Los Tuzos y Toluca hicieron de su enfrentamiento pendiente un animado duelo aunque acabaron con la resaca de un resultado que no les sirve de mucho.
Tuzos y Diablos Rojos empataron 2-2, anoche, en el estadio Hidalgo, que lució media entrada.
El duelo fue de más a menos; los escarlatas pegaron primero por la vía de Fernando Uribe.
Reaccionó el local en el segundo y con tantos del “Shaggy” Martínez y Víctor Guzmán le dio la voltereta; más tarde, Rodrigo Salinas emparejó, dejando la paridad en el marcador.
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Así el duelo, por esta vez, las cosas no fueron ni para el Dios ni para el Diablo.
EL JUEGO
Todo el primer tiempo fue de color rojo intenso.
Toluca se topó con los peores 45 minutos del Pachuca en lo que v del torneo. Los Tuzos hidalguenses fueron una pena en ese arranque, empezando por un disparo que Urretaviscaya mandó a la estratosfera y a la nueva lesión de Edson Puch. Qué mala pata.
No hubo mayor noticia de los hidalguenses, que deambularon por la cancha, sin tino para ligar pases ni meter intensidad al encuentro.
Diego Alonso lucía incrédulo ante la inoperancia de su plantel, su carencia de espíritu y juego. Nada de nada.
Así, los Diablos Rojos de Toluca se movieron a placer.
Se dejaron llevar por la inercia de Canelo y Barrientos, que se daban un festín ante los espacios que se encontraban en las defectuosas salidas de Pachuca.
En una de tantas fallas, Barrientos se plantó en el área y aunque Alfonso Blanco atajó el primer disparo, al contrarremate, Fernando Uribe clavó el 1-0 al minuto 24.
Los escarlatas nunca tuvieron réplica del rival, así que se fueron acomodando. Pudieron aumentar la cuenta pero su ofensiva se relajó y ya no fue contundente.
Irse al descanso con el 1-0 sabía a poco para los choriceros pero nunca había sido tan fácil.
Fuerte habló Diego Alonso en el entre tiempo.
O al menos eso pareció, ya que los Tuzos eran totalmente diferentes cuando volvieron a la cancha.
Y lo más increíble aún, es que en menos de quince minutos les dieron la vuelta al marcador.
Quizá también se combinó que los Diablos no regresaron enchufados; la realidad es que el empate llegó gracias al cañón de Honda y los riñones del “Shaggy” Martínez para ir a buscar un rebote que le quedó para el 1-1.
Y el 2-1 sí tuvo futbol: de Urretaviscaya para el goleador inesperado, Víctor Guzmán, que definió como los dioses para la voltereta. Así, el “Pocho” lleva siete tantos en su cuenta personal; más que ningún otro mexicano.
El encuentro, soso en el primer tiemo, se fue a las nubes durante la parte complementaria.
A los visitantes se les metió el demonio en el alma y fueron adelante, equilibrando las acciones con orden y fuerza. Con esos argumentos, empataron 2-2 con jugada pensada por el timonel Hernán Cristante en la banca, ya que su relevo, Delgadillo, puso el pase a Rodrigo Salinas para el 2-2.
Sin cuál claridad, sin mucha estética pero el juego se tornó emocionante al final. Toma y daca que estaba para cualquiera; los Diablos Rojos en esa lucha perdieron a Pablo Barrientos al minuto 83, expulsado por doble amarilla.
Ya que no era muy útil que digamos la igualada, Pachuca y Toluca se trenzaron en el cuerpo a cuerpo, en el golpe a golpe.
Ya ninguno acertó.