La industria del acero en América Latina redujo sus pronósticos de venta para este año debido a la desaceleración económica en México, Brasil y Argentina.
En México, que representa la mitad de los pedidos de acero en la región, la actividad industrial disminuyó, afectada por menor actividad en la construcción y en la producción automotriz.
Los sectores de la construcción y automotriz son los de mayor demanda de acero. Del consumo total, el primero representa casi la mitad, mientras que 28 por ciento va a la fabricación de automóviles.
“La construcción es lo que motiva más el consumo de acero, y lo que impulsa más este sector es el gasto público, que es un reflejo del crecimiento de la economía. México no ha tenido el crecimiento esperado, es menor, y en la parte automotriz, que podría detonar algo al consumo del acero, también hay bajas en espera de la aprobación del T-MEC”, explica Francisco Leal, director de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero).
Por estos factores internos y la guerra comercial entre Estados Unidos y China, las más de 60 empresa productoras de acero afiliadas a la Alacero prevén que la demanda en la región sea de menos de 68 millones, cuando antes calculaban más de 70 millones.
Si el consumo no se recupera estarán en riesgo mucho de los 900 mil empleos directos indirectos que genera la industria metalúrgica en la región, explica el directivo a El Sol de México.
Para el segundo semestre y para 2020 el pronóstico puede mejorar si hay un despegue de los sectores de la construcción y automotriz.
LA INVASIÓN CHINA
El año pasado, 32 por ciento del acero consumido en la región prevenía principalmente de China. En lo que va de este año esa participación aumentó cinco puntos porcentuales.
Frente a esta tendencia, dijo que la industria quiere un piso parejo, de ahí que se han emprendido acciones al respecto.
En América Latina existen 67 acciones antidumping vigentes, de las cuales 42 son contra China, y de ese total 33 las promovió México.