La temporada de viajes ha terminado para casi todos. Sin embargo, hay un tipo de turistas para los que ahora es incluso un momento mejor para viajar que durante las vacaciones de verano.
Se trata de los amantes del llamado “slow travel”. Un término que significa literalmente “viajar despacio”. Y es justo lo que buscan sus amantes, viajeros que huyen del turismo masificado y frenético, de los packs de viaje, alojamiento y experiencias que llenan el horario y de las pulseritas con “todo incluido”.
En su lugar, los turistas que prefieren el “slow travel”, una tendencia cada vez más popular en redes sociales y cuyo “hashtag” ya supera el millón de publicaciones en Instagram, quieren vacacionar con calma.
Por ello, a veces eligen destinos en los que, incluso, se sumergen en otras formas de trayecto y en destinos incluso peatonales.
Sobre todo, en esta época en la que el tema de la contaminación preocupa a parte de la sociedad, viajeros incluidos, algo que se ha visto incrementado durante el pasado Día mundial sin coche: turistas que, optando por el “slow travel”, lo combinan con el turismo sostenible y comparten en redes sociales destinos ideales para esta tendencia.
La Cumbrecita, en Argentina
Ubicado en la sierra argentina de Córdoba, este encantador pueblito es a su vez una reserva natural y peatonal. Esto quiere decir que los coches están prohibidos no sólo en el centro de la ciudad, sino en sus alrededores. Eso sí, para los amantes de las rutas y las caminatas este es un destino ideal.
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Y es que, en contraposición a los incansables viajes por carretera con decenas de paradas para un horario lleno de actividades, La Cumbrecita ofrece una pausa en el camino, un refugio alejado de la contaminación y prisas de las ciudades, y un lugar en el que disfrutar de los encantos de la naturaleza, la arquitectura y la gastronomía local… Sin prisas.
América Latina está llena de destinos ideales para los amantes del “slow travel” y los viajes sin coche
Venecia, Italia
Este destino italiano es el único capaz de rivalizar de tú a tú con París por el título de “Ciudad del Amor”. Y es que Venecia está considerada por muchos como uno de los lugares más románticos del mundo.
Además, en vez del bullicio de atascos o de calles abarrotadas de turistas en los semáforos y avenidas, nos encontramos con una ciudad flotante en la que se puede pasear a pie… O recorrer sus emblemáticos canales en góndola, con una parada (sin prisas) bajo el Puente de los Suspiros.
Morro de São Paulo, en Brasil
Si se trata de “slow travel”, un destino infalible suelen ser los balnearios en lugar de las playas, pero… ¿Y si pudieran ser las dos cosas? Pues es posible en el pueblo brasileño de Morro de Säo Paulo.
Una playa hecha balneario, con un clima agradable todo el año, arena blanca y aguas tibias y cristalinas dignas de postal, rodeadas a su vez de abundante vegetación, motivo por el cual no se puede circular en vehículos, pero sí en lanchas. Esto permite, a su vez, un tour calmado por el Archipiélago de Cairu mientras se disfruta del medio ambiente.
Esta tendencia es cada vez más popular en redes sociales y su “hashtag” ya supera el millón de publicaciones en Instagram
Zermatt, Suiza
En los Alpes suizos se encuentra esta comuna que es, a su vez, un resort ideal para los amantes del esquí, el senderismo y el turismo de montaña. Es, además, un destino libre de ruido.
Y es que sólo se puede acceder al lugar a través de un tren especial, mientras que por dentro de Zermatt solo se permiten vehículos eléctricos, y la mayoría de viajeros se mueven a pie, disfrutando de un entorno de paz y serenidad.
Cabo Polonio, Uruguay
Otro balneario idílico. Se encuentra en el Castillos del departamento de Rocha, en Uruguay, y forma parte de un parque nacional frente al que se extienden playas propias de una fotografía a las que baña el océano Atlántico y en el que hay una reserva protegida de lobos marinos.
En este lugar las viviendas no tienen energía eléctrica, lo que lo hace ideal para la desconexión. Accesible a caballo o en 4x4, es ideal para aquellos a los que les apetece conducir entre kilómetros de dunas y bosques (en concreto, siete kilómetros para llegar). Sin duda es un destino para vivir en “slow mode”.
En Europa también hay destinos que se pueden intercalar con visitas a islas griegas o a los Alpes suizos para desconectar del ritmo rápido de las grandes ciudades
Hydra, en Grecia
Y de los caballos a los burros, bicicletas y embarcaciones, la isla de Hydra o Hidra, en el Mar Egeo, ha hecho de su inaccesibilidad parte de su encanto. Aquellos que quieran llegar hasta ella, pueden tomar un barco en Atenas.
Al llegar, sentirán que han entrado en un micromundo de lujo y descanso, pues ha sido plató de varias películas y son muchos los famosos que la han elegido como destino turístico, entre ellos Mike Jagger, Sofía Loren o Leonard Cohen. De hecho, muchos VIPs tienen en esta isla sus residencias de verano para disfrutar de la paz viviendo despacio.
Caleta Tortel, en Chile
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Situado al sur del país andino, Caleta Tortel es un poblado peatonal que hará las delicias de los amantes del turismo natural, pero, además, con un encanto y originalidad disponibles en pocos lugares del mundo.
Y es que aquellos que decidan, por ejemplo, viajar por la Carretera Austral Sur en bicicleta, llegarán a este pueblo en el que las viviendas están construidas sobre la madera de ciprés en pasarelas y palafitos. Glaciares, islas, canales y fiordos enamorarán a los destinatarios que busquen un turismo más sostenible.