La cláusula de expiración automática en cinco años del TLCAN que desea Estados Unidos representa una idea “insensata” e “innecesaria” que desalentaría la inversión y socavaría los beneficios del acuerdo, señaló el experto comercial estadounidense, Jeffrey Schott.
El analista del Instituto Peterson de Economía Internacional (PIIE), sostuvo que las cláusulas de terminación automática nunca han sido incluidas en los acuerdos de libre comercio de Estados Unidos porque socavan los beneficios económicos básicos del acuerdo.
“La incertidumbre adicional sobre el futuro del panorama de políticas en Norteamérica y la amenaza de nuevas restricciones a las importaciones o aranceles más altos por parte de Estados Unidos, desalentaría la inversión y reduciría las perspectivas de crecimiento en los tres países”, alertó.
Schott, quien ha escrito análisis económicos del impacto positivo del TLCAN desde su creación en 1994, sostuvo que la propuesta de la administración Trump es “insensata e innecesaria”.
“La predictibilidad de políticas permite a los negocios planear mejor su producción, comercio y estrategias de inversión para mejorar su competitividad e impulsar el crecimiento económico y la cláusula de terminación haría lo contrario”, abundó.
El secretario de Comercio Wilbur Ross confirmó la semana pasada el interés de la administración Trump de incluir la cláusula de terminación del TLCAN cada cinco años a menos que los tres socios ratifiquen su continuación.
“Si hubiera una reexaminación sistemática después de un periodo se tendría un foro para tratar de arreglar las cosas”, señaló en un foro de la revista Político.
El TLCAN, que está siendo objeto de un proceso de modernización por parte de Estados Unidos, México y Canadá, incluye en su actual redacción el Artículo 2205 que permite a cualquiera de los socios abandonar el acuerdo seis meses después de una notificación formal.
Pero ninguna cláusula similar ha sido incluida en otros acuerdos de libre comercio de Estados Unidos.
México y Canadá echaron un balde de agua fría a la propuesta deslizada por Ross y que según el funcionario cuenta con el respaldo del representante comercial de la Casa Blanca, Robert Lighthizer.