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La muerte de George Floyd fue el detonante de decenas de manifestaciones tanto en Estados Unidos como en en otros países. En México, el suceso estadounidense se mezcló con la muerte de un joven en Jalisco, a manos de la policía, y con ello se ratificaron dos cosas: la brutalidad policial no conoce fronteras y en México no sólo existe clasimos sino también racismo.
Sin embargo, como cualquier otro suceso en los últimos años, lo que acontece sirve a muchas personas para posiconar su imagen progresista, y hay un cúmulo de indignación que se convierte en pensamiento totalitario en el que ya no sólo es necesario indignarse, sino que ahora se exige publicar en redes sociales la indignación.
Al problema del racismo y la brutalidad policial ahora se le unen el revisionismo histórico y la consolidación de un sentimiento de culpa por nuestra historia. Estamos en camino a una sociedad que compite en su victimización, atomizadas en comunidades cada vez más pequeñas, lo que nos aleja irónicamente de poder consituir una sociedad igualitaria.
Diego y Carlos analizan nuestra realidad y cómo afecta la educación de un hijo este tipo de sociedad en construcción. ¿Se educa por modas o por valores univerales? Tal vez lo que acontece a nivel familiar lo podamos extraplora a lo social. No tenemos que estar de acuerdo con todo lo que hicieron los que nos precedieron, pero debemos tratar de entenderlos, así como esperamos que los que vengan después traten de entendernos.
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