El 5 de mayo de 1862, hace 160 años, las tropas francesas llegaron a Puebla y atacaron los Fuertes de Loreto y Guadalupe, con la intención de tomar la ciudad y avanzar hacia Ciudad de México.
Sin embargo, fracasaron, fueron repelidos en heroica defensa por el ejército mexicano, dirigido por el general Ignacio Zaragoza. Las tropas francesas se retiraron pero no dejaron México, desde Veracruz solicitaron refuerzos. Al siguiente año sitiaron Puebla durante 62 días, hasta su rendición y los franceses avanzaron hacia la Ciudad de México, en donde protegieron a Maximiliano de Habsburgo, hasta que se retiraron 4 años después.
La Batalla del 5 de mayo representa el deseo de los mexicanos de no ser colonia de nadie. La celebración también se lleva a cabo en Estados Unidos, porque Francia deseaba hacer de México un contrapeso contra la nación norteamericana, y la Batalla del 5 de Mayo fue un intento para impedirlo.
Veinte años después, en 1882, los franceses regresaron a Puebla y esta vez el gobierno les dio entrada a los Fuertes de Loreto y Guadalupe. En esta ocasión no llegaron como invasores, sino como científicos. La motivación no surgió en los deseos de conquista, sino en el tránsito del planeta Venus sobre el Sol.
EL TRÁNSITO DE VENUS
Se da de vez en cuando que desde la Tierra observamos al planeta Mercurio o al planeta Venus pasar sobre el disco solar, lo que llamamos Tránsito.
Algo que sólo sucede con estos planetas, ya que sus órbitas están contenidas dentro de la órbita de la Tierra, así, Marte o Saturno jamás se colocarán entre el Sol y la Tierra.
Gracias a los tránsitos, los astrónomos pueden estudiar a los planetas, sus distancias y calcular la distancia al Sol.
Por ejemplo, durante el tránsito de 1761, el científico ruso Mijaíl Lomonosov, desde el observatorio de San Petersburgo, descubrió la atmósfera del planeta Venus.
En ese mismo tránsito, astrónomos de varias partes del mundo midieron la distancia al Sol, medición que había hecho Aristarco de Samos en el siglo 3 a. C. En 1761 se obtuvo 153 millones de km de la Tierra al Sol. Hoy conocemos esa distancia en 150 millones de km.
Aunque los tránsitos de Mercurio y Venus son eventos astronómicos importantes, no son frecuentes. Se tienen unos 13 o 14 tránsitos de Mercurio cada siglo, el último fue en 2019 y el siguiente será en 2032, pero no será visible en México.
Mientras que los tránsitos de Venus son menos frecuentes, unos 4 cada 243 años, ocurren cada 105.5 o 121.5 años. Hubo en 1874 y 1882 y luego en 2004 y 2012. No hubo en el siglo XX. Los tránsitos de Venus vienen en pares, separados por 8 años. Los siguientes serán en 2117 y 2125.
Los eclipses son un caso especial de los tránsitos. Además, el método de tránsito ha sido muy efectivo en el descubrimiento de exoplanetas. Los astrónomos detectan la variación de la luminosidad de las estrellas cuando un exoplaneta pasa sobre la estrella.
PUEBLA Y FRANCIA
En diciembre de 1874, astrónomos y científicos de México formaron una digna misión científica en Japón. El presidente Manuel Lerdo de Tejada nombró al astrónomo y geógrafo Francisco Diaz Covarrubias al mando de la expedición.
Hace 140 años, para el segundo Tránsito del siglo XIX, en 1882, 20 años después de la batalla del 5 de mayo, Francia envió comisiones científicas a varios países del mundo. La comisión dirigida por M. Jean Jacques Anatole Bouquet De La Grye tuvo la suerte de ser enviada a México, a la ciudad de Puebla.
Sin duda, los científicos franceses recordaron la Batalla del 5 de Mayo ocurrida 20 años atrás. Pues inspeccionaron los fuertes de Loreto y Guadalupe y sus alrededores, buscando un lugar para establecer su campamento científico. Veinte años atrás, centenares de jóvenes franceses yacían muertos en las mismas tierras, fueron recogidos al día siguiente por los mexicanos, quienes los incineraron.
Los científicos franceses se instalaron, con permiso de las autoridades mexicanas, en la capilla del Fuerte de Loreto, desde ahí mantuvieron comunicación telegráfica con otras estaciones. En los alrededores de los fuertes, en donde hoy se encuentra el Museo de la Evolución y el Planetario M. Germán Martínez Hidalgo, colocaron sus instrumentos de medición. Estuvieron acompañados por los astrónomos mexicanos de apellidos Ferrari y Santies.
El 6 de diciembre de 1882 durante el tránsito de Venus, los astrónomos franceses en Puebla y los astrónomos mexicanos en el observatorio de Chapultepec, hicieron excelentes mediciones astronómicas.
En el reporte a la Academia de Ciencias de París: Mission Du Mexique (Puebla, Fort Loreto, le 16 décembre 1882 ), De La Grye escribió: "Ya he indicado, señor Presidente, que el estado atmosférico de Puebla parecía ser absolutamente favorable a la observación del paso de Venus".
El tránsito de Venus de 1882 dejó una notable derrama de conocimientos científicos, pero también impactó a la sociedad. En el centro de Ciudad de México se inauguró meses después, en 1883, una pulquería llamada: Tránsito de Venus. El compositor estadounidense John Philip Sousa, conocido por la marcha Estrellas y Barras por Siempre (Stars and Bars Forever), escribió una marcha militar titulada The Transit of Venus, y años después escribió una novela con el mismo título.
Mientras México rechazó a los franceses cuando llegaron como invasores, les abrió las puertas cuando llegaron como científicos, una digna postura de nuestro país en el siglo XIX.
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