Interjet ya no volverá a volar pese al deseo y “buenas intenciones” de sus directivos, ya que la sentencia de quiebra dictada por un juez federal es prácticamente el fin de la empresa, consideró Fernando Gómez Suárez, especialista del sector aéreo.
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“Ya no hay vuelta atrás. Cuando se emite una resolución en ese sentido de quiebra es porque el juez ordena rematar o subastar todos los activos que tenga”, destacó el especialista.
El pasado 4 de abril, el Juzgado Segundo de Distrito en Materia de Concursos Mercantiles emitió una sentencia en la que declaró en quiebra a la aerolínea y ordenó el remate de todos sus bienes para liquidar sus compromisos financieros con distintos acreedores, como son trabajadores, dependencias federales y bancos, por mencionar a algunos.
Entre estos acreedores están el SAT, a quien la aerolínea debe más de 30 mil millones de pesos en impuestos, y Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), con una deuda que suma unos dos mil 600 millones de pesos, según autoridades.
Luego de que la sentencia de quiebra se hizo pública este lunes, el CEO de Interjet, Alejandro del Valle, insistió en que la empresa mantiene su plan de reestructura con miras a volver a volar este año.
“Ya estamos por terminar la reestructura, estamos a días, gracias a que contratamos a una de las mejores empresas en el mundo que es Morgan Stanley”, dijo el directivo en un video.
De acuerdo con De Valle, será en mayo cuando paguen a los trabajadores y en julio al fisco, como primeros pasos para salir del concurso mercantil al que ingresó la aerolínea en agosto del año pasado.
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Sin embargo, Gómez Suárez dijo que la empresa no tiene recursos para pagar sus deudas, ya que incluso los bienes con los que cuenta, resultan insuficientes al tratarse solo de un edificio en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
En agosto del año pasado, Carlos del Valle, director general adjunto de la aerolínea, dijo a este diario que ya había un fondo de inversión mexicano dispuesto a poner estos recursos, aunque omitió dar el nombre por temas de confidencialidad. Para Gómez Suárez, "eso es ilusorio".
