En este 2017. el mercado de la infraestructura a nivel globalenfrentará “fuerzas que actuarán en contra de laglobalización”, a través de políticas y acciones con perfilesproteccionistas y nacionalistas, alertó la consultoría KPMG.
De esta manera, Stephen Beatty, socio líder de Infraestructurapara la región de Américas de la firma, afirmó frente alcontexto global, es posible sostener que el futuro de lainfraestructura a nivel global será guiado por la incertidumbre yla disrupción: el ascenso de gobiernos populistas, el llamado auna mayor transparencia y los cambios necesarios en los modelos deinversión.
Por ello, a través de un reporte, el analista alertó que elsector en mención enfrentará diferentes retos a lo largo de esteaño, lo que demandará habilidad y destreza por parte de losagentes económicos para sortear el contexto.
“Habrá fuerzas que actuarán en contra de la globalización:aumentando el proteccionismo y las agendas nacionalistas,modificando las preferencias sociales, aumentando el enfoque en la‘localización’, nuevas negociaciones comerciales y otrasvariables que generan incertidumbre que podrían enfriar elentusiasmo por la globalización”, afirmó el especialista.
En ese sentido, dijo que el giro hacia agendas populistas,apoyado por la infraestructura, probablemente lleve a trestendencias secundarias clave: 1) Los presupuestos deinfraestructura deben aumentar; 2) Proliferación delproteccionismo donde se da prioridad a los participantes localespor encima de la experiencia internacional; y 3) Un cambio en lasprioridades de infraestructura, no solo hacia activos máspopulares y proyectos “que dan prioridad a la gente”, sinotambién hacia nuevas tecnologías y modelos que agilicen losproyectos de infraestructura.
Dijo que, durante 2017, KPMG considera que los gobiernos asumanun enfoque más “ascendente” hacia la planeación y eldesarrollo de infraestructura, dedicando tiempo a entender lasdiversas demandas de los usuarios actuales y las generacionesfuturas con el fin de que esto les permita replantear los programasactuales de infraestructura.
El especialista consideró que existen posibilidades de que losinversionistas (públicos y privados) y las instituciones seesfuercen seriamente por medir y comunicar el impacto real de susinversiones.
“En algunos casos, esto conllevará a tomar decisionesdifíciles a medida que los administradores de proyectos y susbeneficiarios estén más conscientes de su huella social yambiental; de igual manera, es probable que esto conduzca a unamayor competencia por proyectos que puedan demostrar dichosbeneficios”, afirmó.
De igual manera, el analista de KPMG espera que tantopropietarios como operadores empiecen a enfocarse en desarrollarplanes de tecnología sólidos, equilibrando la necesidad de unaventaja competitiva contra el deseo de obtener rendimientosrápidos sobre sus inversiones.
“Un número selecto de gobiernos dejarán de ser Evisionariostecnológicosv para convertirse en líderes en tecnologíal yutilizarán dicha ventaja para relacionarse mejor con susciudadanos e incrementar la eficiencia de su infraestructura ,destacó.