Pedro es necio, terco, bordar la novena estrella en el escudo celeste es su objetivo, se convirtió en su meta y obsesión. Levantar el título de Liga con La Máquina es lo único que está en su mente. El 26 de mayo espera que Cruz Azul acabe su larga sequía.
“Estamos trabajando para lograrlo, esperemos que sí (que en su tercera temporada al frente de Cruz Azul, logre el título). Tenemos esa convicción, ilusión y determinación”, aseguró Pedro Caixinha.
Perder la anterior final, dolió, pero la cicatriz está por cerrar: “Yo soy una persona que nunca desiste; sólo desisto para volver a empezar. Eso es algo muy bueno que tengo”, declaró el estratega lusitano.
Esa terquedad que caracteriza a Pedro la tienen que imitar sus jugadores: “La convicción que tengo la debo generar en los demás, es algo que tienes que hacer en la vida, en el deporte, tiene que ver con convencimiento”, expresó.
Caixinha recalcó los objetivos de los celestes, La Máquina fue diseñada para alcanzar todo: “Nosotros sí somos candidatos, desde el inicio lo dije; la plantilla está preparada para hacer historia. Se tiene el objetivo del bicampeonato de copa e ir por la Liga”, destacó.
DISFRUTA LA PRESIÓN
Pedro goza que Cruz Azul sea visto de nuevo como el rival a vencer. Con refuerzos de alta calidad y todas las comodidades para trabajar, la exigencia aumentó: “Cuando eres apasionado por lo que haces, ¿cómo dices que hay presión?; a mí me da una emoción tremenda para ganar, soy un obsesionado”, insistió.
Pedro Caixinha saborea todo lo que los Celestes generan: “Tenemos el reto más importante del futbol mexicano, es lindísimo. Me encanta estar en esta silla y en esta institución. Vamos a ganar, no tengan dudas. Hay que saberlo hacer de manera clara y ética”, dijo.
RECUPERAR LA CONFIANZA
Caixinha sabe que el grupo tiene que volver a ser el de antes, los errores de la final quedaron atrás: “Se perdió y siempre asumiré la responsabilidad. Hemos visto el vídeo del primer gol en la final, se perdió el balón la salida, debemos recuperar esa confianza”, concluyó el etrenador celeste.
