Los sueños en el futbol a veces se cumplen y América está cerca de lograr algo que en torneos cortos no ha podido conseguir. La lista de bicampeones en la Liga MX se limita a Pumas, León y Atlas, tres escuadras de época que marcaron para siempre la historia de sus clubes.
El triunfo en las semifinales en el Clásico de Clásicos deja al cuadro azulcrema a dos escalones de lograr la hazaña que André Jardine se planteó después de la 14. La 15, esa fantasía que parecía complicada tras cuatro encuentros sin conocer la victoria, está a una serie de conseguirse. Las Águilas, con personalidad, son el primer finalista del Clausura 2024, luego de imponerse 1-0 al Guadalajara en la antesala de la final.
El juego en el estadio Azteca no tuvo a esa Águila que todos esperaban. Lejos se ve el dominio y los múltiples goles que los cremas recetaban a cualquier rival que visitaba Santa Úrsula. Ahora, el juego es calculador, con poca emoción, pero la misma efectividad que el torneo pasado, donde se llevaron el trofeo.
La posesión de la pelota fue la que terminó por decantar el encuentro. El global solamente se movió por una desatención tapatía que llegó en el complemento. Chivas quiso ser valiente, aunque la falta de un 9 los dejó con pocas aproximaciones a la meta de Luis Ángel Malagón.
El primer tiempo en el choque de vuelta fue soso, dormilón, con emociones a cuentagotas. El Rebaño mostró ser peligrosos en un disparo del Piojo Alvarado que terminó en el larguero amarillo. Malagón se estiró con todo, sin suerte.
La capacidad de reacción americanista pasó por un medio campo que volvió a ser lo más sólido del local. Dos Santos, Fidalgo y Valdés rescataron a las Águilas de un dominio marcado. Los toques y las incursiones de Calderón y Reyes terminaron por echar al chiverío hacia atrás.
El descanso terminó por beneficiarle al cuadro de Coapa, que volvió con una concentración mayor, luego del sustito rojiblanco. Ya con Cowell y Chicharito en la cancha, América remató la eliminatoria.
La pelota parada le dolió a Chivas. Orozco Chiquete y Tiba Sepúlveda no lograron imponerse. Lichnovsky recentó una pelota que Isra Reyes, el mejor en el terreno hasta ese momento, sacudió con la testa para hacer explotar el estadio.
Jardine no fue al ataque. En un abrir y cerrar de ojos sacó a Henry, también a Valdés y de paso a Quiñones. La solidez de Richard, Naveda y Chava Reyes fueron el candado perfecto para que el Rebaño no volviera a tocar la puerta.
No hubo más. América está en la final luego de echar a su máximo rival y espera a Cruz Azul o Monterrey para buscar ese sueño que el pueblo azulcrema tiene, apuntarse en la lista de bicampeones.
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