La consolidación fiscal del país será un desafío clave durante el gobierno de Claudia Sheinbaum, a medida que crece la deuda y las presiones en las finanzas públicas, advirtió la agencia Fitch Ratings.
“La aplastante victoria de Sheinbaum en las elecciones señaló una amplia continuidad de la política macroeconómica, incluso en la política fiscal y monetaria. El déficit fiscal se ampliará materialmente este año, haciendo de la consolidación un desafío clave”, dijo la calificadora.
Para este año, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) estimó un déficit fiscal de alrededor de 5.9 por ciento, debido a la conclusión de las principales obras de infraestructura del sexenio en turno.
De cumplirse esta proyección, sería el déficit más alto desde el 2000. Sin embargo, para 2025 se tiene la meta de reducirlo hasta un 3.5 por ciento, según lo planteado por Claudia Sheinbaum.
Pese a ello, durante el primer semestre del año, la SHCP reportó que el déficit presupuestario fue de 744 mil 201 millones de pesos, el más alto para un mismo periodo en los últimos 34 años, y representó 2.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
¿Cuáles serán los desafíos fiscales durante el gobierno de Sheinbaum?
En su reporte Agenda, desafíos y oportunidades de Sheinbaum de México, Fitch Ratings recordó que si bien Claudia Sheinbaum ha dicho que se reducirá el déficit durante su administración, no está claro el “apetito político” para impulsar una reforma que ayude a crecer los ingresos presupuestarios.
A este panorama, se suma el reto de que Petróleos Mexicanos (Pemex) aún es una carga fiscal para el país y se prevé que el nuevo gobierno continuará apoyando financieramente a la empresa.
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Los ahorros fiscales de las partidas de gasto serán insuficientes para volver a alinear el déficit con los promedios históricos. El presupuesto de 2025 a mediados de noviembre debería ayudar a aclarar los objetivos fiscales de la nueva administración. Fitch Ratings.
Por otro lado, Fitch Ratings resaltó que las reformas constitucionales propuestas por el Ejecutivo podrían afectar negativamente el perfil institucional del país, aunque la gravedad de su impacto será más clara una vez aprobadas e implementadas.
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Los indicadores de gobernanza débiles ya limitan la calificación soberana, y solo se compensan en parte con un historial de política macroeconómica prudente, creíble y consistente.Fitch Ratings.
