Núremberg/Múnich - Si bien la música en sí misma no daña el medio ambiente, muchas de las actividades en torno a una orquesta liberan dióxido de carbono (CO2), que es perjudicial para el clima.
Las grandes orquestas suelen salir de gira por todo el mundo, lo que implica el traslado de músicos e instrumentos. Incluso, a menudo los integrantes viajan de un lado a otro solo para asistir a los ensayos. Asimismo se suman montañas de partituras y programas, además de la energía que consumen las salas de
conciertos.
Esta situación puso en alerta a integrantes de varias orquestas, quienes en 2020 lanzaron la iniciativa “Orquestas del Cambio” para comprometerse activamente con el cambio climático y la protección del medio ambiente.
Por un lado, comenzaron ellos mismos a reducir las emisiones y, por el otro, ofrecen “conciertos dedicados al clima” para sensibilizar al público sobre el tema y recaudar fondos para proyectos que promueven la protección del medio ambiente.
“En primera instancia, nuestra tarea principal es hablar sin miedo de este tema. Vemos la protección del clima como una inspiración artística para nosotros como orquesta, pero también para nuestro público”, explica el portavoz de la iniciativa, Ulrich Haider, integrante de la Orquesta Filarmónica de Múnich.
Entretanto, varios artistas independientes y miembros de más de 30 orquestas alemanas se sumaron a “Orquestas del Cambio”.
La Filarmónica de Núremberg se adhirió al proyecto desde sus inicios y extendió su compromiso con la neutralidad climática a las demás secciones del Teatro Estatal de Núremberg.
“Hay que cuestionar los procesos en todos los ámbitos para lograr una mayor protección del medio ambiente y de sus recursos”, señala la música Veronika Zucker.
En ese sentido, tanto ella como su colega Martin Möhler consideran que la escena cultural alemana está rezagada y debe ponerse al día.
Según el clarinetista Möhler, generalmente son las iniciativas individuales dentro del personal las que dan el impulso.
“Sería bueno que las instituciones participaran activamente en este proceso. Hasta ahora solo dos teatros de ópera de Alemania tienen responsables en el área de sostenibilidad a tiempo completo”, añade.
Desde 2020, la Sinfónica de Viena utiliza camiones para compensar la emisión de CO2, que genera el traslado en avión de los músicos y los instrumentos. La portavoz de la orquesta austríaca, Julia Brüggemann, insiste en la necesidad de un esfuerzo conjunto mucho mayor y que integre además a otros sectores.
También la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera cuenta con un grupo de trabajo dedicado a asuntos climáticos. Entre otros, los calendarios de ensayos y los preestrenos casi solo se envían por correo electrónico y ya no se imprimen en papel. Además, se intenta elegir destinos de giras geográficamente favorables para acortar y reducir las distancias.
Todos estos esfuerzos son avalados por la Asociación Escénica Alemana (DBV), que reúne a patrocinadores públicos y privados de teatros y orquestas alemanes, y que es miembro fundador de la red de sustentabilidad en el ámbito cultural, y que además mantiene intercambios con otras asociaciones de orquestas, como la Asociación Británica de Orquestas (ABO).
Muchas orquestas utilizan autobuses o trenes siempre que es posible. Sin embargo, el director de la DBV, Marc Grandmontagne, también hace hincapié en el mayor gasto que esto supone.
“Estos viajes son muy complicados desde el punto de vista organizativo, hay que transportar a muchas personas e instrumentos valiosos. Debido a los tiempos de viaje más largos, a distancias más prolongadas y al aumento de las pernoctaciones, los traslados de la orquesta son más caro que antes en algunos casos”, destaca.
Según cita Grandmontagne una documentación de la Fundación Cultural Federal de Alemania, solo el 18 por ciento de las emisiones de CO2 se deben a las actividades de viaje propias de la orquesta. El 74 de las emisiones, de acuerdo con el estudio, son causadas por el propio evento, es decir, por el viaje del público o las emisiones en la sala de conciertos.
Grandmontagne explica que las orquestas no influyen directamente en esto y admite que no hay soluciones sencillas. “Pero es bueno que el tema esté cobrando impulso. Es necesario en todos los ámbitos de la sociedad”, enfatiza.
También los músicos de la Orquesta Beethoven de Bonn participan en la iniciativa “Orquestas del Cambio”. Entre otros, animan a los empleados y al público a viajar en bicicleta o en transporte público o intentan compensar con la iluminación, el aire acondicionado o el aislamiento térmico.
El viola Thomas Plümacher cuenta que la orquesta quiere posicionarse también en términos de contenido, a través de conciertos temáticos, representaciones teatrales, debates o de la creación de redes con iniciativas científicas y medioambientales.
“Orquestas del Cambio” considera que el traslado de los trabajadores y del público, la iluminación o la renuncia a los programas impresos son pasos importantes a favor del medio ambiente en el ámbito cultural.
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