Frances Arnold, la ganadora del premio Nobel de Química en 2018, está detrás de una iniciativa sostenible que plantea el uso de un perfume de feromonas sexuales para controlar la reproducción del gusano cogollero, una plaga que acecha los cultivos de maíz en México y en otras regiones del mundo.
“La química realizada por la naturaleza es limpia, eficiente, sostenible, y nosotros debemos aprender a hacer algo así”, declaró a la BBC la científica estadounidense que puso a México en su radar con una técnica alterna al uso de pesticidas.
Su objetivo es contener al gusano militar o cogollero. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) se trata de una especie nativa de las regiones tropicales y subtropicales de América.
Las polillas vuelan hasta 100 kilómetros por noche y las hembras ponen hasta mil huevos en toda su vida. Su reproducción es posible gracias a un excelente olfato que les permite encontrar pareja. La científica estadounidense desarrolló una técnica para inhibir esta capacidad y proteger así los cultivos de maíz
Un “perfume” de feromonas evita que las plagas se vuelvan inmunes, como ha sucedido con el uso de fuertes plaguicidas, dijo la ingeniera química y empresaria durante el Foro de Agroteconología para Maíz en México, esta misma semana.
Los ocho millones de hectáreas dedicadas a la producción de maíz están expuestas a la invasión de la plaga. Un productor podría perder hasta la mitad de su cosecha a causa de este gusano, explica a El Sol de México Juan Manuel Lombana, vicepresidente de negocios globales de Provivi.
“Esta tecnología lo que hace es producir esa feromona, la liberamos en el campo y genera confusión en el macho para encontrar a la hembra. Este método de interrupción de la comunicación entre hembra y macho se ha utilizado en cultivos de alto valor económico como el de manzanas y uvas”, explica.
La empresa fundada desde 2013 por la doctora Frances Arnold, junto con sus colegas Pedro Coelho y Peter Meinhold, desarrolla soluciones sostenibles para el control de plagas en la agricultura.
Provivi ha invertido cerca de dos millones de dólares en México. Sus investigaciones han determinado que las feromonas ayudan a controlar las poblaciones de gusano cogollero, los agricultores reducen el uso de insecticidas tradicionales, “el daño que causa la plaga al cultivo se reduce y se protege el rendimiento del cultivo”. Los estudios concluyen que con el calentamiento global el gusano se hace más fuerte. “La plaga es más agresiva a medida que la temperatura va aumentando y en estados como Oaxaca, Chiapas y Veracruz, donde hay agricultores pequeños y con menos tecnología los daños podrían ser más graves", platica Lombana.
El gusano se aloja en el cogollo de las plantas de maíz, consume las hojas y el tallo impidiendo que el agua llegue a la raíz, por lo que se seca.
El uso de feromonas en la agricultura se extiende mientras las críticas le llueven a la industria agroquímica.
El Manejo Integrado de Plagas (MIP) de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la base de las actividades fitosanitarias de ese organismo, combina una variedad de métodos de control que incluye el uso de feromonas por ser una técnica sostenible y de bajo costo que relega como último recurso la utilización de pesticidas.
Empresas en México y otras latitudes buscan escalar esta técnica con fines comerciales en un año en que la salud de las plantas ha sido colocada como una prioridad para la FAO, que recientemente emitió una declaratoria para que 2020 sea el Año Internacional de la Sanidad Vegetal.
Las plantas, dice el organismo, aportan 80 por ciento del alimento del mundo, pero cada año 40 por ciento de los cultivos se pierden a causa de plagas y enfermedades que proliferan cada vez más por el cambio climático y la actividad del hombre.
Provivi está a la espera de que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) le extienda el registro de venta y comercialización de sus productos para el Manejo Integrado de Plagas, que permitirá a los agricultores cambiar la forma como se maneja la plaga de maíz en México.
Lombana previó que para la próxima cosecha que inicia en abril la empresa tenga ya el permiso para operar.
Lombana se reservó el costo de esta técnica, pero apuntó que hay 90 por ciento de eficiencia
