/ jueves 15 de noviembre de 2018

Bluebox: La fábrica de la disrupción

Es la primera empresa dedicada a conectar a emprendedores y corporativos para acelerar nuevos negocios y mantener vigentes a los ya consolidados

La disrupción por la que atraviesan todas las industrias, generada por la tecnología y los nuevos patrones de consumo, orilla a las grandes empresas a abrazar el cambio o a morir. En el otro lado, las startups están necesitadas de alguien que confíe en sus nuevas propuestas, les brinde independencia y además les abra una oportunidad.

La empresa de Gustavo Huerta, Juan Pablo Sánchez y Alejandro Cortes, Blue- Box, tiene el objetivo de cerrar esta brecha: expone a los corporativos mexicanos al vibrante escaparate del emprendimiento y a los emprendedores les da la oportunidad de probarse a sí mismos.

BlueBox es la primera empresa mexicana dedicada exclusivamente al corporate venturing, que es el mercado en el cual las empresas ya establecidas se vinculan con nuevas empresas para generar sinergias enfocadas a resolver problemas en particular o incursionar en nuevos mercados.

Foto: Carmen Hernández

"Estamos en la industria del corporate venturing, que son los ejercicios de los corporativos por vincularse con el ecosistema del emprendimiento. El objetivo es hacer ejercicios de innovación abierta donde abren sus recursos y sus puertas para que la innovación venga de afuera y haga sinergia con sus recursos propios", explica Alejandro Cortes en una plática con El Sol de México.

Lo que BlueBox ofrece a las empresas de corte internacional operando en el país son servicios como la planeación y operación de sus propias incubadoras de negocios, principalmente. En ellas los corporativos lanzan convocatorias al mundo emprendedor y acompañan a candidatos en un proceso de mentoría para afinar y validar sus modelos de negocio.

Foto: Carmen Hernández

Finalmente, los corporativos pueden invertir en los emprendimientos, comprar una parte o la totalidad del proyecto si así las partes lo deciden.

Así mismo, BlueBox ofrece a los corporativos servicios de scouting para encontrar startups enfocadas en un tema en particular y en el cual el corporativo necesita soluciones o, a manera de intermediario, para una valuación y posterior inversión o compra.

Por ejemplo, BlueBox les acerca startups que le ayuden a una empresa de alimentos a expandir su portafolio a opciones bajas en calorías, o a modernizar sus cadenas de suministro, a mejorar su experiencia de usuario mediante tecnología.

El principio del modelo está basado en una cultura colaborativa entre empresas, en la que ambas partes obtienen beneficios y reducen costos en desarrollo y de entrada al mercado.

Foto: Carmen Hernández

Según platica Alejandro, cada vez más los grandes corporativos están entendiendo que los unicornios, esos grandes negocios construyéndose en las cocheras por personas jóvenes, pueden terminar sacándolos de sus negocios. Por eso es que dentro de sus estrategias han incorporado la idea de que resulta más conveniente subirse a la ola de la disrupción antes de ahogarse en ella.

"En el pasado las empresas invertían muchísimo dinero en investigación y desarrollo, eran procesos muy largos para obtener resultados y hoy dentro de sus estrategias de innovación están todos estos esfuerzos de interacción con el ecosistema y estar muy cercanos a la innovación en su industria.

"La lógica de un corporativo es meramente estratégica, no es de retorno financiero. Su principal objetivo es estar un paso adelante o protegidos ante una eventual disrupción en su industria, quieren evitar lo que pasó con Kodak, con Blockbuster, quieren tener una ventana hacia la disrupción y una vez que tienen esa ventana abierta lo que está pasando es que están participando, haciendo pilotos, invirtiendo, o en algunos casos la compran o contratan al talento", explica.

Foto: Carmen Hernández

EL PADRINO

BlueBox originalmente fue concebida por el moreliano Gustavo Huerta como una empresa facilitadora de mecanismos de aceleración y fondeo a emprendedores, así como organizadora de hackatones.

Después de varios emprendimientos, algunos de ellos en el sector restaurantero, unos buenos y otros no tanto, Gustavo Huerta conoció durante un viaje a Buenos Aires, Argentina, la incipiente escena latinoamericana del emprendimiento, el capital ángel y la disrupción tecnológica.

"Encontró que posiblemente eso era lo que le había faltado en su etapa de emprendedor para haber validado una idea antes de invertirle", explica Alejandro, en ausencia de su socio.

A su regreso, a principios de 2010, en México el ambiente startup era incipiente, con sólo algunas aceleradoras operando en el país, pocos fondos de capital arriesgándose en proyectos nuevos y en general un ambiente de desconocimiento.

Alejandro y Juan Pablo tenían su propia empresa de consultoría empresarial y habían ayudado a Gustavo en uno de sus emprendimientos. Se reunieron en uno de los eventos organizados por Gustavo y decidieron asociarse.

Foto: Carmen Hernández

"En el camino vimos que había un océano azul en este sector, con una gran oportunidad, con muy poquitas empresas involucradas, sin embargo no teníamos claro cómo iba a ser el modelo de negocio en esto", recuerda Alejandro.

El evento que vino a transformar a BlueBox fue la llegada en 2012 del director de operaciones globales de la exitosa cadena Cinepolis, Miguel Mier. Interesado en el ambiente emprendedor, Mier les propuso a los muchachos organizar un hackaton en el que los emprendedores desarrollaran soluciones enfocadas para la cadena.

"Para nosotros eso fue un breaking point, porque vimos que habían corporativos interesados en involucrarse en este ecosistema de startups y de emprendimiento. Aprendimos que había potencial de encontrar buenas ideas, buenos emprendedores, pero encontramos una necesidad para los corporativos que era cómo poder interactuar con estos emprendedores y con estas ideas, no sólo es encontrarlas, sino una vez que las encuentras cómo puedo hacer esas sinergia y puedo adoptar ese talento con tecnología en mi empresa", explica Alejandro.

A raíz de esto los socios se replantearon la escalabilidad del modelo, buscaron las mejores prácticas a nivel mundial, como la de Disney en Estados Unidos, y decidieron enfocarse en ofrecerle soluciones a los corporativos para resolver estas problemáticas.

Foto: Carmen Hernández

"Ya existían incubadoras, pero sabíamos que el tema de corporativos al menos en México era el factor que podía ser la diferencia para que ciertas incubadoras fueran rentables y además pudieran tener mayor probabilidad de éxito para las startups", dice.

El modelo de BlueBox no tardó en hacer eco entre los corporativos mexicanos. Hoy entre sus clientes se contabilizan nombres como Grupo Modelo, Bimbo, Volaris, Aga del Centro, Axtel, y Fundación Teletón junto con Cinepolis.

TRAJES PARA INNOVAR

"Entendimos que los corporativos no necesitaban una solución genérica. Creíamos que un solo modelo iba a aplicar para todos y ahí aprendimos que no, cada uno tiene sus necesidades y su estrategia muy definida y nosotros teníamos que entenderla. En qué parte de su estrategia cabía el ejercicio de la aceleradora o el hackaton y una vez que los entendíamos diseñábamos un evento a su medida.

"Ha sido un proceso de atender las necesidades de los corporativos, saber cómo trabajan, cómo se pueden integrar y hacer sinergias con las startups y los emprendedores y hemos venido creciendo", dice Alejandro.

Foto: Carmen Hernández

En poco más de ocho años BlueBox ha logrado conectar a cinco mil startups con empresas ya consolidadas, de las cuales 350 han podido incorporarse a programas de aceleración y recibido inversiones. Cada año la empresa crece alrededor de 30% en facturación.

Mediante sus distintas actividades la empresa calcula haber movilizado 9.5 millones de dólares en inversiones corporativas para la construcción de programas de emprendimiento, en recursos públicos canalizados a startups y por inversiones propias.

"Estamos en un sector que está creciendo y el interés de los corporativos es mayor, empiezan a haber mayores casos de éxito del ecosistema, que es muy importante para darle certidumbre a los corporativos que están estirando presupuesto e invirtiendo en startups", dice Alejandro Cortes.

Con operaciones en Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, BlueBox empezará a partir de 2019 su expansión a nivel internacional. Aunque ya ha conectado a startups de Colombia, Argentina y Chile con corporativos mexicanos, a partir del próximo año establecerá su primer oficina en Chile, y posteriormente migrará a otras latitudes.

Foto: Carmen Hernández

La idea, dice, es ser la empresa de referencia en la región latinoaméricana que conecte a emprendedores con corporativos de todos los países para acelerar a los nuevos negocios, y que mantenga vigentes a las empresas con experiencia.

"Es un camino de dos sentidos, no podría funcionar nuestro modelo si no fuera así. Desde que empezamos en esto creemos que una fórmula que puede aumentar la probabilidad de éxito en el ecosistema de emprendimiento de México y Latam es el corporativo.

"Es el que puede hacer que una startup pueda generar mayor escalamiento, a vincularse con todos los recursos comerciales, de infraestructura y de capital, además el acceso al capital que es una industria bastante joven. Creemos que nuestro modelo va a hacer que realmente sucedan estas cosas en Latinoamérica", finaliza.

La disrupción por la que atraviesan todas las industrias, generada por la tecnología y los nuevos patrones de consumo, orilla a las grandes empresas a abrazar el cambio o a morir. En el otro lado, las startups están necesitadas de alguien que confíe en sus nuevas propuestas, les brinde independencia y además les abra una oportunidad.

La empresa de Gustavo Huerta, Juan Pablo Sánchez y Alejandro Cortes, Blue- Box, tiene el objetivo de cerrar esta brecha: expone a los corporativos mexicanos al vibrante escaparate del emprendimiento y a los emprendedores les da la oportunidad de probarse a sí mismos.

BlueBox es la primera empresa mexicana dedicada exclusivamente al corporate venturing, que es el mercado en el cual las empresas ya establecidas se vinculan con nuevas empresas para generar sinergias enfocadas a resolver problemas en particular o incursionar en nuevos mercados.

Foto: Carmen Hernández

"Estamos en la industria del corporate venturing, que son los ejercicios de los corporativos por vincularse con el ecosistema del emprendimiento. El objetivo es hacer ejercicios de innovación abierta donde abren sus recursos y sus puertas para que la innovación venga de afuera y haga sinergia con sus recursos propios", explica Alejandro Cortes en una plática con El Sol de México.

Lo que BlueBox ofrece a las empresas de corte internacional operando en el país son servicios como la planeación y operación de sus propias incubadoras de negocios, principalmente. En ellas los corporativos lanzan convocatorias al mundo emprendedor y acompañan a candidatos en un proceso de mentoría para afinar y validar sus modelos de negocio.

Foto: Carmen Hernández

Finalmente, los corporativos pueden invertir en los emprendimientos, comprar una parte o la totalidad del proyecto si así las partes lo deciden.

Así mismo, BlueBox ofrece a los corporativos servicios de scouting para encontrar startups enfocadas en un tema en particular y en el cual el corporativo necesita soluciones o, a manera de intermediario, para una valuación y posterior inversión o compra.

Por ejemplo, BlueBox les acerca startups que le ayuden a una empresa de alimentos a expandir su portafolio a opciones bajas en calorías, o a modernizar sus cadenas de suministro, a mejorar su experiencia de usuario mediante tecnología.

El principio del modelo está basado en una cultura colaborativa entre empresas, en la que ambas partes obtienen beneficios y reducen costos en desarrollo y de entrada al mercado.

Foto: Carmen Hernández

Según platica Alejandro, cada vez más los grandes corporativos están entendiendo que los unicornios, esos grandes negocios construyéndose en las cocheras por personas jóvenes, pueden terminar sacándolos de sus negocios. Por eso es que dentro de sus estrategias han incorporado la idea de que resulta más conveniente subirse a la ola de la disrupción antes de ahogarse en ella.

"En el pasado las empresas invertían muchísimo dinero en investigación y desarrollo, eran procesos muy largos para obtener resultados y hoy dentro de sus estrategias de innovación están todos estos esfuerzos de interacción con el ecosistema y estar muy cercanos a la innovación en su industria.

"La lógica de un corporativo es meramente estratégica, no es de retorno financiero. Su principal objetivo es estar un paso adelante o protegidos ante una eventual disrupción en su industria, quieren evitar lo que pasó con Kodak, con Blockbuster, quieren tener una ventana hacia la disrupción y una vez que tienen esa ventana abierta lo que está pasando es que están participando, haciendo pilotos, invirtiendo, o en algunos casos la compran o contratan al talento", explica.

Foto: Carmen Hernández

EL PADRINO

BlueBox originalmente fue concebida por el moreliano Gustavo Huerta como una empresa facilitadora de mecanismos de aceleración y fondeo a emprendedores, así como organizadora de hackatones.

Después de varios emprendimientos, algunos de ellos en el sector restaurantero, unos buenos y otros no tanto, Gustavo Huerta conoció durante un viaje a Buenos Aires, Argentina, la incipiente escena latinoamericana del emprendimiento, el capital ángel y la disrupción tecnológica.

"Encontró que posiblemente eso era lo que le había faltado en su etapa de emprendedor para haber validado una idea antes de invertirle", explica Alejandro, en ausencia de su socio.

A su regreso, a principios de 2010, en México el ambiente startup era incipiente, con sólo algunas aceleradoras operando en el país, pocos fondos de capital arriesgándose en proyectos nuevos y en general un ambiente de desconocimiento.

Alejandro y Juan Pablo tenían su propia empresa de consultoría empresarial y habían ayudado a Gustavo en uno de sus emprendimientos. Se reunieron en uno de los eventos organizados por Gustavo y decidieron asociarse.

Foto: Carmen Hernández

"En el camino vimos que había un océano azul en este sector, con una gran oportunidad, con muy poquitas empresas involucradas, sin embargo no teníamos claro cómo iba a ser el modelo de negocio en esto", recuerda Alejandro.

El evento que vino a transformar a BlueBox fue la llegada en 2012 del director de operaciones globales de la exitosa cadena Cinepolis, Miguel Mier. Interesado en el ambiente emprendedor, Mier les propuso a los muchachos organizar un hackaton en el que los emprendedores desarrollaran soluciones enfocadas para la cadena.

"Para nosotros eso fue un breaking point, porque vimos que habían corporativos interesados en involucrarse en este ecosistema de startups y de emprendimiento. Aprendimos que había potencial de encontrar buenas ideas, buenos emprendedores, pero encontramos una necesidad para los corporativos que era cómo poder interactuar con estos emprendedores y con estas ideas, no sólo es encontrarlas, sino una vez que las encuentras cómo puedo hacer esas sinergia y puedo adoptar ese talento con tecnología en mi empresa", explica Alejandro.

A raíz de esto los socios se replantearon la escalabilidad del modelo, buscaron las mejores prácticas a nivel mundial, como la de Disney en Estados Unidos, y decidieron enfocarse en ofrecerle soluciones a los corporativos para resolver estas problemáticas.

Foto: Carmen Hernández

"Ya existían incubadoras, pero sabíamos que el tema de corporativos al menos en México era el factor que podía ser la diferencia para que ciertas incubadoras fueran rentables y además pudieran tener mayor probabilidad de éxito para las startups", dice.

El modelo de BlueBox no tardó en hacer eco entre los corporativos mexicanos. Hoy entre sus clientes se contabilizan nombres como Grupo Modelo, Bimbo, Volaris, Aga del Centro, Axtel, y Fundación Teletón junto con Cinepolis.

TRAJES PARA INNOVAR

"Entendimos que los corporativos no necesitaban una solución genérica. Creíamos que un solo modelo iba a aplicar para todos y ahí aprendimos que no, cada uno tiene sus necesidades y su estrategia muy definida y nosotros teníamos que entenderla. En qué parte de su estrategia cabía el ejercicio de la aceleradora o el hackaton y una vez que los entendíamos diseñábamos un evento a su medida.

"Ha sido un proceso de atender las necesidades de los corporativos, saber cómo trabajan, cómo se pueden integrar y hacer sinergias con las startups y los emprendedores y hemos venido creciendo", dice Alejandro.

Foto: Carmen Hernández

En poco más de ocho años BlueBox ha logrado conectar a cinco mil startups con empresas ya consolidadas, de las cuales 350 han podido incorporarse a programas de aceleración y recibido inversiones. Cada año la empresa crece alrededor de 30% en facturación.

Mediante sus distintas actividades la empresa calcula haber movilizado 9.5 millones de dólares en inversiones corporativas para la construcción de programas de emprendimiento, en recursos públicos canalizados a startups y por inversiones propias.

"Estamos en un sector que está creciendo y el interés de los corporativos es mayor, empiezan a haber mayores casos de éxito del ecosistema, que es muy importante para darle certidumbre a los corporativos que están estirando presupuesto e invirtiendo en startups", dice Alejandro Cortes.

Con operaciones en Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, BlueBox empezará a partir de 2019 su expansión a nivel internacional. Aunque ya ha conectado a startups de Colombia, Argentina y Chile con corporativos mexicanos, a partir del próximo año establecerá su primer oficina en Chile, y posteriormente migrará a otras latitudes.

Foto: Carmen Hernández

La idea, dice, es ser la empresa de referencia en la región latinoaméricana que conecte a emprendedores con corporativos de todos los países para acelerar a los nuevos negocios, y que mantenga vigentes a las empresas con experiencia.

"Es un camino de dos sentidos, no podría funcionar nuestro modelo si no fuera así. Desde que empezamos en esto creemos que una fórmula que puede aumentar la probabilidad de éxito en el ecosistema de emprendimiento de México y Latam es el corporativo.

"Es el que puede hacer que una startup pueda generar mayor escalamiento, a vincularse con todos los recursos comerciales, de infraestructura y de capital, además el acceso al capital que es una industria bastante joven. Creemos que nuestro modelo va a hacer que realmente sucedan estas cosas en Latinoamérica", finaliza.

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