“Sabemos que es muy importante para ti”. “Segura, confiable y confidencial”. “No tiene validez legal”.
Las anteriores son algunas frases que se pueden encontrar en la publicidad de los laboratorios médicos en torno a sus pruebas de paternidad. Por $4,000, la ciencia ofrece una salida a la incertidumbre que, poco se habla, pero acompaña a muchos hombres.
De acuerdo con un artículo de Cadena Ser, la compañía LGS Análisis realiza cada año alrededor de 50 pruebas de paternidad, obteniendo en el 30% una revelación de que el hijo es de otro padre.
¿Las causas de la prueba? La sospecha de infidelidades desde los presuntos padres, la incertidumbre de las madres que no saben quién es el padre y los casos de abuelas que solicitan la prueba por desconfianza hacia sus nueras.
En el contexto mexicano, aún no existen datos duros que ayuden a determinar una tendencia. La información disponible indica que la mayoría de estas pruebas si realizan en el marco de los procesos legales, destacando los juicios de pensión y herencias.
A este fenómeno siniestro, que normalmente involucra la deshonestidad y la ruptura en la confianza de la pareja, se contrapone la paternidad por adopción. }
En 201, se hablaba de 4.5 millones de madres solteras en México, muchas de la cuales están decididas a seguir ejerciendo su vida sentimental, dándose la oportunidad de conocer a una persona y formar una vida en pareja nuevamente.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 41 parejas deciden divorciarse por cada 100 que se casan en la Ciudad de México, mientras que en Nuevo León son 66 de cada 100.
La transformación de las estructuras familiares ha obligado al mismo fenómeno en las relaciones sentimentales. Cada vez será más común ver familias integradas por individuos externos o, en otras palabras, hombres que pueden fungir un rol central de figura paterna ante los hijos de su pareja.
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