Así como para algunas bandas presentarse en Woodstock fue una oportunidad para consagrarse, para muchos otros este escenario fue la punta de lanza en su carrera musical. En ello puede coincidir Carlos Santana, el músico mexicano que encontró en este festival una oportunidad para hacer despegar su carrera artística con su banda.
El músico compartió durante su visita a México en marzo pasado que este concierto fue parte esencial en su carrera, los recuerdos le son vagos, pues en ese entonces no se encontraba con los cinco sentidos sobre sí. "Sentí no que estaba nervioso, pero sí en un estado de conciencia más elevado", rememora el guitarrista que tocó en este festival el 16 de agosto de 1969.
Y es que durante su presentación, el tapatío se encontraba bajo los efectos de la mezcalina, una droga con propiedades alucinógenas similar a la adrenalina, que había mezclado con LSD, pues su banda que estaba programada para aparecer sobre el escenario alrededor de la medianoche, salió a tocar a las 14:00 horas con un calor abrumador.
"En ese tiempo yo tomaba mucho mezcalina, ayahuasca, LSD, y pensaba que iba a salir a tocar 12 horas después, hasta que nos avisaron que debíamos salir a tocar”, recordó el compositor, cuya interpretación de Soul sacrife con una duración de más de 11 minutos es la más recordada dentro de este espectáculo.
Santana encuentra entre sus recuerdos el momento en que tocaba frente a un público que quedó impactado por la mezcla de sonidos africanos y latinos. "Sentía que estaba en el centro de una ameba de colores. ¡Oh, mierda! Pedí a Dios estar afinado, además de que prometí que si salía bien no lo volvía a hacer", recuerda bromista.
Aunque fue un viaje que cambió su vida, Carlos Santana admite que en aquel momento "lo único en lo que me concentraba era en que Dios me ayudara para poder tocar afinado y estar en tiempo", dice. A pesar de "los contratiempos", la actuación de Santana fue de las más ovacionadas y hoy en día es un referente tanto del festival como de la propia carrera del guitarrista mexicano.
Para ese entonces la agrupación aún no ponía en el mercado su primer disco. Fue hasta dos semanas después que Santana, su álbum homónimo, fue lanzado al mercado.
El material llegó al número cuatro en la lista de éxitos de Billboard y permaneció en este chart durante 108 semanas, además recibió un Disco de Oro en Estados Unidos y hasta la fecha ha vendido alrededor de dos millones de copias en el país norteamericano. El resto es historia.