/ domingo 22 de abril de 2018

Salud y alimentación: comer para vencer el cáncer

Que sea natural no quiere decir que sea bueno, los especialistas advierten sobre algunas plantas y productos alimenticios que interfieren en los tratamientos oncológicos

Durante los tratamientos contra el cáncer el paciente debe ser precavido con su alimentación ya que ciertos alimentos y bebidas pueden interferir con los fármacos de quimioterapia o con otros medicamentos utilizados simultáneamente para los efectos secundarios.

Ante todo hay que controlar los productos de herbolaria o plantas medicinales con altas concentraciones de ciertas sustancias. Lo aconsejable es consultar al oncólogo.

“Hay que ser conscientes de que no todas las plantas son inocuas y que no todas se pueden combinar con los tratamientos contra el cáncer, porque muchas veces hacen que éstos sean menos eficaces o potencialmente más tóxicos”, explica Paula Jiménez-Fonseca, oncóloga en el Hospital Universitario Central de Asturias, en Oviedo (norte de España).

Y pone como ejemplo los taxanos, un potente quimioterápico que provoca efectos como la caída del cabello o la irritación de la piel. “Esos taxanos proceden del tejo y el tejo es un árbol, pero que una planta medicinal provenga de la naturaleza no la hace inocua”, indica la especialista.

Así lo cuenta también en su libro Comer para vencer el cáncer, escrito al alimón con la química, farmacéutica y experta en nutrición Belén Álvarez, donde insiste en que la mayoría de los alimentos consumidos en dietas variadas y equilibradas (frutas, verduras, cereales, legumbres, pescado, aceite de oliva) no entorpecen las estrategias terapéuticas contra el cáncer.

La doctora advierte de que algunos fármacos tienen un margen terapéutico estrecho, lo que significa que “su dosis eficaz está próxima a su dosis toxica y pequeñas variaciones en las concentraciones en sangre pueden causar severos efectos adversos o ser ineficaces, como es el caso de los anticoagulantes (para tratamiento o prevención de la trombosis), antiepilépticos, digoxina (para trastornos cardiacos), litio (empleado en enfermedades psicológicas y mentales) y la levotiroxina (hormona para tratar el hipotiroidismo)î.

Alimentos no tan buenos

El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos advierte ante algunas creencias de que tomar infusiones de determinadas plantas o suplementos basados en hierbas ayuda a curar el cáncer cuando, en realidad, afirma, no existen estudios científicos que demuestren este poder curativo.

“Incluso algunos de estos suplementos pueden afectar la eficacia de los medicamentos contra el cáncer y pueden causar efectos secundarios o interferir con la efectividad de las terapias tradicionales”, subraya.

Estas son algunas de las plantas medicinales que, como infusión o como complemento alimenticio, no son recomendables consumir durante los tratamientos contra el cáncer, según la oncóloga Paula Jiménez-Fonseca:

- Castaño de Indias. Para problemas circulatorios, entre otros usos, interfiere con antiácidos y antiulcerosos utilizados para contrarrestar algunos efectos secundarios de los tratamientos contra el cáncer.

- Hierba de San Juan. Utilizada como antidepresivo y asociada con algunos quimioterápicos como la capecitabina oral, incrementa mucho la toxicidad de estos.

- Ginseng. Un aliado contra el cansancio, interfiere en los tratamientos hormonales contra el cáncer.

- Aceite de onagra o prímula. Usado como regulador del sistema hormonal interactúa con los antiepilépticos.

- Productos de herbolaria estimulantes o sedantes. Pueden interactuar con hipnóticos y ansiolíticos.

- Productos de herbolaria para adelgazar. Deben evitarse durante la quimioterapia ante el riesgo de potenciar efectos adversos graves e interferir en el efecto de estos fármacos y de otros utilizados simultáneamente.

Por contra, la doctora Jiménez-Fonseca también cita algunas hierbas con propiedades medicinales que, en general, no interfieren con los tratamientos, como el roibos, un tipo de té rojo sin teína; el jengibre; o el cardo mariano.

Antioxidantes, alcohol o soya

Además de las plantas medicinales, existen otros grupos de alimentos y bebidas que, si se toman en cantidades elevadas, pueden obstaculizar los tratamientos de los pacientes oncológicos, como recoge el libro Comer para vencer el cáncer.

- Antioxidantes. Aunque son seguros mientras se está en tratamiento de radio o quimioterapia, sí deben evitarse en cantidades excesivas fuera de la prescripción médica, ya que podrían reparar el daño inducido en las células cancerosas por dichos tratamientos.

- Alimentos ricos en vitamina K. Coles, verduras de hoja verde, suplementos con jengibre y aguacate, pueden interponerse en la acción de los anticoagulantes orales y favorecer el sangrado o la trombosis.

- Alcohol. Interactúa con antidepresivos, sedantes, opiáceos como morfina, además de dificultar la eliminación hepática de determinados medicamentos durante la quimioterapia.

- Soya. No consumir suplementos de soya (pastillas), especialmente con taxanos y con hormonoterapia, empleada en el tratamiento de canceres de mama hormonodependientes. En forma de brotes o en productos enriquecidos (leche, yogurt) parece no interferir.

- Alimentos ricos en cafeína. Pueden ocasionar efectos adversos con anticoagulantes orales y excitantes.

- Zumo de naranja. No consumir con antiácidos que contengan aluminio, ni con antibióticos.

- Zumo de uva. Consumo moderado con determinados quimioterápicos como paclitaxel o vincristina.

- Zumo de toronja. Afecta a la concentración en sangre de ciertos quimioterápicos y su eliminación, por lo que puede aumentar la toxicidad.

- Leche y derivados lácteos. Interactúa con la absorción de la quimioterapia oral que debe ingerirse con agua templada o fría, ya que las bebidas calientes pueden neutralizar el efecto de los fármacos.

- Regaliz / orozuz. Puede interferir con los fármacos administrados para tratar tumores hormonodependientes.

- Grasas. Aumenta el daño renal de determinados antiinflamatorios utilizados contra efectos de los tratamientos oncológicos o del propio cáncer, como el dolor, la fiebre o la inflamación.

Algunos consejos

La American Cancer Society advierte a los pacientes oncológicos que toman sin prescripción médica vitaminas, minerales y otros complementos nutritivos con el fin de ayudar a su sistema inmunológico debilitado por el cáncer y sus tratamientos. Incluso hay quienes, erróneamente, creen que esos suplementos pueden destruir las células cancerosas.

“Algunas de estas sustancias pueden ser perjudiciales, especialmente cuando se ingieren en grandes dosis. De hecho, algunas vitaminas y minerales puede que hagan que la quimioterapia y radioterapia sean menos efectivas”, señala en su página web.

Por evitar el problema, esta sociedad científica aconseja:

- Pedir información sobre los complementos nutritivos a su equipo de atención médica contra el cáncer.

- Leer las cantidades y concentraciones de los ingredientes activos en las etiquetas informativas de cada producto.

- Si aparecen efectos secundarios, como dificultad para respirar, picazón en la piel (comezón), adormecimiento o cosquilleo en las extremidades, suspender el uso del producto y llamar a su equipo de oncología.

En conclusión, es importante consultar al oncólogo el tipo de alimentación más adecuada mientras se sigue un tratamiento, tanto contra el propio cáncer, como para paliar los efectos secundarios, en especial el consumo de plantas medicinales. Beber agua de forma regular ayuda a eliminar la toxicidad de fármacos quimioterápicos.

Durante los tratamientos contra el cáncer el paciente debe ser precavido con su alimentación ya que ciertos alimentos y bebidas pueden interferir con los fármacos de quimioterapia o con otros medicamentos utilizados simultáneamente para los efectos secundarios.

Ante todo hay que controlar los productos de herbolaria o plantas medicinales con altas concentraciones de ciertas sustancias. Lo aconsejable es consultar al oncólogo.

“Hay que ser conscientes de que no todas las plantas son inocuas y que no todas se pueden combinar con los tratamientos contra el cáncer, porque muchas veces hacen que éstos sean menos eficaces o potencialmente más tóxicos”, explica Paula Jiménez-Fonseca, oncóloga en el Hospital Universitario Central de Asturias, en Oviedo (norte de España).

Y pone como ejemplo los taxanos, un potente quimioterápico que provoca efectos como la caída del cabello o la irritación de la piel. “Esos taxanos proceden del tejo y el tejo es un árbol, pero que una planta medicinal provenga de la naturaleza no la hace inocua”, indica la especialista.

Así lo cuenta también en su libro Comer para vencer el cáncer, escrito al alimón con la química, farmacéutica y experta en nutrición Belén Álvarez, donde insiste en que la mayoría de los alimentos consumidos en dietas variadas y equilibradas (frutas, verduras, cereales, legumbres, pescado, aceite de oliva) no entorpecen las estrategias terapéuticas contra el cáncer.

La doctora advierte de que algunos fármacos tienen un margen terapéutico estrecho, lo que significa que “su dosis eficaz está próxima a su dosis toxica y pequeñas variaciones en las concentraciones en sangre pueden causar severos efectos adversos o ser ineficaces, como es el caso de los anticoagulantes (para tratamiento o prevención de la trombosis), antiepilépticos, digoxina (para trastornos cardiacos), litio (empleado en enfermedades psicológicas y mentales) y la levotiroxina (hormona para tratar el hipotiroidismo)î.

Alimentos no tan buenos

El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos advierte ante algunas creencias de que tomar infusiones de determinadas plantas o suplementos basados en hierbas ayuda a curar el cáncer cuando, en realidad, afirma, no existen estudios científicos que demuestren este poder curativo.

“Incluso algunos de estos suplementos pueden afectar la eficacia de los medicamentos contra el cáncer y pueden causar efectos secundarios o interferir con la efectividad de las terapias tradicionales”, subraya.

Estas son algunas de las plantas medicinales que, como infusión o como complemento alimenticio, no son recomendables consumir durante los tratamientos contra el cáncer, según la oncóloga Paula Jiménez-Fonseca:

- Castaño de Indias. Para problemas circulatorios, entre otros usos, interfiere con antiácidos y antiulcerosos utilizados para contrarrestar algunos efectos secundarios de los tratamientos contra el cáncer.

- Hierba de San Juan. Utilizada como antidepresivo y asociada con algunos quimioterápicos como la capecitabina oral, incrementa mucho la toxicidad de estos.

- Ginseng. Un aliado contra el cansancio, interfiere en los tratamientos hormonales contra el cáncer.

- Aceite de onagra o prímula. Usado como regulador del sistema hormonal interactúa con los antiepilépticos.

- Productos de herbolaria estimulantes o sedantes. Pueden interactuar con hipnóticos y ansiolíticos.

- Productos de herbolaria para adelgazar. Deben evitarse durante la quimioterapia ante el riesgo de potenciar efectos adversos graves e interferir en el efecto de estos fármacos y de otros utilizados simultáneamente.

Por contra, la doctora Jiménez-Fonseca también cita algunas hierbas con propiedades medicinales que, en general, no interfieren con los tratamientos, como el roibos, un tipo de té rojo sin teína; el jengibre; o el cardo mariano.

Antioxidantes, alcohol o soya

Además de las plantas medicinales, existen otros grupos de alimentos y bebidas que, si se toman en cantidades elevadas, pueden obstaculizar los tratamientos de los pacientes oncológicos, como recoge el libro Comer para vencer el cáncer.

- Antioxidantes. Aunque son seguros mientras se está en tratamiento de radio o quimioterapia, sí deben evitarse en cantidades excesivas fuera de la prescripción médica, ya que podrían reparar el daño inducido en las células cancerosas por dichos tratamientos.

- Alimentos ricos en vitamina K. Coles, verduras de hoja verde, suplementos con jengibre y aguacate, pueden interponerse en la acción de los anticoagulantes orales y favorecer el sangrado o la trombosis.

- Alcohol. Interactúa con antidepresivos, sedantes, opiáceos como morfina, además de dificultar la eliminación hepática de determinados medicamentos durante la quimioterapia.

- Soya. No consumir suplementos de soya (pastillas), especialmente con taxanos y con hormonoterapia, empleada en el tratamiento de canceres de mama hormonodependientes. En forma de brotes o en productos enriquecidos (leche, yogurt) parece no interferir.

- Alimentos ricos en cafeína. Pueden ocasionar efectos adversos con anticoagulantes orales y excitantes.

- Zumo de naranja. No consumir con antiácidos que contengan aluminio, ni con antibióticos.

- Zumo de uva. Consumo moderado con determinados quimioterápicos como paclitaxel o vincristina.

- Zumo de toronja. Afecta a la concentración en sangre de ciertos quimioterápicos y su eliminación, por lo que puede aumentar la toxicidad.

- Leche y derivados lácteos. Interactúa con la absorción de la quimioterapia oral que debe ingerirse con agua templada o fría, ya que las bebidas calientes pueden neutralizar el efecto de los fármacos.

- Regaliz / orozuz. Puede interferir con los fármacos administrados para tratar tumores hormonodependientes.

- Grasas. Aumenta el daño renal de determinados antiinflamatorios utilizados contra efectos de los tratamientos oncológicos o del propio cáncer, como el dolor, la fiebre o la inflamación.

Algunos consejos

La American Cancer Society advierte a los pacientes oncológicos que toman sin prescripción médica vitaminas, minerales y otros complementos nutritivos con el fin de ayudar a su sistema inmunológico debilitado por el cáncer y sus tratamientos. Incluso hay quienes, erróneamente, creen que esos suplementos pueden destruir las células cancerosas.

“Algunas de estas sustancias pueden ser perjudiciales, especialmente cuando se ingieren en grandes dosis. De hecho, algunas vitaminas y minerales puede que hagan que la quimioterapia y radioterapia sean menos efectivas”, señala en su página web.

Por evitar el problema, esta sociedad científica aconseja:

- Pedir información sobre los complementos nutritivos a su equipo de atención médica contra el cáncer.

- Leer las cantidades y concentraciones de los ingredientes activos en las etiquetas informativas de cada producto.

- Si aparecen efectos secundarios, como dificultad para respirar, picazón en la piel (comezón), adormecimiento o cosquilleo en las extremidades, suspender el uso del producto y llamar a su equipo de oncología.

En conclusión, es importante consultar al oncólogo el tipo de alimentación más adecuada mientras se sigue un tratamiento, tanto contra el propio cáncer, como para paliar los efectos secundarios, en especial el consumo de plantas medicinales. Beber agua de forma regular ayuda a eliminar la toxicidad de fármacos quimioterápicos.

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