El rascacielos de 49 pisos debió ser un condominio de lujo paralos nuevos ricos en Bangkok, pero nunca fue terminado por elestallido de la crisis económica que estremeció a Asia en1997.
Hoy se le dice la "Torre Fantasma" y es un monumento a loserrores del pasado, un objeto curioso que atrae a numerososvisitantes.
"Sathorn Unique", que se encuentra junto al río Chao Phraya, esvisitado diariamente por decenas de extranjeros, que observanatónitos el esqueleto decrépito de la estructura. No viven allílos yuppies de Tailandia, sino murciélagos, ratas, malezas,árboles y un gato blanco y negro, que fue visto un díapaseándose por un balcón del séptimo piso.
"Esto se va para arriba", dice un graffiti irónico en el quintopiso, aludiendo a las grandes ambiciones del proyecto.
Cerca de la entrada hay un desvencijado santuario improvisado.Junto a cenizas de incienso hay una imagen amarillenta del finadorey de Tailandia luciendo sus mejores galas. También unas botellasviejas de Red Fanta, la bebida preferida del fantasma, según elguardia Suwaschai Dadaelor. En el boom de los años 90 surgieronnumerosos rascacielos que cambiaron la silueta de Bangkok y habíagrúas por todos lados.
El arquitecto y empresario de la construcción Rangsan Torsuwantenía dinero para regalar, producto de ostentosos rascacielossobre la playa Pattaya, que vendía antes de construirlos. Hastaque llegó lo que los tailandeses llaman la crisis del "Tom YumGoong", aludiendo a una sopa picante. Comenzó cuando el Gobiernodevaluó inesperadamente el baht, la divisa local. Losinversionistas sacaron su dinero tan rápido como pudieron ydesataron una crisis regional.
Unos 500 proyectos de construcción importantes -desde centroscomerciales hasta trenes elevados- fueron interrumpidos.
La mayoría se completarían más adelante. Pero no el de laTorre Fantasma. Rangsan fue acusado en 1993 de tratar de asesinaral presidente de la Corte Suprema. El caso se prolongó eternamentehasta que fue hallado culpable 15 años más tarde, para ser luegoexonerado. A esa altura los potenciales inversionistas no queríansaber nada con el proyecto.