Las empresas estadounidenses de tarjetas de pago Visa y Mastercard anunciaron este sábado que suspenderán sus operaciones en Rusia, como consecuencia de la invasión lanzada por el país contra Ucrania.
De acuerdo con un comunicado publicado en el portal de internet de Visa, la empresa se encuentra trabajando con sus clientes y socios en Rusia para poner fin a sus operaciones en los siguientes días.
"Las tarjetas Visa emitidas en Rusia no podrán realizar operaciones fuera del país, y las emitidas por instituciones financieras extranjeras no podrán ser utilizadas en la Federación Rusa", detalla el comunicado.
En el mismo sentido, Mastercard anunció la suspensión de todos sus servicios en el país, como medida adicional a la expulsión de algunos bancos rusos de su red, anunciada en días pasados.
"No tomamos esta medida a la ligera. Mastercard ha operado en Rusia desde hace 25 años [...] Estos han sido y seguirán siendo días difíciles, especialmente para nuestros empleados en Ucrania y sus familias, para nuestros colegas con familiares en la región, para nuestros colegas en Rusia, y para todos los que observamos a la distancia", reza el comunicado de la institución.
Por otro lado,Al Kelly, CEO de Visa Inc., comentó que "estamos obligados a actuar frente a la invasión sin motivos de Rusia contra Ucrania, y los inaceptables eventos que hemos presenciado".
"Lamentamos el impacto que (esta decisión) tendrá en nuestros apreciados colegas, en nuestros clientes, socios, comercios y tarjetahabientes a quienes servimos en Rusia. Esta guerra y la consiguiente amenaza hacia la paz y estabilidad exige que respondamos de acuerdo a nuestros valores", sentenció Kelly.
Visa y Mastercard se convierten así en las últimas empresas estadounidenses en suspender sus operaciones en Rusia derivado de las incursión militar lanzada por el presidente Vladimir Putin contra Ucrania desde hace una semana.
Durante la semana Apple también anunció que dejaría de vender su productos en el mercado ruso, al igual que empresas de otros sectores, como las petroleras BP y Shell, que cancelaron todas sus participaciones e inversiones en Rusia.
