Dos equipos de investigadores, uno de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón (OHSU), en Estados Unidos, y el otro de la firma francesa Carmat, desarrollan una nueva generación de corazones artificiales, que darán otra oportunidad de vivir a los miles de personas que no consiguen a tiempo un donante.
La insuficiencia cardíaca es uno de los mayores retos para la salud pública y una gran causa de muerte en el mundo.
El dispositivo fue diseñado originalmente por el doctor Richard Wampler, un médico residente quirúrgico en OHSU, bajo la dirección del doctor Albert Starr, quien coinventó e implantó con éxito la primera válvula cardíaca artificial del mundo en 1960 y ahora tiene estatus de emérito en OHSU.
"OHSU fue la primera universidad en tener una válvula cardíaca artificial, y ahora nuestro objetivo es ser los primeros en tener un corazón artificial total, práctico y permanente", señala el doctor Sanjiv Kaul, director del Instituto Cardiovascular Knight de la OHSU.
Este corazón artificial está diseñado para reemplazar de manera permanente un corazón defectuoso en la mayoría de los adultos y niños de 10 años de edad en adelante.
Con un diseño muy simple, está destinado a sustituir los dos ventrículos por un tubo de titanio que contiene una varilla hueca recubierta de aleación de titanio, que se desplaza hacia adelante y hacia atrás.
Este movimiento de ida y vuelta mueve la sangre a los pulmones para que pueda tomar oxígeno y luego envía la sangre a todo el cuerpo.
"El diseño simple y eficiente de este corazón artificial duradero y robusto hace que su potencial de fallo sea muy bajo" según Kaul.
Está alimentado por un dispositivo controlador y un paquete de baterías recargables que los usuarios podrían llevar en un bolsillo o colocarse en un cinturón y que, más adelante, podrían implantarse bajo la piel y recargarse desde el exterior.
“Otros diseños de corazones artificiales tienen muchas partes complejas y móviles, y cuantas más piezas haya en una máquina, más elementos podrían romperse o funcionar mal”, señala Kaul.
El dispositivo OHSU no tiene válvulas y su varilla hueca interior está suspendida con cojinetes hidrodinámicos, lo que significa que nunca toca el tubo dentro del cual se mueve.
PROTÉSIS PULSÁTIL
Paralelamente, la compañía francesa Carmat trabaja en otro dispositivo médico para tratar la fase terminal de la insuficiencia cardíaca, que afecta a los dos ventrículos, y para la que el trasplante de corazón sigue siendo el único tratamiento alternativo y eficaz, según comentaron sus desarrolladores.
Es un corazón artificial inteligente que se autorregula, ya que ofrece una respuesta inmediata y automatizada a las necesidades fisiológicas del paciente, añaden desde la firma desarrolladora.
Este dispositivo también dispone de una bolsa flexible con líquido hidráulico que se expande y contrae emulando los latidos cardíacos, y un cable que atraviesa la piel y conecta la prótesis a un ‘kit’ externo, que incluye un controlador y unas baterias.
Está diseñado para poder reemplazar de manera permanente un corazón defectuoso en la mayoría de los adultos y niños de 10 años de edad en adelante