La pandemia por Covid-19 trajo como consecuencia un agravamiento de las desventajas de las mujeres en el mercado laboral en el país, donde más de tres y medio millones de mexicanas perdieron su trabajo remunerado durante la crisis de salud, indicó el Sexto Boletín de Movilidad Social, elaborado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
El documento, que analiza las diferencias en el mercado de trabajo entre hombres y mujeres desde 2006, subraya que entre finales de 2019 al primer trimestre de 2020, 8.3 millones de mexicanos perdieron sus empleos remunerados, de los cuales alrededor de 3.7 millones fueron mujeres.
Asimismo, destaca que mientras en el cuarto trimestre de 2019, la población económicamente activa era de alrededor de 22.2 millones de mujeres y 35.1 millones de hombres, para el segundo trimestres del 2020, en plena pandemia, esta cifra cayó drásticamente a 18 millones de mujeres y 30.4 millones de hombres.
Al presentar el Boletín, Rodolfo de la Torre, director de Movilidad Social del CEEY, destacó que sólo tres de cada 10 mujeres logran mantener su empleo durante un año, mientras que en el caso de los hombres la cifra es 9 de cada 10.
“Durante el periodo 2006 a 2019, las mujeres tuvieron menos posibilidad que los hombres de transitar del desempleo o del trabajo no remunerado hacia un trabajo remunerado, así como de incorporarse a los servicios de salud debido a su empleo. No obstante, más mujeres que hombres recibieron capacitación para el trabajo”, destaca el documento.
Asimismo, refiere que a pesar de que la población económicamente activa que mantuvo u obtuvo una ocupación remunerada aumentó en el cuarto trimestre de 2021 respecto a lo registrado el mismo periodo de 2020, aún no se alcanza la movilidad laboral que se registró en este rubro en el 2019.
De acuerdo con el Boletín, la desigualdad de ingresos entre hombres y mujeres también ha incrementado notablemente a lo largo de un año, ya que para el cuarto trimestre de 2021, la desigualdad aumentó 2.46 por ciento. “Aunque hay una recuperación de la población económicamente activa remunerada con acceso a servicios de salud y con capacitación, la movilidad social en los ingresos laborales continúa su deterioro”, alerta.
En cuanto a los cambios en el ingreso, de acuerdo con el estudio, entre 2006 y 2018, el deterioro en el ingreso real de las mujeres que pudieron conservar una remuneración por su trabajo a lo largo de un año promedió fue de 0.1 por ciento, mientras el de los hombres fue de 0.7 por ciento. Para el primer trimestre de 2020, mientras las mujeres redujeron su ingreso laboral 4.2 por ciento, los hombres lo incrementaron 6.9 por ciento.
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