Por Iván Gómez Enviado
ANTIGUA, Guatemala. (OEM-Informex).- La devoción religiosa impulsa el turismo en Guatemala y se perpetúa en imágenes que reproducen el culto que dio origen a Antigua, joya colonial del país y Patrimonio de la Humanidad que recibió este fin de semana visitantes de todo el mundo para conmemorar una jornada más de procesión por casi 24 horas, de cara a la Semana Santa. Las calles empedradas de la ciudad, colmada de paseantes mimetizados entre las olas de noviciados de las iglesias locales, escoltando el cortejo desde temprana hora, sirvieron de lienzo para la creación de alfombras de aserrín pintado que dieron aún más color a la ya en sí misma pintoresca localidad.
El quinto domingo de la cuaresma motivó un operativo de tránsito para encausar ríos de automóviles y gente, casi 20,000 vehículos y medio millón de personas, según cálculos de autoridades locales. Los restaurantes abarrotados y un comercio que renace en esta fecha fueron también testigos.
Vendimia en calles y plazas. Familias apostadas en la sombra a la espera de la siguiente estación del recorrido. Pupusas y carne asada; paletas heladas; latas de cerveza entre velos de papel de estraza. Calor abrasador entre burbujas de jabón que los niños soplaban. Seguridad moderada y discreta, solo la necesaria. Una fiesta. El cortejo de Jesús Nazareno de la Caída inició a las 6 de la mañana con paradas en sitios emblemáticos de la ciudad: Calzada Santa Lucía; la Escuela de Cristo; la Catedral de San José; el Parque San Sebastián; la Plaza de la Merced; el cementerio San Lázaro…
Entre “romanos” y música solemne interpretada en el andar, cientos de fieles hombres y mujeres cargaron –también en cientos de turnos- los pedestales inmensos de madera donde figuras labradas y pintadas recrean pasajes de la vida y penuria de Jesucristo del amanecer al ocaso. “Es Jesús, no te cruces, míralo bien”, dice un padre a su hijo. “Sácale video”, se escucha entre la muchedumbre, desde la cual, creyentes o no, muchos observan atentos mientras sin apreciarlo son parte del espectáculo que en cada paso transmite encanto estético y demuestra la permanencia de una tradición que lejos está de perderse.