Al menos dos mil 400 empresas constructoras, principalmente micro, pequeñas y medianas, están en riesgo de cerrar permanentemente debido al paro de la industria, que se extenderá hasta finales de mayo, para contener la propagación del coronavirus.
La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) señaló que estas empresas, que representan 20 por ciento de las 12 mil afiliadas, se ubican principalmente en estados como Nuevo León, Quintana Roo, Baja California Sur, Yucatán y la Ciudad de México.
El cierre de estas unidades de negocio significará el despido de miles de trabajadores, además de que hay otras tantas que podrían enviar a sus empleados a descansar sin goce de sueldo ante la imposibilidad de pagarles, advirtió el presidente de la CMIC, Eduardo Ramírez Leal.
Datos oficiales del IMSS señalan que sólo entre el 13 de marzo y el 6 de abril perdieron su trabajo 19 mil 426 trabajadores de la construcción.
La cifra podría crecer 25 veces a finales de este mes. Según Ramírez Leal, hay medio millón de trabajadores que corren el riesgo de que para finales de mes sus patrones ya no puedan pagarles.
La mayor parte de estos empleados, 75 por ciento, es personal eventual, es decir, albañiles, maestros de obra, electricistas, yeseros y plomeros, entre otros; el resto se compone de trabajadores permanentes que son básicamente personal de dirección y administración.
Ramírez Leal destacó que ocho de cada 10 negocios en el sector sonde tamaño micro, es decir, tienen entre dos y 10 empleados, por eso la amenaza de que cierren permanentemente, ya que no cuentan con liquidez para hacer frente a esta crisis.
"Hoy no tenemos cómo enfrentar esta contingencia porque las empresas que representamos son en su mayoría mipymes", apuntó.
De acuerdo con el líder de la industria, las políticas para el sector en las últimas dos décadas no han permitido que este tipo de empresas se desarrollen y generen ahorros.
El viernes, un grupo de trabajadores de la industria se manifestó frente a Palacio Nacional para exigir al Presidente apoyos para reactivar a las empresas.
Aunque el grupo era reducido muestra la desesperación por la que atraviesa el sector, luego de que muchas obras consideradas no esenciales pararon en todo el país como medida para evitar la propagación del Covid-19.
La construcción de vivienda y de complejos comerciales, por ejemplo, está detenida, y aunque la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) mantiene obras como carreteras y caminos, y hay otros proyectos en pie como hospitales, son pocos los trabajos activos, según dijo el presidente de la CMIC.
"Hoy la situación no está tan fuerte porque hay ejecución de obras en muchas partes del país, pero esto se va a agudizar en los siguientes 15 días", aseveró Ramírez Leal.
Indicó que ante la amenaza del gobierno federal de multar a empresas no esenciales que sigan operando durante la jornada de Sana Distancia, que se extendió hasta el 30 de mayo, muchas empresas que trabaja actualmente dejarán de laborar y muchas tendrán que despedir a sus empleados.
Recordó que ante la crisis, el sector de la construcción, junto con otras industrias, ha solicitado al gobierno federal apoyos para evitar el quiebre de miles de unidades de trabajo, pero no han obtenido una respuesta.
"Si no se encuentra un producto financiero para apoyar a estas empresas muchas van a cerrar y habrá perdidas de trabajo", apuntó.
La actividad productiva de las empresas constructoras lleva 19 meses consecutivos con caídas anuales, en la peor crisis para la industria, según datos del Inegi.
Ramírez Leal concluyó que a pesar de que se mantienen en pie grandes proyectos de infraestructura como el inicio de obras del Tren Maya, la mayoría de las empresas del sector se ve amenazada y la falta de apoyos prolongará aún más la crisis de la industria.
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