Las empresas invitadas por el gobierno federal para concursar por la construcción de la refinería en Dos Bocas, Tabasco, a las que la secretaria de Energía, Rocío Nahle, describió como las mejores del mundo, se han visto envueltas en millonarios escándalos de corrupción.
Tal es el caso de Bechtel y Techint,que van en consorcio por este proyecto de hasta ocho mil millones de dólares. La primera, considerada la mayor compañía dedicada a la ingeniería de Estados Unidos, fue señalada en 2017 en tribunales británicos por actos de corrupción en Abu Dhabi.
De acuerdo con un trabajo del diario inglés The Telegraph, Bechtel utilizó los servicios del Grupo Al Badie para ganar un contrato por 600 millones de dólares para construir una planta de petroquímicos en ese país. Pero la compañía árabe admitió ante un tribunal haber pagado sobornos para ganar el proyecto.
En tanto, la empresa italo-argentina Techint está bajo investigación tanto en Italia como en Argentina por el presunto pago de algunos de sus empleados de nueve millones de dólares a funcionarios en Brasil para quedarse con obras de Petrobras, esto entre 2009 y 2013.
En noviembre pasado, el CEO de la empresa, Paolo Rocca, fue procesado en Argentina por delitos de asociación ilícita y cohecho, luego de que se descubrió una serie de sobornos a exfuncionarios del gobierno de Cristina Kirchner.
En el otro consorcio, integrado por WorleyParsons y Jacobs, la primera empresa fue vinculada en 2016 a Unaoil, investigada por la Oficina de Fraudes Graves de Reino Unido por presuntos actos de corrupción para ganar un contrato y construir un ducto petrolero en Medio Oriente con valor de 500 millones de dólares.
En 2016, 21 empleados de la filial china de Jacobs fueron arrestados en Hong Kong por falsificar pruebas de calidad en los materiales utilizados para la construcción de un puente entre esa ciudad y Macao. La empresa también fue vetada para los contratos de consultoría para el gobierno.
Las dos que van en solitario por la construcción de Dos Bocas, la francesa Technip y la estadounidense KBR, tienen registros de malas prácticas en conjunto.
En 2010, la francesa enfrentó un juicio en EU por sobornos a funcionarios de Nigeria, para ganar contratos de construcción de instalaciones de gas natural licuado por seis mil millones de dólares.
El caso, por el que Technip tuvo que pagar una multa de 338 millones de dólares involucró a KBR, cuyo director general, Albert Stanley, fue condenado a 30 meses de prisión y a pagar 10.8 millones de dólares al declararse culpable por pago de sobornos a funcionarios nigerianos.
En 2016, KBR nuevamente estuvo en medio de la polémica luego de que salieron a la luz tratos de la empresa con Unaoil, el mismo grupo investigado por actos de corrupción para ganar contratos millonarios en Medio Oriente.
"No queremos que en estas obras tan importantes las empresas no tengan capacidad profesional, capacidad económica y sobre todo que no sean empresas con dimensión ética", dijo ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos, calificó de “sospechoso” que el gobierno federal haya elegido el modelo de invitación restringida, sobre todo por las presuntas irregularidades de las empresas. Sienta un mal precedente para una obra de ese tamaño.
El presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), Enoch Castellanos, y el experto en Infraestructura y Energía, Luis Miguel Labardini, minimizaron los escándalos de corrupción de estas empresas.