Antigua estación para el cambio de los caballos, convertida en1890 en hostería visitada por artistas europeos que viajaban a laCiudad Eterna, el restaurante L’Archeologia ofrece ahora unamezcla entre la tradición y la innovación culinarias.
Ubicado en la vía Appia Antica, la carretera que conectaba aRoma con “Brundisium” (Brindisi), uno de los más importantespuertos de la antigüedad, el restaurante fue edificado sobre uncomplejo funerario que data del siglo I después de Cristo.
Las ruinas arqueológicas que dan un carácter único al localconsisten en un mausoleo externo y un sepulcro subterráneo que hoyfunciona como depósito de vinos, explicó su propietario, GianlucaPasquali.
Dijo que el complejo formaba parte de un monumento fúnebre decarácter familiar. Actualmente el restaurante esconde en susfundamentos los restos del mausoleo subterráneo, que hace casi dosmil años se extendía por unos seis metros de longitud.
En el depósito de vinos hay todavía una ventanilla que da a lavía Appia Antica por la que a finales del siglo XIX se descargabade carretas la bebida, que era resguardada en barriles paramantenerla fresca.
Según Pasquali, los antiguos propietarios tenían también ungran huerto en el que cultivaban alcachofas, asadas en el centrodel jardín durante la fiesta de la cosecha.
L’Archeologia tiene como excepcional escenografía el parquede la Appia Antica y la también llamada “Regina Varium”, lareina de las carreteras en la antigua Roma, considerada una de lasmás importantes obras de ingeniería del mundo antiguo.
Realizada a finales del siglo IV antes de Cristo, la vía AppiaAntica tuvo un enorme impacto económico, militar y cultural en lasociedad romana y sus restos son ahora una de las metas preferidasdel turismo arqueológico.
La función primordial de la Appia Antica fue la de garantizarun rápido movimiento de las tropas hacia el sur, a fin deconsolidar el dominio de Roma en la península itálica, aunquedesde el inicio se convirtió en una vía fundamental para elcomercio.
En el año 71 antes de Cristo unos seis mil esclavos rebeldesguiados por Espartaco, que habían sido capturados en batalla,fueron crucificados en la Appia Antica, en el tramo que iba de Romaa la localidad de Capua, como advertencia a todos los esclavos delimperio.
La carretera fue restaurada y ampliada por los emperadoresAugusto, Vespasiano, Trajano y Adriano, aunque tras la caída delimperio romano en el año 476 de nuestra era la falta demantenimiento provocó gradualmente el abandono de ampliossegmentos del recorrido.
En el Medioevo la Appia Antica se convirtió en la carreterausada por los cruzados para llegar a Brindisi y de ahí embarcarsea Tierra Santa.
Después pasó a ser etapa obligada de peregrinos en busca delas indulgencias papales y entre los siglos XVIII y XIX fue una delas metas predilectas de artistas, literaros e intelectuales, comoGoethe, Dickens, Stendhal, Zola, Gogol o Byron, para quienes unavisita a Roma y su campiña era un paso necesario en suformación.
El propio Goethe fue retratado con la Appia Antica parasimbolizar la unidad entre el hombre y la naturaleza y al lado delMausoleo de Cecilia Mettella, que data del siglo I antes de Cristoy es uno de los monumentos arqueológicos más importantes de lazona.
Colindante con el restaurante L’Archeologia también están elsepulcro del hijo del emperador Massenzio, Valerio Romolo; la Villadei Quintili, construida en el siglo II por la familia noble de eseapellido y de la que se apropió por la fuerza el emperador CésarLucio Marco Aurelio Commodo y las catacumbas de San Sebastián ySan Calixto.
El redescubrimiento de esos monumentos, además del incesantearribo de comerciantes y peregrinos penitentes, o el interés depintores en inmortalizarlos en sus lienzos favorecieron elsurgimiento en la Appia Antica de hotelillos, tabernas, estacionesde cambio de caballos, mercados o ferias.