A finales del siglo pasado, un grupo de investigadores descubrió un consolador de hace 2 mil años, perteneciente a la antigua Roma. El falo de madera de 16 centímetros se descubrió en el fuerte romano de Vindolanda, en Northumberland, en 1992. Originalmente fue catalogado como una herramienta de carro, sin embargo, después de una serie de discusiones los investigadores concluyeron que el verdadero propósito de esta herramienta era otro más encaminado al placer.
"Tengo que confesar que una parte de mí cree que es un poco evidente que esto es un pene", dijo Rob Collins, profesor titular de Arqueología de la Universidad de Newcastle y coautor del estudio.
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El falo era un poderoso símbolo de fuerza en la antigua Roma, utilizado para invocar fertilidad y alejar el mal. Aun así, los investigadores son escépticos para declarar que este objeto fálico se usó únicamente para fines decorativos, principalmente porque era notablemente más suave al final, lo que sugiere que se había utilizado más bien para otro propósito.
Si bien esta noticia puede parecer impactante para muchos, aquellos más familiarizados con la vida sexual de las civilizaciones antiguas saben que el consolador de 2 mil años apenas hace un error en la historia de larga data de los juguetes sexuales.
En la historia de los inventos humanos, esta es una de las herramientas más antiguas. En nuestra estimación actual, el consolador más antiguo conocido se remonta a al menos hace 28 mil años y fue descubierto por un equipo de investigadores de la Universidad de Tübingen en 2005, explorando la famosa cueva Hohle Fels, en la región de Jura de Alemania.
Después de unir los 14 fragmentos, se quedaron con un objeto Siltstone de 20 centímetros de largo, destinado a ser objeto de un debate arqueológico similar.
Sin embargo, la forma distintiva del objeto y los anillos grabados alrededor de la parte superior son "una representación simbólica de los genitales masculinos", como declaró el investigador principal Nicholas Conard. Los investigadores señalaron comparablemente que el objeto estaba altamente pulido al final, lo que sugiere que se había utilizado suficientemente.
Nuestro conocimiento de los consoladores no se limita solo a divertidos hallazgos arqueológicos. Vemos evidencia de consoladores en una variedad de arte y literatura del mundo antiguo.
Los consoladores asumen un papel destacado en la obra cómica de Aristófanes Lysistrata (411 a. C.). En un intento por poner fin a la Guerra del Peloponeso, Lysistrata instruye a las mujeres de las ciudades en guerra para que rechacen favores sexuales a sus maridos y amantes hasta que los hombres negocien la paz. Para evitar su propia frustración, les indicó que mientras tanto satisficieran sus necesidades con el uso de estos artefactos.
Sin embargo, la primera aparición literaria del consolador bien puede ser encontrada en la antigua Grecia. De hecho, se cree que la primera referencia literaria a los consoladores tiene lugar en el Antiguo Testamento. En Ezequiel 16:17, Dios reprende al pueblo de Jerusalén porque “tomaron el oro y la plata” que Él les había dado e hicieron “imágenes fálicas y fornicaron con ellas”.
Mientras tanto, en Roma
La antigua Roma se recuerda fácilmente como un lugar de una liberalidad sexual a veces sorprendente. Los turistas acuden en masa a los sitios restantes de la ciudad de Pompeya para admirar los penes tallados en paredes y pavimentos, explorar los burdeles conservados y ver el arte altamente erótico que ha sobrevivido en las paredes.
Sin embargo, a pesar de todas las historias y evidencias de tendencias impactantes en el dormitorio, todavía tenemos que encontrar un consolador romano de tamaño real, hasta ahora.
Es el primer descubrimiento de un falo de madera sin cuerpo que se encuentra en este supuesto refugio de comportamiento erótico. También es notable porque los objetos de madera rara vez sobreviven. Si bien ese falo ahora mide 16 centímetros, es probable que alguna vez haya sido mucho más grande y se haya encogido con la edad.
También se debe tener en cuenta que la categorización de los objetos como un consolador no necesariamente equivale a liberación y placer sexual.
Como ha dicho Collins:
A veces [los consoladores] no siempre se usaban por placer... Pueden ser implementos de tortura… Esa es la posibilidad más intrigante.
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Si bien el jurado está actualmente deliberando sobre este curioso amigo de madera, la representación fálica de 16 centímetros al menos ha sido liberada de su clasificación como herramienta de costura.
Teniendo en cuenta todo lo que sabemos sobre la historia de los juguetes sexuales y sobre la vida sexual de los antiguos romanos, es probable que este falo pronto encuentre su lugar en los 28 mil años de historia de los consoladores.
* Doctor en Filosofía, Universidad de Melbourne.
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