/ jueves 23 de septiembre de 2021

Gympass: El bienestar no se destruye, sólo se transforma

Una plataforma que le brinda a las empresas acceso ilimitado a miles de gimnasios e instalaciones deportivas

Durante los primeros seis meses del 2020 los gimnasios estaban completamente cerrados, las personas confinadas, las economías en crisis y los inversionistas temerosos, aún así la plataforma de wellness (bienestar) más grande del mundo, Gympass, alcanzó una valoración por 2 mil 200 millones de dólares, confirmando así su presencia en el exclusivo club de unicornios tecnológicos.

João Barbosa, co-fundador de la empresa, recuerda esos días como un momento de cambio, decisiones rápidas y mucho trabajo, en el que salir con soluciones innovadoras para la industria del bienestar representaban la diferencia entre vivir o morir.

Hoy, más relajado, platica sobre cómo Gympass pudo no sólo sobrevivir para contar su historia, sino que hoy con una cara nueva y más compleja se encamina a capitalizar lo logrado en medio de la crisis del año pasado.

Gympass es la plataforma de beneficios corporativos de wellness más grande del mundo. Actualmente mediante ella más de 3 mil empresas en todo el mundo ofrecen a sus trabajadores el acceso a 53 mil gimnasios y establecimientos deportivos.

Gracias a un modelo pay once enter all, las empresas pagan a Gympass para que ésta les dé acceso ilimitado a los trabajadores a instalaciones deportivas asociadas, que a precio de mercado serían superiores a las reducciones vía nómina que se hacen, sin que esto les represente a los usuarios el pago de inscripción, anualidad o una penalización por salir.

Además de los beneficios para los usuarios finales, el modelo asegura réditos para los centros de actividad física, que se unen a una red global de clientes, aumentan el flujo de visitantes e incrementan su visibilidad.

Por lo anterior es que en diversas ocasiones la prensa ha llamado a Gympass "el Netflix de los gimnasios".

El modelo nace bajo la idea de la democratización de la actividad física en instalaciones de calidad, así como en el creciente interés por parte de las empresas de proveer beneficios que impacten positivamente la vida de sus trabajadores.

Antes de marzo del 2020 Gympass ya era reconocida como una de las startups más disruptivas del ambiente fitness por el valor y los cambios que aportaba en toda la cadena en 3 mil 500 ciudades del mundo en donde operaba.

Fundada en 2012 por los socios Cesar Carvalho, João Barbosa y Vinícius Ferriani, Gympass nació de los constantes ires y venires de Carvalho por el mundo como analista financiero para firmas como CVC o McKinsey, que le hacían imposible acudir a un gimnasio a hacer ejercicio.

"En un momento, estaba pagando membresías en tres gimnasios diferentes al mismo tiempo pero rara vez lograba usarlos. Pensé en una tarifa mensual que me daría acceso a cualquier gimnasio, independientemente de dónde estuviera, de modo que pude mantener una rutina de actividad física incluso con todos los cambios en el trabajo. Lo que descubrimos más tarde fue que las empresas estarían dispuestas a invertir para incentivar a su personal a hacer ejercicio", platicó Carvalho a Forbes en 2019.

João, economista egresado de Stanford con experiencia en Citibank, Santander y CVC así como camarada de César, se unió rápidamente para echar a andar el proyecto que con la anexión de la consultora PwC como primer gran cliente corporativo marcó su inicio como una de las startups más destacadas de Brasil.

Foto: Cuartoscuro

Con el tiempo Gympass marcó su expansión global con su llegada a México en 2015 y Europa para más tarde hacer de Estados Unidos su centro de operaciones en 2017. Hoy alcanza a 10 países con clientes de altos vuelos en prácticamente todas las áreas de la economía como AB-Inbev, P&G, Metlife, PayPal, Ford, Sigma, Coca Cola FEMSA, Pfizer o Novartis, por sólo mencionar algunos.

Sin embargo, según reconoce João, el modelo estaba basado en una hipótesis de mercado que el tiempo probaría equivocada: las personas siempre iban a estar dispuestas a salir de su casa e ir al gimnasio.

"Antes de la emergencia sanitaria teníamos 100% de nuestro modelo basado en las visitas a los gimnasios, estudios y a los servicios tradicionales. Se presentó el problema de cómo íbamos a apoyar a nuestros aliados a mantener sus ingresos cuando cerraron las puertas y no tenían ninguna condición de continuar generando ingresos y mantener a sus colaboradores.

"Tuvimos el gran reto, no solamente para los clientes, pero para todas las empresas del sector fitness, de hacer una reinvención de nuestro modelo de negocio".

Como recuerda João, la industria del fitness presencial y de gimnasios fue de las primeras en cerrarse completamente de la noche a la mañana, mientras la pandemia fue tocando tierra en todos los países del mundo.

Una a una las fuentes de ingresos para Gympass se fueron apagando conforme el confinamiento se hizo norma, los gimnasios estaban imposibilitados para trabajar y las empresas empezaron a recortar beneficios preparándose para una crisis económica mundial.

GUERRILLA DE GIMNASIOS

"Creamos dos comités de guerra que básicamente eran ver dónde podíamos ahorrar dinero y qué cosa necesitamos hacer para sobrevivir, y el otro era para encontrar qué tipo de oportunidades podríamos generar a nuestros aliados".

Según explica João durante los primeros meses de pandemia Gympass tuvo que echar a andar en cuestión de semanas planes que estaban en un horizonte de hasta tres años en el futuro en aquel entonces.

Así, la empresa tuvo que reevaluar su estrategia de marketing y se enfocó en el desarrollo de nuevas verticales de negocio.

"La intención inicial era continuar nuestra expansión internacional y manteniendo el mismo modelo de negocio que teníamos pero con la pandemia tuvimos todo este cambio y accionamos en dos meses todo lo que tal vez podría habernos tomado dos o tres años. En razón de eso hoy tenemos una empresa mucho más completa".

Primero, desarrollaron una plataforma de booking de clases a distancia, en la que clientes, coaches y espacios ociosos encontraban una manera de monetizar el tiempo muerto durante el encierro.

En lugar de ofrecer a sus usuarios un espacio físico en el gimnasio más cercano, Gympass migró a un modelo en el que estos hacían reservaciones de clases vía streaming en el horario que mejor les acomoda.

"Un coach de Querétaro ahora puede ofrecer una clase para una persona que está en Monterrey. Entonces, si a una persona le gustaría hacer una lección de yoga a las 8 de la noche, reserva una lección con el gimnasio con la mejor recomendación. Con esto logramos expandir mucho la base de clientes o las oportunidades para los gimnasios".

De esta manera es que las clases en línea pasaron de representar el 0% de reservaciones tramitadas a través de Gympass antes de la pandemia a ser hoy más del 50% conforme las economías se han ido abriendo.

En una segunda etapa y ya con el andamiaje del booking en línea, Gympass desarrolló un marketplace dentro su app en el que comenzó a ofrecer servicios más variados dentro de la industria más allá de clases, tales como servicios de nutrición, terapias de salud emocional, clases personalizadas, sesiones de meditación y otras disciplinas.

Resultado de esto, comparte João, es que Gympass en sólo meses ha transitado de ser una plataforma centrada en clases presenciales y sesiones de entrenamiento en gimnasios, a una con una oferta más holística en torno al wellness con una mucho mayor penetración tecnológica en su modelo.

De tal calibre son los cambios, comparte, que el nombre de Gympass está siendo revaluado por la empresa pues ya no representa del todo las múltiples verticales que hoy ya alberga.

"Un gran cambio que tuvimos que hacer fue el podernos adaptar y continuar ofreciendo la posibilidad para que todas las personas sean más activas pero implementando nuevas tecnologías.

"Sabíamos del potencial de todas estas soluciones y teníamos la intención de activarlas pero no estaba en nuestros planes de largo o mediano plazo. Para nosotros hoy Gympass es un servicio mucho más completo con todos los pilares del wellbeing que hemos implementado y no solamente de actividad física".

Todos estos cambios han sido bien recibidos por el público inversionista.

Sólo desde el 2019 la plataforma ha logrado captar 520 millones de dólares en capital. Primero 300 millones en junio de aquel año y luego otros 220 millones apenas en junio del 2021. En ambas rondas participó el Softbank japonés, que al día de hoy tiene las manos metidas en algunos de los emprendimientos más relevantes operando en la región, como Uber, Didi, Kavak, Rappi, WeWork o Clip.

Foto: Daniel Galeana

Para João, el que el público inversionista haya decidido invertir en la plataforma sin que la pandemia haya sido superada del todo es una muestra del acierto que ha representado la diversificación por la que tuvo que atravesar, así como del potencial que se está viendo en el mercado del wellness.

"La inversión es una confirmación de que no sólo nosotros vemos esta oportunidad en la que hemos trabajado tanto para poder implementar, también otras personas, inversionistas profesionales que quieren conocer diferentes mercados y saben de la gran necesidad de las personas por vivir una vida más sana".

De acuerdo con los datos que se han hecho públicos, del cierre de 2019 a la fecha la base de clientes corporativos de la plataforma ha crecido alrededor de 50%.

Según João, buena parte del crecimiento que se ha observado durante la pandemia se debe a una renovada conciencia por parte de los corporativos de ofrecer la posibilidad a sus empleados de cuidar su salud.

Así, dice, el 2021 y 2022 se están ubicando como años de consolidación para la empresa, con mayor expansión regional y la inclusión de más productos de bienestar más allá de la actividad física, incluso con la posibilidad de empezar a incursionar en el sector de seguros médicos.

"Muchas veces nos quedamos un poco acostumbrados a tener este producto con éxito por acá y así quedarnos, pero no estamos mirando con mucha atención a nuestros clientes sobre cuáles son sus necesidades.

"Creo que este último año lo que nos ha enseñado es que como empresa tenemos mucho más capacidad de ejecución de lo que creíamos, (...) hoy hacemos las cosas, creo, de una forma mucho más eficiente, y siempre vamos a llegar a una nueva solución o a crear alguna cosa sin que importe el producto que se necesite. Cuando tenemos todo esto en firme pienso que podemos lograr cosas mucho más relevantes de las que hemos hecho".

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Durante los primeros seis meses del 2020 los gimnasios estaban completamente cerrados, las personas confinadas, las economías en crisis y los inversionistas temerosos, aún así la plataforma de wellness (bienestar) más grande del mundo, Gympass, alcanzó una valoración por 2 mil 200 millones de dólares, confirmando así su presencia en el exclusivo club de unicornios tecnológicos.

João Barbosa, co-fundador de la empresa, recuerda esos días como un momento de cambio, decisiones rápidas y mucho trabajo, en el que salir con soluciones innovadoras para la industria del bienestar representaban la diferencia entre vivir o morir.

Hoy, más relajado, platica sobre cómo Gympass pudo no sólo sobrevivir para contar su historia, sino que hoy con una cara nueva y más compleja se encamina a capitalizar lo logrado en medio de la crisis del año pasado.

Gympass es la plataforma de beneficios corporativos de wellness más grande del mundo. Actualmente mediante ella más de 3 mil empresas en todo el mundo ofrecen a sus trabajadores el acceso a 53 mil gimnasios y establecimientos deportivos.

Gracias a un modelo pay once enter all, las empresas pagan a Gympass para que ésta les dé acceso ilimitado a los trabajadores a instalaciones deportivas asociadas, que a precio de mercado serían superiores a las reducciones vía nómina que se hacen, sin que esto les represente a los usuarios el pago de inscripción, anualidad o una penalización por salir.

Además de los beneficios para los usuarios finales, el modelo asegura réditos para los centros de actividad física, que se unen a una red global de clientes, aumentan el flujo de visitantes e incrementan su visibilidad.

Por lo anterior es que en diversas ocasiones la prensa ha llamado a Gympass "el Netflix de los gimnasios".

El modelo nace bajo la idea de la democratización de la actividad física en instalaciones de calidad, así como en el creciente interés por parte de las empresas de proveer beneficios que impacten positivamente la vida de sus trabajadores.

Antes de marzo del 2020 Gympass ya era reconocida como una de las startups más disruptivas del ambiente fitness por el valor y los cambios que aportaba en toda la cadena en 3 mil 500 ciudades del mundo en donde operaba.

Fundada en 2012 por los socios Cesar Carvalho, João Barbosa y Vinícius Ferriani, Gympass nació de los constantes ires y venires de Carvalho por el mundo como analista financiero para firmas como CVC o McKinsey, que le hacían imposible acudir a un gimnasio a hacer ejercicio.

"En un momento, estaba pagando membresías en tres gimnasios diferentes al mismo tiempo pero rara vez lograba usarlos. Pensé en una tarifa mensual que me daría acceso a cualquier gimnasio, independientemente de dónde estuviera, de modo que pude mantener una rutina de actividad física incluso con todos los cambios en el trabajo. Lo que descubrimos más tarde fue que las empresas estarían dispuestas a invertir para incentivar a su personal a hacer ejercicio", platicó Carvalho a Forbes en 2019.

João, economista egresado de Stanford con experiencia en Citibank, Santander y CVC así como camarada de César, se unió rápidamente para echar a andar el proyecto que con la anexión de la consultora PwC como primer gran cliente corporativo marcó su inicio como una de las startups más destacadas de Brasil.

Foto: Cuartoscuro

Con el tiempo Gympass marcó su expansión global con su llegada a México en 2015 y Europa para más tarde hacer de Estados Unidos su centro de operaciones en 2017. Hoy alcanza a 10 países con clientes de altos vuelos en prácticamente todas las áreas de la economía como AB-Inbev, P&G, Metlife, PayPal, Ford, Sigma, Coca Cola FEMSA, Pfizer o Novartis, por sólo mencionar algunos.

Sin embargo, según reconoce João, el modelo estaba basado en una hipótesis de mercado que el tiempo probaría equivocada: las personas siempre iban a estar dispuestas a salir de su casa e ir al gimnasio.

"Antes de la emergencia sanitaria teníamos 100% de nuestro modelo basado en las visitas a los gimnasios, estudios y a los servicios tradicionales. Se presentó el problema de cómo íbamos a apoyar a nuestros aliados a mantener sus ingresos cuando cerraron las puertas y no tenían ninguna condición de continuar generando ingresos y mantener a sus colaboradores.

"Tuvimos el gran reto, no solamente para los clientes, pero para todas las empresas del sector fitness, de hacer una reinvención de nuestro modelo de negocio".

Como recuerda João, la industria del fitness presencial y de gimnasios fue de las primeras en cerrarse completamente de la noche a la mañana, mientras la pandemia fue tocando tierra en todos los países del mundo.

Una a una las fuentes de ingresos para Gympass se fueron apagando conforme el confinamiento se hizo norma, los gimnasios estaban imposibilitados para trabajar y las empresas empezaron a recortar beneficios preparándose para una crisis económica mundial.

GUERRILLA DE GIMNASIOS

"Creamos dos comités de guerra que básicamente eran ver dónde podíamos ahorrar dinero y qué cosa necesitamos hacer para sobrevivir, y el otro era para encontrar qué tipo de oportunidades podríamos generar a nuestros aliados".

Según explica João durante los primeros meses de pandemia Gympass tuvo que echar a andar en cuestión de semanas planes que estaban en un horizonte de hasta tres años en el futuro en aquel entonces.

Así, la empresa tuvo que reevaluar su estrategia de marketing y se enfocó en el desarrollo de nuevas verticales de negocio.

"La intención inicial era continuar nuestra expansión internacional y manteniendo el mismo modelo de negocio que teníamos pero con la pandemia tuvimos todo este cambio y accionamos en dos meses todo lo que tal vez podría habernos tomado dos o tres años. En razón de eso hoy tenemos una empresa mucho más completa".

Primero, desarrollaron una plataforma de booking de clases a distancia, en la que clientes, coaches y espacios ociosos encontraban una manera de monetizar el tiempo muerto durante el encierro.

En lugar de ofrecer a sus usuarios un espacio físico en el gimnasio más cercano, Gympass migró a un modelo en el que estos hacían reservaciones de clases vía streaming en el horario que mejor les acomoda.

"Un coach de Querétaro ahora puede ofrecer una clase para una persona que está en Monterrey. Entonces, si a una persona le gustaría hacer una lección de yoga a las 8 de la noche, reserva una lección con el gimnasio con la mejor recomendación. Con esto logramos expandir mucho la base de clientes o las oportunidades para los gimnasios".

De esta manera es que las clases en línea pasaron de representar el 0% de reservaciones tramitadas a través de Gympass antes de la pandemia a ser hoy más del 50% conforme las economías se han ido abriendo.

En una segunda etapa y ya con el andamiaje del booking en línea, Gympass desarrolló un marketplace dentro su app en el que comenzó a ofrecer servicios más variados dentro de la industria más allá de clases, tales como servicios de nutrición, terapias de salud emocional, clases personalizadas, sesiones de meditación y otras disciplinas.

Resultado de esto, comparte João, es que Gympass en sólo meses ha transitado de ser una plataforma centrada en clases presenciales y sesiones de entrenamiento en gimnasios, a una con una oferta más holística en torno al wellness con una mucho mayor penetración tecnológica en su modelo.

De tal calibre son los cambios, comparte, que el nombre de Gympass está siendo revaluado por la empresa pues ya no representa del todo las múltiples verticales que hoy ya alberga.

"Un gran cambio que tuvimos que hacer fue el podernos adaptar y continuar ofreciendo la posibilidad para que todas las personas sean más activas pero implementando nuevas tecnologías.

"Sabíamos del potencial de todas estas soluciones y teníamos la intención de activarlas pero no estaba en nuestros planes de largo o mediano plazo. Para nosotros hoy Gympass es un servicio mucho más completo con todos los pilares del wellbeing que hemos implementado y no solamente de actividad física".

Todos estos cambios han sido bien recibidos por el público inversionista.

Sólo desde el 2019 la plataforma ha logrado captar 520 millones de dólares en capital. Primero 300 millones en junio de aquel año y luego otros 220 millones apenas en junio del 2021. En ambas rondas participó el Softbank japonés, que al día de hoy tiene las manos metidas en algunos de los emprendimientos más relevantes operando en la región, como Uber, Didi, Kavak, Rappi, WeWork o Clip.

Foto: Daniel Galeana

Para João, el que el público inversionista haya decidido invertir en la plataforma sin que la pandemia haya sido superada del todo es una muestra del acierto que ha representado la diversificación por la que tuvo que atravesar, así como del potencial que se está viendo en el mercado del wellness.

"La inversión es una confirmación de que no sólo nosotros vemos esta oportunidad en la que hemos trabajado tanto para poder implementar, también otras personas, inversionistas profesionales que quieren conocer diferentes mercados y saben de la gran necesidad de las personas por vivir una vida más sana".

De acuerdo con los datos que se han hecho públicos, del cierre de 2019 a la fecha la base de clientes corporativos de la plataforma ha crecido alrededor de 50%.

Según João, buena parte del crecimiento que se ha observado durante la pandemia se debe a una renovada conciencia por parte de los corporativos de ofrecer la posibilidad a sus empleados de cuidar su salud.

Así, dice, el 2021 y 2022 se están ubicando como años de consolidación para la empresa, con mayor expansión regional y la inclusión de más productos de bienestar más allá de la actividad física, incluso con la posibilidad de empezar a incursionar en el sector de seguros médicos.

"Muchas veces nos quedamos un poco acostumbrados a tener este producto con éxito por acá y así quedarnos, pero no estamos mirando con mucha atención a nuestros clientes sobre cuáles son sus necesidades.

"Creo que este último año lo que nos ha enseñado es que como empresa tenemos mucho más capacidad de ejecución de lo que creíamos, (...) hoy hacemos las cosas, creo, de una forma mucho más eficiente, y siempre vamos a llegar a una nueva solución o a crear alguna cosa sin que importe el producto que se necesite. Cuando tenemos todo esto en firme pienso que podemos lograr cosas mucho más relevantes de las que hemos hecho".

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