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Dar, comprar, obsequiar, son los verbos que utilizamos como papás intentando que nuestros hijos sean felices. Uno de los puntos que nos unen como especie, hablando como papás, es el hecho de querer dar más de lo que nosotros recibimos, sean juguetes, educación, oportunidades para el desarrollo, etcétera.
La caída del muro de Berlín condicionó al mundo a tener un solo sistema. ¿Te has puesto a pensar cuántas cosas nos venden que no creíamos necesitar pero que ahora parecen indispensables? El mundo capitalista se ha traducido en un constante bombardeo de productos y servicios.
Ahora se habla de un decálogo a nivel federal que incluye la idea de reducir nuestro consumo. Si ya tienes un par de zapatos, para qué buscar otro más, escuchamos desde el púlpito. Volvemos al mundo blanco y negro, a los extremos en el discurso, a nuestra necesidad como papás de buscar el punto medio que más nos convenga.
Diego y Carlos debaten cómo a veces incluso el circulo social en el que nos desenvolvemos afecta nuestras decisiones materiales y monetarias, o cómo querer una mejor educación involucra más que pagar una colegiatura, y a veces nos perdemos en el mundo capitalista que tanto puede gustar, pero que también absorbe todo nuestro esfuerzo y dinero.
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