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El cubrebocas que tanto presumió América sobre Guadalajara cambió de portador. Las Chivas le metieron gallardía y actitud al partido de vuelta de la serie de cuartos de final, se creció como hace mucho no lo hacía en Santa Úrsula para dar un golpe sobre la mesa en la cara de su acérrimo rival.
Ni las bajas dolorosas fueron suficientes para detener a unos rojiblancos con decisión que de la mano de los golazos de Cristian Calderón, abrieron el camino rumbo a la siguiente ronda a costa de unas Águilas tibias, que nunca entendieron lo que estaba en juego y se despidieron del semestre con el fracaso a cuestas y el orgullo herido.
Guadalajara celebró su triunfo y ya espera rival en la antesala de la final.
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La hora cero llegó al estadio Azteca. América llegaba a su casa para apelar, una vez más, a la remontada que les diera el boleto a la siguiente ronda a costa de unas Chivas mermadas, que perdieron en la previa a Jesús Angulo y Ángel Zaldívar, pero que contrario a lo esperado, no salieron a encerrarse, por el contrario, propusieron el juego desde sus propias armas y durante varios lapsos del primer tiempo fueron mejores que su rival.
La actitud de Guadalajara parecía la del equipo necesitado de goles. Los hombres de Vucetich se multiplicaron, corrieron por todo el campo, mordieron a su rival, lo incomodaron y al atacar, generaban sensaciones de peligro.
Del otro lado, las Águilas tardaron mucho en darse cuenta de que el partido estaba en juego y requerían anotar para igualar el marcador global, aunque lejos de eso, recibieron un golpe que los mandó directo a la lona cortesía de Cristian Calderón, quien en una calca del partido de ida, se sacó de la chistera un auténtico golazo que puso al Rebaño con un pie en la semifinal.
El Chicote recibió un pase retrasado de Oribe Peralta, acomodó el esférico y le metió todo el empeine para sacar una raya poderosa, directa al ángulo superior derecho de Ochoa, quien pese al vuelo, fue un espectador más. ¡Golazo rojiblanco!
Los Millonetas ahora necesitaban tres goles sin recibir más. La misión ya lucía imposible a falta de 45 minutos por disputarse. La mesa estaba servida para los tapatíos en el segundo tiempo toda vez que el cronómetro ya era un aliado en su causa.
Para el complemento, América salió a matar o morir. Con la urgencia de goles, se jugaron al frente y estuvieron cerca de recortar distancias cuando en un centro al área, Henry Martín fue habilitado con Gudiño fuera de combate, pero cuando se cantaba la anotación, el Tiba Sepúlveda se revolvió para sacarla sobre la línea. ¡Se salvaba el Rebaño!
El reloj seguía su curso, América llenaba de centros el área, pero ni uno con peligro o que siquiera encontrara un rematador como destino. En cambio, la más peligrosa la generó otra vez Chivas mediante un disparo cruzado y lleno de veneno de Antuna que se fue apenas por un costado.
Con los contragolpes se veía más cerca el tercero de Chivas que el primero de América y así fue. El Chicote Calderón se agigantó, volvió a sacar el pincel y desde fuera del área terminó con cualquier aspiración de remontada azulcrema.
De zurda, Calderón le pegó, el esférico pegó en el travesaño y picó dentro del arco. ¡Otro golazo! ¡Otro Chicotazo!
Con la eliminatoria ya definida, América dio patadas de ahogado y encontró el gol de la honra cuando en un contragolpe, Henry Martín condujo la pelota con libertad. Tenía para asistir a Viñas, pero prefirió terminarla de forma individual y con un disparo a segundo poste, puso a su escuadra en el marcador.
Al final, Chivas le metió hielo al partido. Víctor Manuel Vucetich puso un cerrojo para evitar cualquier imprevisto y así cerró la eliminatoria. El Rey Midas desde el banquillo le ganó la partida a Miguel Herrera y se terminó por manifestar en el marcador.
Guadalajara le pintó la cara a América, Cristian Calderón se vistió de héroe y artista para llevarlos a la semifinal. Con sana distancia en el global, el Rebaño dejará en casa a las Águilas el resto de la Liguilla y de paso, les dejó el cubrebocas en su casa.
