El Clausura 2020 inició de la peor manera para Cruz Azul. El equipo cementero llegó como víctima al estadio Azteca y un zorro precavido pero astuto supo aprovechar las circunstancias.
Atlas llegó con todo su favor para salir con los tres puntos en la bolsa y lo lograron. La Máquina, parchada en todas sus líneas, resistió lo más que pudo, sólo que el final no los favoreció y volvió a aparecer su maldición de los goles en contra en los últimos minutos.
Elías Hernández maravilló con un golazo, el debutante Ángel Márquez empató e Ignacio Jeraldino arruinó la fiesta celeste, con Santiago Giménez como invitado principal. 1-2, final.
El camino hacia la novena inició de forma sinuosa para Cruz Azul y sólo demostró que le urgen más refuerzos.
Noventa años sin título de Liga se reunieron ayer en el Coloso de Santa Úrsula. 68 de Atlas y 22 de Cruz Azul. Ambos llegaron a la fecha inaugural con realidades distintas.
¿Equipo reforzado? Eso no sucedió con los locales, ya que no presentaron ningún refuerzo y, por el contrario, lo hicieron con notables ausencias. Pablo Ceppelini, Luis Romo y Sebastián Jurado brillaron por su ausencia.
Eso sí, fueron unos cementeros a la mexicana, con ocho jugadores aztecas de arranque. Víctima de las circunstancias o no, sólo tres extranjeros y 15 mexicanos entraron en la convocatoria del técnico Robert Siboldi. El charrúa hasta se dio el lujo de debutar a Alexis Gutiérrez y le encargó el ataque a un joven de 18 años. Santiago Giménez se llevó todas las miradas y también los aplausos.
Los Zorros sí presentaron cuadro renovado. El timonel Leandro Cufré sufrió la baja del lateral Jesús Angulo por lesión, pero debutó a tres de sus cuatro refuerzos: Javier Abella, Luciano Acosta e Ignacio Geraldino. Un ataque rojinegro completamente nuevo.
Así, la Máquina comienza con un descalabro su camino a la novena estrella, pero nada pinta para que este torneo sea el bueno.