Con un gran arreglo floral y entre aplausos, los empleados de Aeroméxico recibieronen el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, a sus compañeras, Samantha Hernández Huerta y Brenda Zavala Gómez, azafatas del vuelo AM2431 que se accidentó el martes pasado en Durango.
Ambas sobrecargos fueron clave para que los 97 pasajeros del Embraer 190 se salvaran tras el accidente.
Hernández y Zavala sólo sufrieron heridas leves por lo que pudieron regresar a la Ciudad de México tras recibir atención médica.
Sin embargo, el piloto de la aeronave Carlos Galván sufrió graves lesiones en la espina dorsal lo que le impide moverse, por lo que se espera, que llegué a la capital para seguir con su recuperación.