El efecto de una voltereta a Diego Carretero propició que eljoven espada albaceteño saludara hoy la única ovación de unatarde somnolienta en Las Ventas, en la que el mexicano Leo Valadezanduvo por debajo de su lote y el francés Andy Younes pasó depuntillas en su debut en Madrid.
Novillos de Montealto, bien presentados y, aunque cumplieronsobradamente los seis en el caballo y tuvieron también nobleza,sin embargo, se vinieron muy abajo en el último tercio. Si acaso,destacó el cierto temple del sosito primero y la codicia deldesclasado quinto, que también se apagó pronto.
Leo Valadez, silencio tras aviso y silencio tras aviso.
Diego Carretero, silencio y ovación.
Andy Younes, silencio y silencio.
La plaza registró tres cuartos de entrada (18.051 espectadores)en tarde entoldada y agradable.
Y lo fue porque, en ocasiones, se hizo necesario el "puyazo" dela nicotina para aguantar una tarde soporífera, esas deincontables bostezos, de charletas ajenas a lo taurino con elvecino de localidad o de mirar constantemente el móvil para saberqué estaba pasando en la corrida de "figuras" de Aranjuez.
Porque más allá de la cantidad de suertes que ensayaron lostres novilleros con el capote, especialmente el mexicano Valadez,no hubo ni una sola brizna de toreo fundamental reseñable.
Hubo lances a la verónica, largas cambiadas, chicuelinas,gaoneras, caleserinas, crinolinas y hasta zapopinas, algo deagradecer, como también fue ver que los seis novillos de Montealtocumplieron sobradamente en el caballo.
Otro cantar fue el desarrollo de los últimos tercios, a caballoentre la falta de clase y lo rápido que se apagaron los desrazadosutreros de Agustín Montes, y el poco acierto también la terna denovilleros, que, dicho sea de paso, tampoco anduvieron lo que sedice inspirados.
La peor parte se la llevó el mexicano Leo Valadez, pues a susmanos fue a parar el lote menos malo. Su primero, aún siendo unpunto sosito, fue de lo más bonancible para la muleta; y Valadez,que evidenció un buen sentido del temple, sin embargo, no seacopló nunca con él, haciendo un toreo en línea, para fuera ysin ajuste.
Y el cuarto, aún sin clase, tuvo también movilidad, y elhidrocálido, que se las sabe todas, tampoco pasó de voluntariosoen otra faena tan larga como ventajista y anodina en loartístico.
Diego Carretero saludó la única ovación de la tarde,reconocimiento que vino a recompensar la impresión de una tremendavoltereta que cobró al instrumentar la segunda bernadina de fin defaena. La estampa del torero desmadejado y con la taleguillarasgada de arriba a abajo animó al publico a dar aliento al deHellín con unas cariñosas palmas tras una buena estocada alsegundo intento.
Y el francés Andy Younes se marchó de puntillas en su debut enMadrid. No pasó prácticamente de las probaturas con el muyquedado tercero; y tampoco dijo nada con un sexto de lo másdesabrido.