WASHINGTON. El sector del automóvil en Norteamérica está acelerando los preparativos para el reinicio de sus factorías en la región aprovechando la impaciencia del presidente estadounidense, Donald Trump, por reabrir la economía de su país, paralizada a causa del Covid-19.
El jueves, Trump anunció la hoja de ruta para reiniciar la economía estadounidense tras haber "pasado el pico de nuevos casos", según declaró, a pesar de las dudas de muchos especialistas sobre el supuesto aplanamiento de la curva y que algunos de sus asesores han señalado que una reapertura prematura puede ser contraproducente en el medio plazo.
Pero con más de 20 millones de estadounidenses solicitando el seguro de desempleo en las últimas semanas, Trump tiene prisa por reiniciar la actividad en un año electoral en el que, hasta antes del brote del coronavirus SARS-CoV-2, su principal factor para ganar la reelección era la economía.
Una pieza fundamental en los planes de Trump es el sector del automóvil, clave en estados que pueden ser decisivos de cara a la votación presidencial, como Michigan u Ohio.
Trump ha incluido en su grupo de líderes industriales que le están asesorando en la reapertura económica a los dirigentes de General Motors (GM), Ford y Fiat Chrysler (FCA), con los que conversó telefónicamente el miércoles.
Los tres han tenido que retrasar la reapertura de sus factorías en Norteamérica, previsto inicialmente para finales de marzo, ante la rápida propagación del Covid-19 en Estados Unidos, Canadá y México, pero ahora están acelerando los planes para la vuelta al trabajo a las plantas de producción.
Plantas de FCA en Estados Unidos y Canadá estarían preparándose para empezar de nuevo la producción en la primera mitad de mayo.
GM y Ford todavía no indican en qué fechas podrían reiniciar la producción en Norteamérica, pero fuentes del sector señalaron que los dos fabricantes ultiman sus planes ante las diferentes condiciones creadas en Estados Unidos, Canadá y México por el Covid-19.
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