretado por Alfredo Castro (Tony Manero) quien después de un enfrentamiento con la policía conoce a Carlos, un guerrillero encubierto de origen mexicano con la misión de asesinar a Augusto Pinochet.
Para su versión cinematográfica, la historia original tuvo una modificación en su estructura al convertir al guerrillero que atacará a Pinochet en mexicano. La decisión vino cuando Rodrigo Sepúlveda casteó a Leonardo Ortizgris, quien tuvo que esperar nueve meses para recibir la confirmación para unirse al reparto.
“Imagínate la responsabilidad de escoger a un mexicano para hacer ese personaje, yo pensaba todos los días ‘¿qué van a decir los chilenos?’. Porque seleccionar a Leo significaba cambiar muchas cosas de la historia, que fuera mexicano y que hablara como tal y no como chileno, por eso me demoré tanto en contestarle, pero yo sabía que él era el elegido”, cuenta el director.
Leonardo Ortizgris, quien recientemente protagonizó las cintas Museo y Amores modernos, cambió algunos planes de trabajo para irse a filmar esta cinta a Chile: “Hablaba con mis representantes y les decía: ‘No me importa, este es el proyecto de mi año, yo quiero hacerlo’, porque después me enteré que estaba Alfredo Castro y pensé que esto era algo que tenía que hacer”, dice.
“Me emocionaba no sólo por Pedro Lemebel, a quien conocía por su trabajo como escritor y en el teatro, sino también por la historia, en un Chile que para mí era muy importante, ese de Pinochet, de la dictadura tan violenta que se vivió en ese país”.
La película estrenó en la edición 2020 del Festival de Venecia, donde compitió por el León Queer. En México la cinta estrena en el marco de la 35 edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, para después viajar a otros encuentros como el Festival de Santiago Compostela y La Habana.