"El taller de papá Noel" trabaja a toda máquina en Yiwu, enel este de China, donde miles de obreros aseguran la produccióndel 60 por ciento de las decoraciones navideñas consumidas en elmundo entero.
En una fábrica de arbolitos de plástico, inmigrantes llegadosde remotas provincias rurales chinas cortan y tornean las falsasramas que formarán el árbol navideño en algún hogar delplaneta.
Un 80 por ciento de la producción de la fábrica de Sun Xudanse exporta pero los pedidos de los dos últimos meses del añoalimentan sobre todo el mercado nacional, donde la popularidad dela Navidad sigue en aumento, sobre todo en las tiendas y loscentros comerciales.
"La demanda interior creció estos últimos años", explica ladueña, que en cinco años tuvo que duplicar el espacio de sufábrica. Muchos de los pedidos emanan de sitios de venta en líneacomo Taobao, número uno del sector.
Empleados 10 meses por año, los obreros de Sun ganan entre tresmil y cuatro mil yuans (entre 410 y 550 euros) por mes.
En una gran tienda de Yiwu, una comerciante, Qiu Xuemei, aseguraque sus ventas de decoraciones y luces navideñas aumentaron un 20por ciento este año a pesar de la caída de los pedidosprocedentes de Rusia, que enfrenta dificultades económicas.
La reciente caída de la moneda china ayuda a las exportacionesy compensó el efecto ruso, señala.
"Los negocios van bien porque nos concentramos principalmente enlos mercados de América del Norte y del Sur", dice Qiu.
Sus empleados ya casi están de vacaciones: la producción sedetiene diez días antes de Navidad, pero ellos no necesariamentecelebrarán la fiesta cristiana.
"No compré arbolito. La Navidad no nos interesa demasiado",comenta uno de ellos.