La familia Falcón Ochoa desde 1987 y hasta la fecha ha sido visitada por Objetos Voladores No Identificados, OVNIS. No tienen pruebas, pero tampoco dudas. Por 35 años los avistamientos han sido frecuentes para tres de los 10 miembros que la conforman. Pero son seis los integrantes que cuentan con anécdotas de platillos voladores, conos iridiscentes, luces fugaces y “monitos grises con antenas”.
“Cuando se nos aparecen todo se apaga, los coches, los celulares y una pesadez en el cuerpo, no nos deja mover”, dice Martha, la hija de los protagonistas de esta historia.
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Hoy 2 de julio, como cada año, se celebra el Día Mundial de los OVNIS. La fecha coincide con el aniversario del Caso Roswell, uno de los más simbólicos y emblemáticos del “mundo alienígena”.
Un día como hoy, pero de 1947, cayó un objeto volador no identificado en una zona desértica de Nuevo México. Años después la verdad fue develada, las piezas localizadas correspondían un radar aerostático creado por los estadounidenses para espiar a Rusia en los primeros días de la Guerra Fría, llamado el proyecto Mogul.
Esta bomba de humo abrió paso a que el rumor de la visita alienígena tomará fuerza en el mundo terrestre. La familia Falcón Ochoa asegura que sí existen y que seguido nos visitan.
A unos 40 minutos del centro de León se ubica la comunidad de Mesa de Ibarrilla, lugar en el que Antonio Falcón nació, creció y logró una familia a lado de Socorro Ochoa. Juntos tuvieron ocho hijos, cuatro de ellos fueron testigos al menos una vez de las visitas extraterrestres. Coco y Toño son quienes más encuentros han presenciado.
“La primera vez que los vimos estábamos jugando beisbol, todos los de la comunidad. A lo lejos veíamos como un camión estacionado, pero donde estaba no había paso, ninguno. Estaba lleno de árboles”, recuerda Coco y Toño de la primera vez que vieron un OVNI.
Ese día era 10 de abril de 1987 y aunque muchos en la comunidad vieron “el camión” en un sitio sin acceso, nadie se acercó al momento. Horas después, cuando pudieron llegar al lugar donde estuvo parado el OVNI, la meseta estaba extrañamente quemada. A partir de ese momento, Mesa de Ibarrilla estuvo en boca de todos y el camino de terracería lucía abarrotado por la decena de curiosos que subieron a ver OVNIS.
Coquito y Toño viven a pie de la cima en la que los OVNIS visitaron León por primera vez. Desde esa ocasión las luces en el cielo y objetos voladores no identificados, pero bastantes luminosos, los visitan frecuentemente.
Aunque el último avistamiento fue el 9 de septiembre de 2009, Coco, su esposo, hijos y nietos siempre observan el cielo en espera de los alienígenas que ya consideran sus amigos. Aunque nunca han entablado algún tipo de conversación, Coco y Toño viven con la incertidumbre de saber que hay más allá.
Ahí en Mesa de Ibarrilla muchos han sido testigos de las extrañas visitas, pero no quieren hablar. Han pasado 35 años desde el primer avistamiento y hasta el momento, la única persona que ha logrado registrar los extraños objetos voladores es el leonés Rigo Montes, fiel creyente del fenómeno OVNI en la ciudad.
Sin embargo, la calidad de las imágenes no permiten ver con claridad el objeto volador. Hasta la fecha no se ha logrado registro fidedigno de este acontecimiento paranormal en la ciudad leonesa.
Publicado originalmente en El Sol de León