El Clásico Nacional se pintó de azulcrema y el culpable de eso fue Giovani dos Santos.
Muchas veces criticado y cuestionado, esta vez el mediocampista azulcrema hizo suyo el protagonismo con un zapatazo de media distancia que gritó con todo en la celebración.
Un golazo que hizo gritar a los miles de aficionados que se quedaron con las ganas de vivir el encuentro en el estadio.
Chivas intentó, pero no pudo. Las Águilas se encerraron y la apuesta les resultó. El Superclásico fue azulcrema y la noche fue del 10.
Un encuentro atípico y a la vez histórico se vivió en el estadio Azteca. América y Chivas saltaron a la cancha con un marco nada usual en esta clase de cotejos, los dos equipos más populares del país estuvieron solos en Santa Úrsula y así se jugaron el orgullo.
Las Águilas no pudieron contar de inicio con Federico Viñas. Giovani dos Santos fue la apuesta para reemplazarlo, una carta que generó cuestionamientos a Miguel Herrera por lo poco mostrado por el 10 americanista en el último año, pero el futbol y el destino le darían un tanto la razón al timonel azulcrema.
Guadalajara inició intenso, con ganas de tener la pelota y faltarle el respeto en su casa a su acérrimo rival. Antuna y Brizuela buscaban por las bandas, Vega y Macías hacían lo propio por dentro, pero todos eran contenidos por una zaga crema que apelaba a la concentración que su entrenador tanto ha reiterado a lo largo de la campaña.
Dicen que los goles que no hagas los verás hacer y el adagio futbolero no falló. Gio respondió a la confianza del Piojo al recibir una pelota en los linderos del área, buscó el espacio para buscar la portería y cuando lo encontró, metió un zurdazo potente que fue a dar pegado al poste derecho de Gudiño, que nada tuvo que hacer. ¡Gol de América!
En el arranque del complemento América inició más intenso, buscaban el segundo gol y probaron con un par de disparos al arco de Gudiño que carecieron de dirección de arco..
Sobre la hora Guadalajara coqueteó con el empate. Oribe Peralta prendió una bola dentro del parea que pasó muy cerca y al final, un cabezazo picado quería colarse cerca del poste, pero Ochoa se quedó con ella sin dar rebote.
Con el silbatazo vinieron empujones propios de la calentura de la rivalidad más grande de la Liga MX, pero no pasó a mayores.
América se quedó con el Clásico, el primero de los tres que tiene en fila. Colgó su primer cero de la campaña y se declara listo para medirse a Cruz Azul.