por Eugenio Díaz
Ciudad de México, 1916. Cien años es sólo un suspiroen la historia del mundo y dos en la historia de lahumanidad. Existen algunas fotos representativas de la época,existen letras, la herencia hecha letra en libros escritos porquienes vivieron el momento; mas no la experiencia inigualable dehaber vivido el momento, o por lo menos de la transferencia deconocimiento, de sentimientos por alguien que sí vivió elmomento.
Hace algunos meses pude entrevistar a Don Nacho Trelles, elhombre con vida más vetusto del futbol mexicano; y qué creen,nació en 196, justo el año que intentamos recrear ennuestras mentes, aquel México, aquella ciudad de losPalacios, sus habitantes, su día, su rutina, sus pasatiempos.
Así que solo nos queda para recrear en nuestrasmentes la realidad del 16 algunas fotos en blanco y negro,algunas películas de cine mudo, lo que dicen los libros y claroestá, nuestra propia imaginación.
Entérate:
Una vida muy distinta aquella sin tanto estrés, sin tan gente,sin contaminación, con entretenimiento, saludable; mássimple todo, aunque el país ciertamente, vivía unaefervescencia particular, la Revolución Mexicana.
Si bien es cierto, por aquellas fechas ya existía unaLiga amateur de futbol en México formada por inmigrantesallegados al país por cuestión de negocios y de trabajo endiversas áreas o industrias, así como socios en clubes deportivosy privados de la alta alcurnia de la comunidad angloparlante todosya, practicantes y conocedores de futbol y que contaban con loselementos necesarios para su práctica. Elsurgimiento de jugadores mexicanos tardó debido a que el futbol,ya organizado en una liga amateur, fue fundado y practicado porinmigrantes, por extranjeros. Señalan los historiadores queunos jóvenes mexicanos que vivían en la colonia San Pedrode los Pinos de la Capital (que aún existe), fueron losfundadores del México FC hacia 1912, es decir, diez años despuésde la creación de la liga amateur.
A diferencia de otros poblados, la Ciudad de México noolía a pólvora. Al ser escenario marginal durante losaños de la revolución, cuyos acontecimientos más significativosocurrieron en el interior, esto parece haber facilitado lasactividades consideradas como normales de la época.
Al mismo tiempo, la compra del América contaría con la fuerzade la plataforma poderosa de la radio y TV en poder de la familiaAzcárraga, que ya en aquella época tuvo la visión de hacerse conel negocio de organizar un Mundial de futbol. Sin conocerel deporte, el futbol, sin saber lo que era gestionar unequipo, una liga difícilmente obtendría tal objetivo.
Por eso resulta tan importante aquella compra en 1959 alpropietario de refrescos Jarritos, Ussac Besudo. El América yahabía sido campeón antes, pero su personalidad, elsignificado de ser americanista cambió para siempre.
La percepción que existe es la de un equipopoderoso, que con dinero logra allegarse de los mejores jugadores,más allá de los grandes futbolistas, producto de fuerzas básicasque han conformado sus campeonatos a través de las décadas.
Muchas veces lo que no te puede dar la vida; te lo da elAmérica, me asegura un aficionado apasionado del azul ycrema, trabajador de la construcción. Ni hablar si la vida te hatratado bien, no se le puede ir a otro. Me comenta otro seguidordel equipo, éste más bien, pudiente.
Son muchas las connotaciones relacionadas con los diferentesequipos, que van desde su origen, pasando por sus mutaciones y porsupuesto, su realidad actual.
Cien años de vida, los últimos 57 con el mismopropietario, o debería decir, la misma empresa, que hizocrecer el negocio, la rivalidad (particularmente con Chivas, Pumasy Cruz Azul).
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