Cerca de la línea que divide a la golpeada ciudad siria deAlepo, Said el mono, último residente de un zoológicoimprovisado, mira sorprendido a los niños que se agolpanpara verlo, por primera vez después de meses.
La guerra que irrumpió en esta ciudad, con su carga de muerte,destrucción y sufrimiento, no perdonó a este primatebautizado Said ("feliz" en árabe).
Gracias a la tregua instaurada el lunes enSiria, Said, un babuino hamadryas de 22 años, mascota de Alepo,vuelve a recibir visitas en Sabil, el gran parquede la segunda ciudad de Siria, dividida desde 2012.
"Cada vez que escuchaba cohetes o disparos, comenzaba asaltar asustado y subía hasta lo más alto de su jaula",relata Abdala al Jaghal, de 52 años, quien se ocupa de Said desdesu arribo proveniente de África hace 18 años.
[caption id="attachment_453227" align="alignnone"width="615"]Foto: AFP[/caption] Estaba aterrorizado por elestruendo de las explosiones y necesitaba tiempo para recuperar lacalma", explica su guardián. A unos cinco minutos de lalínea de demarcación, el parque Sabil, situado en la zonaoeste de Alepo controlada por el gobierno, fue abandonado por susvisitantes tras ser blanco de cohetes disparados desde ellado rebelde.
Se puede ver el hoyo causado por un disparo de mortero, a sualrededor el césped y los arbustos quemados y secos. Losotros animales, como los pavos reales, han muerto. Soloquedan algunos patos y Said, que se alimenta de legumbres ypistachos.
Deprimido y triste
"Se llama Said porque ha brindado felicidad a losniños y a sus padres durante todos estos años", aseguraAbdula.
"Era realmente alegre y divertido. Hoy está viejo ytriste porque perdió a numerosos admiradores que veníana visitarlo", señala, mientras tiende la mano para ofrecerlealgunos pistachos.
[caption id="attachment_453230" align="alignnone"width="615"]Foto: AFP[/caption]
Pero Said ignora a su cuidador así como a los niñosacompañados por sus padres. Sobre el césped junto a sujaula, algunas migas de pan y unos pocos desperdicios.
"Con la crisis perdió peso, está enfermo y prefiereaislarse desde que perdió a su compañera", expresó unode sus visitantes, Basam Primo, de 35 años, quien vino con sushijos.
A pesar de los combates en Alepo, Basam venía de tanto en tantoa ofrecerle manzanas. "Pero lo veo deprimido y triste",lamenta. Su hija le ofrece un zumo que Said beberápidamente.
Con el inicio el lunes de la tregua negociada por Estados Unidosy Rusia, el parque tiene nuevos visitantes.
[caption id="attachment_453235" align="alignnone"width="615"]Foto: AFP[/caption]
Los vendedores ambulantes reaparecieron y los niños sedivierten llamando la atención del babuino de abundante pelajegris y sacándose fotos con él. Hemos vividomomentos difíciles en Alepo y Said los compartió con nosotros",afirma a su vez Asma Diba, una profesora de inglés de 36años. "Teníamos miedo de que muriera de hambre ovíctima de un cohete", agrega, con aire triste ante laimagen de desolación del mono solitario en su jaula.
"Nos brindó felicidad durante 20 años, pero ahora estiempo de que vuelva a su África natal para que seafeliz", añadió.
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