/ domingo 18 de octubre de 2015

Cambio climático obliga a revisar leyes de biodiversidad

Por NIDIA MARÍN ||El Sol de México||

PRIMERA DE DOS PARTES

Sonó laaldaba por el cambio climático y México abrió el portón. Haceun rato que lanza retos al Ejecutivo y al Legislativo. Hoytambién. Antes de que un cerrojazo nos atrape los dedos, esnecesario revisar los artículos 69, 73 y 76 de la Constitución ysus facultades:

En la expedición de leyes(artículo 73); análisis de la política exterior y la aprobaciónde tratados internacionales y convenciones diplomáticas (artículo76); revisión del estado que guarda la administración públicadel país y, en caso de requerirlo, pedir ampliar la información ocitar a los secretarios de Estado a comparecer (artículo69).

Han pasado décadas desde que loscientíficos han estado alertando sobre los estropicios del cambioclimático. Hoy, los investigadores del Instituto BelisarioDomínguez del Senado de la República también encienden los focosrojos. María Zorrilla Ramos y Dení Rayn Villalba, dan a conoceren este rubro Temas Estratégicos, (en los Cuadernos deInvestigación), “Principales retos e implicaciones de la LeyGeneral de Cambio Climático para la biodiversidad y los serviciosambientales”.

¿Cómo afectará el cambioclimático a la biodiversidad?, preguntan por ejemplo. Lodesmenuzan al advertir lo que dijo el doctor José Sarukhán acercade que un cambio tan rápido como el que actualmente estáocurriendo “puede provocar que muchas especies no puedanadaptarse, con lo que se debilitarían los ecosistemas de loscuales dependemos”.

(En México las institucionescientíficas han presentado diversos ejemplos de la forma en que sedan estas modificaciones. Uno de los de mayor impacto es lo quesucede con las ranas de los bosques de niebla: “Estos anfibiosdependen de la alta humedad ambiental que existe en las áreasdonde se encuentran estos ecosistemas para conseguir sureproducción, debido a que sus huevos se desarrollan sólo ensitios muy húmedos. Si esta humedad ambiental se reduce durantelargos periodos -como ya ha sucedido en algunas regionestropicales-, los adultos no tienen descendencia, ya que sus huevosse desecan y mueren rápidamente. A la fecha, los biólogos creenque por ésta y otras causas se han extinto 74 especies de ranas delos bosques de niebla del mundo”.

(Quizás es una buena parte ha ocurrido en losbosques mexicanos. De acuerdo al Conabio 2010, no existe unaevaluación reciente que permita determinar con exactitud el áreaque cubre el también llamado Bosque Mesófilo de Montaña, aunquese trata “del ecosistema más amenazado en el país”. Se estimaque menos del 1 por ciento del territorio nacional está ocupadopor este tipo de vegetación -8 mil 809 kilómetros cuadrados- yaproximadamente un 50 por ciento de la superficie original ha sidoreemplazada por otros tipos de cobertura.

(El también bosque de niebla sedistribuye en pequeñas porciones de 20 estados de la República,en altitudes entre 600 y 3 mil 100 metros sobre el nivel del mar.El prototipo de este ecosistema está en el norte de Oaxaca, alláen el que fuera el reino de los hongos alucinógenos, conocido anivel mundial en la década de los setentas gracias a MaríaSabina, la famosa chamana mazateca y a Gordon Wasson, el micólogoque escribió sobre su sapiencia y produjo un “boom” mundialentre los “hippies” que en aquellos años abarrotaron elmágico bosque de niebla de Huatla de Jiménez).

Es únicamente un caso de tantos queexisten.

De las olas de calor a lasinundaciones

Zorrilla Ramos y Rayn Villalba, porsu parte, refieren los efectos del cambio climático. Y ojo, losmismos incluyen modificaciones “en la distribución geográfica yestacional de las lluvias, sequías, pérdida de cosechas,inundaciones, aumento en el nivel del mar, olas de calor, tormentasy huracanes, retracción de los glaciares, deshielo del suelocongelado de la tundra, congelamiento tardío y descongelamientoprematuro de ríos y lagos, cambios altitudinales en las zonas dedistribución de plantas y animales hacia los polos (que resultanen el decremento de algunas especies de plantas y animales y laextinción potencial de las especies que no puedan realizar loscambios necesarios, ya que algunos estudios sugieren que muchasespecies no podrán migrar al ritmo necesario o que su migraciónpodría ser obstaculizada por barreras geográficas)”.

Al continuar con el listado deefectos, los investigadores del IBD explican los cambiosfenológicos, tales como: la emergencia temprana de hojas einsectos y el momento de las migraciones y reproducción de algunasespecies que están programadas genéticamente para coincidir conlas condiciones climáticas ideales y, por tanto, con una mayordisponibilidad de alimentos.

No está por demás recordar quedicha lista se ha ido convirtiendo en una realidad en cadaestación del año, sea en la primavera, en el verano, el otoño oel invierno porque, efectivamente, los volúmenes de hielo y nievedisminuyen en los volcanes, el nivel del mar se eleva. Son otro parde botones de muestra, de lo que ya padecemos en México en algunosde nuestros elevados colosos o en las zonas costeras másbajas.

En este último caso existenadvertencias que se han ido convirtiendo en hechos para losecosistemas y las comunidades asentadas en el litoral, donde laagricultura y la producción de alimentos ha disminuido, tanto comola disponibilidad y la calidad del agua; sitios en los cuales hayinundaciones salinización de tierras de cultivo, brotes deenfermedades emergentes, como la malaria y en fin. Hay casos gravesexpuestos a las distintas autoridades por del ascenso del nivel delmar sobre las costas, en Tabasco, Campeche, Veracruz, Yucatán yQuintana Roo.

El asunto es que estos cambios yefectos, presentes desde hace décadas en el país, son los máspreocupantes, puesto que se registra una rápida pérdida detierras bajas costeras, debido a la erosión acelerada de lascostas sujetas a retroceso.

Los investigadores del Belisario Domínguezinvestigadores, en su trabajo, profundizan más. En esta coyunturaen cuanto a las especies de flora y fauna. Hablan de los impactos,al explicar que “se pronostican cambios en su distribución porel desplazamiento de sus poblaciones debido a la pérdida de suhábitat por la alteración en los patrones de temperatura yprecipitación”.

Se ha demostrado también, dicen,“que el establecimiento de especies invasoras se relaciona con elincremento de temperatura”, por lo que se estima que los impactosambientales causados por éstas “se exacerben con el cambioclimático”.

Hablan de creciente evidenciacientífica “en cuanto a los cambios que ya se han podidoobservar, relacionados con el cambio climático y sus efectosadversos en la biodiversidad en el ámbito tanto de especies comode ecosistemas”.

Ejemplifican con la pérdida deespecies de plantas, la cual señalan se debe principalmente acambios en los regímenes de precipitación actuales “y se piensaque las pérdidas más importantes ocurrirán en las zonas detransición entre las costas y las zonas áridas delinterior”.

Además, el cambio climático puedellegar a impactar fuertemente en la flora, “aun siendo optimistasen cuanto a las habilidades migratorias de lasespecies”.

Armonizar laslegislaciones

¿Y por qué los investigadores delInstituto Belisario Domínguez del Senado plantean la revisiónlegislativa de los mencionados artículos 69, 73 y 76constitucionales? En el extenso trabajo lo explican y hacen notarla necesidad de elaborar e implementar de manera conjunta con loslegislativos de las entidades federativas metodologías paraanalizar y armonizar las legislaciones en materia de medio ambientey recursos naturales así como de cambio climático.

A su juicio, el papel de lalegislación estatal es fundamental, dicen, además de plantear quese requiere analizar si existe una “política legislativanacional” compartida por los tres órdenes deGobierno.

“En lo referente a las leyesestatales que regulan la biodiversidad, se trata de un trabajoexpost en el cual se deben analizar desde la óptica jurídica losinstrumentos existentes; en el caso del cambio climático, si bienhay algunas leyes ya decretadas (hasta diciembre de 2013 seidentificaron ocho), el trabajo de armonización se podría hacerex ante en las entidades federativas que aún no cuentan con unaley al respecto”, señalan.

Otro tema ligado al anterior,aseguran, es la armonización de leyes en el interior de losestados. “Si bien esto no le toca a la Cámara de Senadores,puede establecerse una agenda para dar promoción y asesoría alrespecto”.

Por cierto, los estados que cuentancon una ley de cambio climático son: Chiapas, Baja California,Veracruz, Quintana Roo, Chihuahua, Coahuila, Jalisco y Estado deMéxico. La ley del estado de Michoacán se encuentra en proceso deelaboración.

También consideran oportuno larealización de un análisis de vacíos y contradicciones ysinergias en la instrumentación de las políticas públicas,identificando competencias en temas clave como polinizadores,conservación y restauración del suelo, agrobiodiversidad,sistemas agroforestales y ordenamiento territorial

Si bien, el diseño y lainstrumentación de las políticas públicas corresponden al PoderEjecutivo, exponen, “una recomendación para fortalecer lacapacidad del Senado para interpelar y dar seguimiento a lasacciones del Ejecutivo es contar con un análisis sobre lacorrespondencia entre legislación y políticas públicas,identificando a su vez los vacíos en competencias y atribuciones.En la recomendación, los primeros cuatro temas se relacionanclaramente con biodiversidad y cambio climático y con un vacío enla definición de las competencias para ejecutar políticaspúblicas al respecto (porque tienen que ver tanto con el sectoragropecuario como con el sector ambiental)”.

Otro tema que califican deimportante es el papel que desempeña el ordenamiento ecológicodel territorio. Lo desmenuzan: “… si bien hay una claradefinición de competencias (a cargo de la Semarnat con base en lalgeepa), este instrumento tiene objetivos semejantes alordenamiento territorial (a cargo de la Sedatu con base en lalgah). Este es un tema que no ha sido resuelto aún, pero que,debido a la relación que guarda con el uso del territorio en elámbito local, puede generar conflictos importantes sobre todo enlo relativo a la identificación de zonas vulnerables, así como dezonas estratégicas para la protección y conservación de labiodiversidad y los servicios que provee”.

Evidentemente, lo aquí planteadosolo es un esbozo de lo que señalan María Zorrilla Ramos y DeníRayn Villalba.

(Continuará)

Por NIDIA MARÍN ||El Sol de México||

PRIMERA DE DOS PARTES

Sonó laaldaba por el cambio climático y México abrió el portón. Haceun rato que lanza retos al Ejecutivo y al Legislativo. Hoytambién. Antes de que un cerrojazo nos atrape los dedos, esnecesario revisar los artículos 69, 73 y 76 de la Constitución ysus facultades:

En la expedición de leyes(artículo 73); análisis de la política exterior y la aprobaciónde tratados internacionales y convenciones diplomáticas (artículo76); revisión del estado que guarda la administración públicadel país y, en caso de requerirlo, pedir ampliar la información ocitar a los secretarios de Estado a comparecer (artículo69).

Han pasado décadas desde que loscientíficos han estado alertando sobre los estropicios del cambioclimático. Hoy, los investigadores del Instituto BelisarioDomínguez del Senado de la República también encienden los focosrojos. María Zorrilla Ramos y Dení Rayn Villalba, dan a conoceren este rubro Temas Estratégicos, (en los Cuadernos deInvestigación), “Principales retos e implicaciones de la LeyGeneral de Cambio Climático para la biodiversidad y los serviciosambientales”.

¿Cómo afectará el cambioclimático a la biodiversidad?, preguntan por ejemplo. Lodesmenuzan al advertir lo que dijo el doctor José Sarukhán acercade que un cambio tan rápido como el que actualmente estáocurriendo “puede provocar que muchas especies no puedanadaptarse, con lo que se debilitarían los ecosistemas de loscuales dependemos”.

(En México las institucionescientíficas han presentado diversos ejemplos de la forma en que sedan estas modificaciones. Uno de los de mayor impacto es lo quesucede con las ranas de los bosques de niebla: “Estos anfibiosdependen de la alta humedad ambiental que existe en las áreasdonde se encuentran estos ecosistemas para conseguir sureproducción, debido a que sus huevos se desarrollan sólo ensitios muy húmedos. Si esta humedad ambiental se reduce durantelargos periodos -como ya ha sucedido en algunas regionestropicales-, los adultos no tienen descendencia, ya que sus huevosse desecan y mueren rápidamente. A la fecha, los biólogos creenque por ésta y otras causas se han extinto 74 especies de ranas delos bosques de niebla del mundo”.

(Quizás es una buena parte ha ocurrido en losbosques mexicanos. De acuerdo al Conabio 2010, no existe unaevaluación reciente que permita determinar con exactitud el áreaque cubre el también llamado Bosque Mesófilo de Montaña, aunquese trata “del ecosistema más amenazado en el país”. Se estimaque menos del 1 por ciento del territorio nacional está ocupadopor este tipo de vegetación -8 mil 809 kilómetros cuadrados- yaproximadamente un 50 por ciento de la superficie original ha sidoreemplazada por otros tipos de cobertura.

(El también bosque de niebla sedistribuye en pequeñas porciones de 20 estados de la República,en altitudes entre 600 y 3 mil 100 metros sobre el nivel del mar.El prototipo de este ecosistema está en el norte de Oaxaca, alláen el que fuera el reino de los hongos alucinógenos, conocido anivel mundial en la década de los setentas gracias a MaríaSabina, la famosa chamana mazateca y a Gordon Wasson, el micólogoque escribió sobre su sapiencia y produjo un “boom” mundialentre los “hippies” que en aquellos años abarrotaron elmágico bosque de niebla de Huatla de Jiménez).

Es únicamente un caso de tantos queexisten.

De las olas de calor a lasinundaciones

Zorrilla Ramos y Rayn Villalba, porsu parte, refieren los efectos del cambio climático. Y ojo, losmismos incluyen modificaciones “en la distribución geográfica yestacional de las lluvias, sequías, pérdida de cosechas,inundaciones, aumento en el nivel del mar, olas de calor, tormentasy huracanes, retracción de los glaciares, deshielo del suelocongelado de la tundra, congelamiento tardío y descongelamientoprematuro de ríos y lagos, cambios altitudinales en las zonas dedistribución de plantas y animales hacia los polos (que resultanen el decremento de algunas especies de plantas y animales y laextinción potencial de las especies que no puedan realizar loscambios necesarios, ya que algunos estudios sugieren que muchasespecies no podrán migrar al ritmo necesario o que su migraciónpodría ser obstaculizada por barreras geográficas)”.

Al continuar con el listado deefectos, los investigadores del IBD explican los cambiosfenológicos, tales como: la emergencia temprana de hojas einsectos y el momento de las migraciones y reproducción de algunasespecies que están programadas genéticamente para coincidir conlas condiciones climáticas ideales y, por tanto, con una mayordisponibilidad de alimentos.

No está por demás recordar quedicha lista se ha ido convirtiendo en una realidad en cadaestación del año, sea en la primavera, en el verano, el otoño oel invierno porque, efectivamente, los volúmenes de hielo y nievedisminuyen en los volcanes, el nivel del mar se eleva. Son otro parde botones de muestra, de lo que ya padecemos en México en algunosde nuestros elevados colosos o en las zonas costeras másbajas.

En este último caso existenadvertencias que se han ido convirtiendo en hechos para losecosistemas y las comunidades asentadas en el litoral, donde laagricultura y la producción de alimentos ha disminuido, tanto comola disponibilidad y la calidad del agua; sitios en los cuales hayinundaciones salinización de tierras de cultivo, brotes deenfermedades emergentes, como la malaria y en fin. Hay casos gravesexpuestos a las distintas autoridades por del ascenso del nivel delmar sobre las costas, en Tabasco, Campeche, Veracruz, Yucatán yQuintana Roo.

El asunto es que estos cambios yefectos, presentes desde hace décadas en el país, son los máspreocupantes, puesto que se registra una rápida pérdida detierras bajas costeras, debido a la erosión acelerada de lascostas sujetas a retroceso.

Los investigadores del Belisario Domínguezinvestigadores, en su trabajo, profundizan más. En esta coyunturaen cuanto a las especies de flora y fauna. Hablan de los impactos,al explicar que “se pronostican cambios en su distribución porel desplazamiento de sus poblaciones debido a la pérdida de suhábitat por la alteración en los patrones de temperatura yprecipitación”.

Se ha demostrado también, dicen,“que el establecimiento de especies invasoras se relaciona con elincremento de temperatura”, por lo que se estima que los impactosambientales causados por éstas “se exacerben con el cambioclimático”.

Hablan de creciente evidenciacientífica “en cuanto a los cambios que ya se han podidoobservar, relacionados con el cambio climático y sus efectosadversos en la biodiversidad en el ámbito tanto de especies comode ecosistemas”.

Ejemplifican con la pérdida deespecies de plantas, la cual señalan se debe principalmente acambios en los regímenes de precipitación actuales “y se piensaque las pérdidas más importantes ocurrirán en las zonas detransición entre las costas y las zonas áridas delinterior”.

Además, el cambio climático puedellegar a impactar fuertemente en la flora, “aun siendo optimistasen cuanto a las habilidades migratorias de lasespecies”.

Armonizar laslegislaciones

¿Y por qué los investigadores delInstituto Belisario Domínguez del Senado plantean la revisiónlegislativa de los mencionados artículos 69, 73 y 76constitucionales? En el extenso trabajo lo explican y hacen notarla necesidad de elaborar e implementar de manera conjunta con loslegislativos de las entidades federativas metodologías paraanalizar y armonizar las legislaciones en materia de medio ambientey recursos naturales así como de cambio climático.

A su juicio, el papel de lalegislación estatal es fundamental, dicen, además de plantear quese requiere analizar si existe una “política legislativanacional” compartida por los tres órdenes deGobierno.

“En lo referente a las leyesestatales que regulan la biodiversidad, se trata de un trabajoexpost en el cual se deben analizar desde la óptica jurídica losinstrumentos existentes; en el caso del cambio climático, si bienhay algunas leyes ya decretadas (hasta diciembre de 2013 seidentificaron ocho), el trabajo de armonización se podría hacerex ante en las entidades federativas que aún no cuentan con unaley al respecto”, señalan.

Otro tema ligado al anterior,aseguran, es la armonización de leyes en el interior de losestados. “Si bien esto no le toca a la Cámara de Senadores,puede establecerse una agenda para dar promoción y asesoría alrespecto”.

Por cierto, los estados que cuentancon una ley de cambio climático son: Chiapas, Baja California,Veracruz, Quintana Roo, Chihuahua, Coahuila, Jalisco y Estado deMéxico. La ley del estado de Michoacán se encuentra en proceso deelaboración.

También consideran oportuno larealización de un análisis de vacíos y contradicciones ysinergias en la instrumentación de las políticas públicas,identificando competencias en temas clave como polinizadores,conservación y restauración del suelo, agrobiodiversidad,sistemas agroforestales y ordenamiento territorial

Si bien, el diseño y lainstrumentación de las políticas públicas corresponden al PoderEjecutivo, exponen, “una recomendación para fortalecer lacapacidad del Senado para interpelar y dar seguimiento a lasacciones del Ejecutivo es contar con un análisis sobre lacorrespondencia entre legislación y políticas públicas,identificando a su vez los vacíos en competencias y atribuciones.En la recomendación, los primeros cuatro temas se relacionanclaramente con biodiversidad y cambio climático y con un vacío enla definición de las competencias para ejecutar políticaspúblicas al respecto (porque tienen que ver tanto con el sectoragropecuario como con el sector ambiental)”.

Otro tema que califican deimportante es el papel que desempeña el ordenamiento ecológicodel territorio. Lo desmenuzan: “… si bien hay una claradefinición de competencias (a cargo de la Semarnat con base en lalgeepa), este instrumento tiene objetivos semejantes alordenamiento territorial (a cargo de la Sedatu con base en lalgah). Este es un tema que no ha sido resuelto aún, pero que,debido a la relación que guarda con el uso del territorio en elámbito local, puede generar conflictos importantes sobre todo enlo relativo a la identificación de zonas vulnerables, así como dezonas estratégicas para la protección y conservación de labiodiversidad y los servicios que provee”.

Evidentemente, lo aquí planteadosolo es un esbozo de lo que señalan María Zorrilla Ramos y DeníRayn Villalba.

(Continuará)

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