Como un gran retroceso que traerá consecuencias graves para México, consideró el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la suspensión provisional de la NOM-051 de etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas.
“La decisión es tan desafortunada porque el etiquetado frontal es una de las medidas más efectivas para el combate a la obesidad y en un país como México donde más de un tercio de los niños y adolescentes padecen de sobrepeso y obesidad, una decisión así resulta de gran preocupación”, afirmó Catalina Gómez, jefa de política social de Unicef en México.
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En entrevista con El Sol de México, la funcionaria internacional advirtió que, de prolongarse el fallo de suspensión temporal, otorgado a empresarios del sector de alimentos y bebidas, el impacto en los costos de atención a la salud, así como en la en la productividad del país y de la propia economía, serán “Inimaginables”.
“Una inversión en salud que se vaya a la atención de tratamiento es la manera más ineficiente de manejar un presupuesto público porque esos recursos podrían ir a tareas de prevención”, explicó Gómez.
Por la mañana, Christian Skoog, representante de UNICEF en México, se pronación porque las autoridades mexicanas deben de publicar y aplicar la NOM-051.
“En nombre de UNICEF hago un llamamiento a los tomadores de decisiones para que la NOM-051 se publique en el Diario Oficial de la Federación tal y como fue aprobada por el grupo de trabajo y que se dé inicio a su implementación lo antes posible. Nuestros niños lo merecen y además es su derecho”, expresó en el marco del Día Mundial de la Obesidad.
Destacó, asimismo, que, de continuar la afectación del sobrepeso y obesidad en México, el país podría experimentar para 2030 una reducción de hasta cuatro años de la expectativa de vida promedio, la más elevada entre países miembro de la OCDE.
También dijo que la emergencia epidemiológica por diabetes y obesidad declarada en nuestro país desde 2016 continúa poniendo en peligro la salud de los niños, niñas y adolescentes, por lo que urge priorizar su salud, por encima de intereses cuyo objetivo no es el bienestar público.
“El etiquetado frontal está basado en evidencia sólida, ha sido diseñado por medio de metodologías robustas y va dirigido a orientar objetivamente medidas de salud pública para beneficio de la población. No cabe duda alguna,” insistió la funcionaria de Unicef.
Destacó que un etiquetado adecuado debe proporcionar información clara, veraz y de fácil comprensión tanto para adultos como niños, además de utilizar perfiles nutrimentales validados por expertos en la materia que defiendan intereses de salud pública y una alimentación saludable.
