En todo el país, el precio de los alimentos es una constante, siendo el del limón el que más ha llamado la atención ya que de estar en menos de 20 pesos el kilo ahora ronda los cien pesos.
Productores limoneros de varios puntos del país se muestras contentos por la ganancia extra que han obtenido en los últimos meses, y aseguran que el precio subió porque a ellos también les cuestan más sus insumos: desde la mano de obra de recolectores y empacadores, hasta el fertilizante que, gracias al conflicto bélico en Europa, subió hasta un 400 por ciento más.
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Además, varios de ellos señalan a la inseguridad y el robo hormiga como un factor muy importante en esta escalada de precios.
Mientras para los productores los precios altos son una gran noticia, en el corredor limonero veracruzano lo enfrentan como un problema grave por el robo de frutos y las empacadoras sufren por la escasez del limón para exportación.
Productores veracruzanos de limón están viviendo “un sueño” al vender su producto hasta en mil 800 pesos por caja, cuando en años anteriores se solía vender en 200. Y es que los factores climatológicos sumados a conflictos sociales en otras entidades han provocado que el precio del cítrico suba de manera estrepitosa.
Desde enero pasado, el limón veracruzano se ha vendido en un promedio de mil 200 pesos la caja de 27 kilos y se espera que los precios altos se mantengan al menos dos meses más antes de la llegada de las lluvias a la entidad.
La bonanza económica que ha dejado el producto se ha visto reflejada en Chavarrillo, localidad ubicada a 15 kilómetros de Xalapa, en donde las casas lucen recién pintadas y la gente se mira contenta. Y es que en la comunidad perteneciente al municipio de Emiliano Zapata casi todos viven del limón, por lo que las ganancias extras con las que iniciaron este 2022 les han permitido salir de deudas y tener más dinero a la mano.
Sin embargo, no todas son buenas noticias ya que los altos precios en el mercado nacional e internacional han provocado el aumento de robos en los sembradíos de la zona. Desde hace varios meses, los productores han tenido que vigilar muy de cerca sus terrenos o hasta cortar el producto antes de tiempo para impedir que “les rasuren” los árboles.
Crispino Ruíz siembra limón persa desde hace aproximadamente 30 años, cuando cambió el café por este cítrico. Pionero en este producto, el hombre ha visto como los cafetales de la región son reemplazados por árboles de limones que permiten cosechar todo el año con cortes hasta cada 15 días.
Sin embargo, en tres décadas es la primera vez que le toca presenciar un fenómeno como el que está viviendo el limón al venderse en hasta mil 800 pesos por reja. Reconoce que de manera regular en los primeros meses del año el precio se eleva debido a que los árboles bajan su producción por excesos de lluvias o por sequías prolongadas. Sin embargo, nunca había alcanzado un precio como el de este 2022. “Es un fenómeno que se repite casi cada año, nada más que ahorita se fue a los excesos”, reconoce,
Robo Hormiga
Sin embargo, Álvaro Ruíz González, pequeño productor de limón de la localidad de Chavarrillo, denuncia que, aunque están viviendo “un sueño” por los precios altos, el corredor limonero de la zona que contempla a varios municipios comparte un problema grave: el robo de frutos en los sembradíos. Reconoce que, en su mayoría, los robos se dan por parte de personas de las mismas comunidades y que el pueblo actúa como “cómplices callados” ya que para que sean procesados deben ser captados infraganti en los robos.
“Es algo muy tentador por el precio, pero la verdad es que si esos que roban te ayudaran a abonar y a limpiar, pues se dividen las ganancias pero solo ayudan a cosechar. Es donde se vuelve una injusticia por donde se quiera ver”.
Y aunque aún auguran varias semanas de precios altos, los campesinos ya sueñan con algo más y han buscado agruparse para vender su producto de manera más directa, sin intermediarios. Fue así como Álvaro, junto con 25 productores más de Tlaltetela, Puente Nacional, Totutla, Zentla, Jalcomulco, Coatepec y Emiliano Zapata han formado un grupo y junto a un contacto fiable han realizado tres envíos de limón a Estados Unidos bajo el esquema de pequeños productores asociados.
El aumento en el precio del limón de las últimas semanas se debe a varios factores que han sido identificados por productores y empacadores de la región de Martínez de la Torre, Veracruz, la ley de la oferta y la demanda, pérdida de árboles, así como aumento de producción y consumo doméstico en el mercado nacional e internacional.
Al respecto, el presidente de la Asociación de Citricultores de Martínez de la Torre, Humberto Tejeda Rodríguez, confirma que cíclicamente, durante el último mes de cada año y los primeros del siguiente, el precio del limón se incrementa porque no hay producción suficiente.
Ese precio, que él considera justo, puede durar 5 o 6 meses, pero al mes de mayo los precios tienden a descender porque llegan las producciones grandes del limón persa. Por ahora, añade, los productores están aprovechando esos precios que han llegado hasta 60 y 70 pesos por kilo.
Sin embargo, refiere que no todo es felicidad en el campo citrícola porque así como aumentó el precio de la tonelada de los cítricos, también se dispararon los precios de los insumos, como son los fertilizantes, ya que de comprar a 8 mil pesos la tonelada hace un año, ahora la pagan hasta en 25 mil, lo cual podría empeorar ya que la guerra de Rusia y Ucrania comenzará a afectarles cuando el fertilizante ruso, que es el principal proveedor mundial, tenga que llegar en sus nuevos embarques.
En esa misma perspectiva se encuentran los empacadores y exportadores de limón persa, quienes consideran que al bajar el precio del limón por el mes de mayo, la reducción de precios no llegará a los niveles de años anteriores y eso se debe que en el mercado nacional hay más consumo de esta variedad persa, porque ha ido desplazando al limón con semilla y porque en los mercados internacionales, como el de Estados Unidos, los supermercados tienen la tendencia de incrementar su consumo en dos dígitos cada año, es decir, en 5 años, alcanzaría un aumento del 50 por ciento y eso significa aumento de demanda y de precios.
Los empacadores detallan que en enero no se esperaban precios tan altos porque los productores podan sus árboles para tener buena cosecha hasta el mes de marzo de cada año, pero en esta ocasión, en enero la apertura de tiendas y restaurantes por el regreso a la nueva normalidad disparó la demanda.
Para el mes de marzo se llegaron los precios históricos arriba de los 80 pesos, por la alta demanda, además de que, reiteraron, los supermercados han aumentado el consumo y la nueva normalidad abrió las puertas de los centros vacacionales.
Por su parte, las empresas empacadoras de limón en la zona de Chavarrillo, Veracruz, enfrentan pérdidas económicas por el alza en el precio, ya que la exportación a mercados internacionales ha disminuido hasta en 80 por ciento. Y es que, entre la necesidad de cortar antes de que se roben los frutos y la intención de aprovechar los precios altos, se está cortando el fruto a un tamaño muy por debajo de lo que piden las normas de Estados Unidos o Europa.
Arturo Hernández Ruíz, representante de la empresa Cítricos Arturín, asentada desde 2008, reconoce que el arranque de este año ha sido complicado ya que, lejos de tener ganancias, las utilidades se han ido reduciendo. “Para nosotros se ha vuelto un mercado muy difícil”. Explica que esta crisis se debe al tamaño del limón que no cumple con los estándares que se requieren para la exportación.
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Reconoce que la premura de los cortes se debe a que los productores quieren aprovechar el precio alto y que buscan evitar que delincuentes ingresen a los plantíos y les roben la cosecha.
