Lo que parecía otra noche de ensueño para Sergio Pérez, se convirtió en una pesadilla cuando tuvo que abandonar el Gran Premio de Bahréin a tres vueltas del final.
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Una falla en el monoplaza del Checo causó que comenzara a sacar humo y posteriormente se incendió, por lo que tuvo que dejar el circuito.
El suceso cerró una serie de accidentes que ocurrieron en el asfalto de Medio Oriente. La competencia tardó en definirse más de lo imaginado debido a que se detuvo en un par de ocasiones por un dramático choque de Romain Grosjean y más tarde la volcadura de Lance Stroll.
El mexicano se vio cómodo durante la carrera con sus compuestos duros. Una breve parada en pits a media carrera lo mandó detrás de Lando Norris y Carlos Sainz, pero en un parpadeo los superó y retomó su tercera plaza; sin embargo, el cierre fue amargo.
Detrás se encontraba Alexander Albon en un cierre que parecía ser dramático, pero al final, el piloto de Red Bull se llevó la plaza.
Lewis Hamilton se llevó la competencia, secundado por Max Verstappen y finalmente Albion.
Pérez buscará su revancha en la misma pista la próxima semana, cuando se corra el Gran Premio de Sakhir.
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