La ciencia le ha dado a la humanidad la oportunidad de ver cosas increíbles, pero también algunas que pueden resultar incómodas y hasta peligrosas, como el análisis de parásitos que existieron hace 200 millones de años.
El grupo de investigadores de la Universidad de Mahasarakham, Tailandia, descongeló a estos gusanos prehistóricos que permanecían intactos dentro del excremento de una especie extinta.
Puedes leer también: El río Nilo: la clave para conocer cómo se transportaron las piedras para construir la pirámide de Giza
Los científicos creen que la muestra conocida como coprolito (heces fosilizadas) pertenecían a una un fitosaurio, un dinosaurio depredador que era parecido a un cocodrilo.
Al abrir la pieza fosilizada encontraron cinco tipos de restos parásitos, cada uno de entre 50 y 150 micrómetros de largo, los cuales fueron diseccionados para un mejor análisis en el microscopio.
Este estudio, publicado en la revista Plos One, es de mucho interés, pues encontrar parásitos de tan antiguos es en extremo complicado, ya que muchos de ellos no lograron sobrevivir a los cambios que tuvo el planeta. Ahora fue posible mirarlos de cerca.
"El coprolito es un importante tesoro paleontológico que contiene varios fósiles no descubiertos y amplía nuestra comprensión de los ecosistemas antiguos y las cadenas alimentarias", dijo el paleontólogo Thanit Nonsrirach al medio Inverse.
Además, esta muestra resulta extraña porque los parásitos generalmente habitan en los tejidos blandos de su huésped, pero rara vez se conservan como fósiles. Fue encontrado por pobladores y afortunadamente llegó a manos de los científicos.
Aunque se menciona que los gusanos son infecciosos, no representan un peligro para quienes los estudian.