/ viernes 2 de abril de 2021

El Estaca: todos los chistes deben tener un lugar y un momento. Sin temas tabú

José Ramón San Cristóbal, mejor conocido como El Estaca, ha sido por casi 30 años un entretenedor en la televisión y la radio mexicanas

José Ramón San Cristóbal, mejor conocido como El Estaca, ha sido por casi 30 años un entretenedor en la televisión y la radio mexicanas, que generalmente trabaja en pareja con su amigo Eduardo Videgaray. Ambos hacen comedia subida de tono que, sin embargo, ha debido adaptarse a las nuevas circunstancias sociales y al entorno de lo políticamente correcto, con bastante éxito si se les mide en función de su rating radiofónico y de las descargas en modalidad podcast de su programa La Corneta, que es, por mucho, el más popular de su género.

Cuéntanos de los cambios de tono en el humor, experimentado en los últimos años

Tenemos la fortuna, Eduardo y yo, de tener un programa que sigue gustándole mucho a la gente. Déjame decirte que el humor sí ha cambiado de década en década, lo cual es una cosa buenísima. Yo tenía un tío que fue uno de los fundadores de la XEW y que tenía una amplísima colección de revistas de esas de monitos salaces, de ésas que se llamaban Los Parisinos, que eran cachonderia en general, ya sabes, picantes, y ves que el humor de los años 50 y 60 estaba basado en el humor del patriarcado. Eran chistes de mujeres licenciosas, criticables pero muy divertidas. Ahorita el público en general no acepta ya ese tipo de chistes.

➡️ Reviven en streaming la obra Orgasmos, la comedia

A las mujeres les gusta también reírse y no ser nada más el objeto del chiste. En nuestro programa de radio eso ha sido un reto en los 20 y tantos años que llevamos al aire, el ir adecuando el humor a lo que sigue siendo atractivo para la mayor parte de los escuchas, sean hombres o mujeres o personas con otras preferencias sexuales.

O sea, se debe de poder hacer siempre chistes de mujeres, de homosexuales, de gente de color, de judíos, de quien tú quieras. Un buen chiste es un chiste que primero te hace pensar y te sorprende. Yo creo que es la base del humor: que te sorprenda lo que se dijo, que no te lo esperabas. Un buen chiste no debe ser ofensivo. No se deben hacer chistes que ofendan a ese grupo ni que la base del chiste sea poner como una cosa mala una preferencia sexual o ser mujer o ser negro, o afrodescendientes, si te quieres ver más elegante.

El chiste que ridiculiza a alguien por sus preferencias o raza ya es un mal chiste. Ése ya no jala, a la gente ya no le late, pero sí tiene que haber un lugar y un momento para todos los chistes, en donde no haya tema que sea tabú.

¿Es penado por la gente hacer chistes de mariconcitos o de pegarle a la mujer? ¿La sociedad te lo sanciona o es tu propio policía interior el que ya no te lo permite?

No, yo creo que el policía interior responde a la necesidad de todos de divertirnos y de encajar (sin albur) y no ser rechazados. Yo creo que si en una fiesta empiezas a contar un chiste y dices “y hay uno de putos…”, desde ese momento habrá varios en la fiesta que digan “híjole, no”, y que no lo quieran oír. No me quiero reír de eso, no quiero participar de él, porque estás utilizando como base del chiste el señalar a un grupo de manera despectiva y ser insultante.

Puedes contar un chiste de una pareja de homosexuales, puede ser muy divertido y muy cotorro, incluso grosero y pasado, mientras no se base en insultar a las mujeres o al grupo que tú quieras. Yo creo que la sociedad sí está dejando atrás el humor misógino.

Si ves por ejemplo una serie americana de los 50, había un personaje que no me acuerdo el nombre, pero que hacía como que le iba a pegar a su mujer, y la gente se reía. La gente decía “ah, qué buena onda que no le va a pegar”. Peor ahora no sabes dónde está el chiste de eso.

Sí va rechazando el público y la sociedad en general ese tipo de expresiones. Habla de una violencia que ya no es aceptable, o de una opresión que ya no es aceptable.

Has hecho referencia en tu programa de un sketch de Chabelo de hace 20 años…

Chabelo salía con este cuate Benito Castro, y en cierta parte del sketch Chabelo era un turista en Acapulco y se le acerca el Brody a ofrecerle productos, langostas, no sé cuánta cosa, y de pronto se enoja Chabelo, se levanta y le dice: “mira, yo soy blanco, a mí me respetas”.

➡️ Edgar Vivar: un actor forjado en el teatro

Eso me brincó muchísimo, cómo que me respetas por mi color de piel. Es una cuestión súper racista. En México la verdad es que somos (y hay que vernos como lo que somos) una sociedad muy clasista, muy racista. Si vas a un mercado, como señal de respeto o para agradarte, te dicen güero. La mayor parte de los mexicanos no somos güeros, pero esa cuestión aspiracional está en los anuncios porque los güeros son mejor vistos.

Equiparan al güero al jefe, al patrón…

Exacto. Una persona de tez morena no puede ser patrón, no puede ser jefe. Incluso hay chistes que son juegos de palabras que antes lo hubiéramos hecho en el programa sin problema: “¿Cómo se me ve esta blusa, mi amor?” Y decir “ese color te aprieta”. Estoy diciendo prieta como una cosa mala.

Está cotorro el chiste, el juego de palabras, pero su base es decir que la gente que tiene más pigmentación en la piel es inferior. Entonces como que dices ya no me gusta decir eso no, ya no me late.

Ha evolucionado la sociedad en ese sentido…

Yo creo que sí. La mayor parte. Habrá por supuesto a quien le siga gustando. Habrá reuniones de hombres donde se cuenten chistes horrorosos. Digo en reuniones o comidas, que sean buenos chistes pero que no sean tan aceptados, que no se los contarías a cualquier persona, que no los contarías en un lugar público o que no los contarías en un show de stand up, porque si los dices mucha gente se va a enojar contigo.

Cómo le hacen ustedes para hacer un humor fuerte, en radio abierta. ¿Es una doble dificultad para hacer humor?

Esa es una cosa que de repente estamos muy orgullosos, que la mayor parte de la gente cree que la base del programa son las estridencias, o sea lo fuerte, y no lo es, el éxito de este programa ha sido la variedad de los temas y la forma de abordarlos, que evidentemente todo aderezado por un montón de doble sentido o jueguitos de palabras.

Tenemos una sección que se llama Los Nuevos Neologismos de Hoy, donde jugamos con la lengua. A veces somos muy permisivos con el lenguaje, pero es solamente un aderezo. El programa no se trata sólo de gritar maldiciones.

Lo que yo critico mucho a los espectáculos de stad up, es que a veces nada más se trata de decir la grosería, ¿sabes?, de sólo decir “la ver...”

La grosería por la grosería misma…

Es divertido ocasionalmente, pero es como ir al box y ver un derechazo en el hocico y dices “guau, qué madrazo”, pero después de dos o tres iguales, dices, ya lo vi. Así tiene que evolucionar el humor, para que no sea lo mismo.

A la gente que escribe o que nos ayuda con el programa de televisión le decimos “éste chiste está muy bueno, pero no. De este tipo de chistes no queremos más. De repente pasa que nos pasan chistes del “negrito”. Eso de plano ya tratamos de evitarlo. No vamos a hacer chistes racistas.

➡️ Mantente informado en nuestro canal de Google Noticias

Tiene que haber espacio para cualquier chiste, pero tiene que estar bien puesto en su lugar y en su momento, porque también eso de estar prohibiendo temas me parece que es una decisión peligrosa y limitante.

La puerta a la censura…

Sin duda. “¡Es que no me gusta lo que dices! ¡Les vamos a quitar su programa! Eso no.


José Ramón San Cristóbal, mejor conocido como El Estaca, ha sido por casi 30 años un entretenedor en la televisión y la radio mexicanas, que generalmente trabaja en pareja con su amigo Eduardo Videgaray. Ambos hacen comedia subida de tono que, sin embargo, ha debido adaptarse a las nuevas circunstancias sociales y al entorno de lo políticamente correcto, con bastante éxito si se les mide en función de su rating radiofónico y de las descargas en modalidad podcast de su programa La Corneta, que es, por mucho, el más popular de su género.

Cuéntanos de los cambios de tono en el humor, experimentado en los últimos años

Tenemos la fortuna, Eduardo y yo, de tener un programa que sigue gustándole mucho a la gente. Déjame decirte que el humor sí ha cambiado de década en década, lo cual es una cosa buenísima. Yo tenía un tío que fue uno de los fundadores de la XEW y que tenía una amplísima colección de revistas de esas de monitos salaces, de ésas que se llamaban Los Parisinos, que eran cachonderia en general, ya sabes, picantes, y ves que el humor de los años 50 y 60 estaba basado en el humor del patriarcado. Eran chistes de mujeres licenciosas, criticables pero muy divertidas. Ahorita el público en general no acepta ya ese tipo de chistes.

➡️ Reviven en streaming la obra Orgasmos, la comedia

A las mujeres les gusta también reírse y no ser nada más el objeto del chiste. En nuestro programa de radio eso ha sido un reto en los 20 y tantos años que llevamos al aire, el ir adecuando el humor a lo que sigue siendo atractivo para la mayor parte de los escuchas, sean hombres o mujeres o personas con otras preferencias sexuales.

O sea, se debe de poder hacer siempre chistes de mujeres, de homosexuales, de gente de color, de judíos, de quien tú quieras. Un buen chiste es un chiste que primero te hace pensar y te sorprende. Yo creo que es la base del humor: que te sorprenda lo que se dijo, que no te lo esperabas. Un buen chiste no debe ser ofensivo. No se deben hacer chistes que ofendan a ese grupo ni que la base del chiste sea poner como una cosa mala una preferencia sexual o ser mujer o ser negro, o afrodescendientes, si te quieres ver más elegante.

El chiste que ridiculiza a alguien por sus preferencias o raza ya es un mal chiste. Ése ya no jala, a la gente ya no le late, pero sí tiene que haber un lugar y un momento para todos los chistes, en donde no haya tema que sea tabú.

¿Es penado por la gente hacer chistes de mariconcitos o de pegarle a la mujer? ¿La sociedad te lo sanciona o es tu propio policía interior el que ya no te lo permite?

No, yo creo que el policía interior responde a la necesidad de todos de divertirnos y de encajar (sin albur) y no ser rechazados. Yo creo que si en una fiesta empiezas a contar un chiste y dices “y hay uno de putos…”, desde ese momento habrá varios en la fiesta que digan “híjole, no”, y que no lo quieran oír. No me quiero reír de eso, no quiero participar de él, porque estás utilizando como base del chiste el señalar a un grupo de manera despectiva y ser insultante.

Puedes contar un chiste de una pareja de homosexuales, puede ser muy divertido y muy cotorro, incluso grosero y pasado, mientras no se base en insultar a las mujeres o al grupo que tú quieras. Yo creo que la sociedad sí está dejando atrás el humor misógino.

Si ves por ejemplo una serie americana de los 50, había un personaje que no me acuerdo el nombre, pero que hacía como que le iba a pegar a su mujer, y la gente se reía. La gente decía “ah, qué buena onda que no le va a pegar”. Peor ahora no sabes dónde está el chiste de eso.

Sí va rechazando el público y la sociedad en general ese tipo de expresiones. Habla de una violencia que ya no es aceptable, o de una opresión que ya no es aceptable.

Has hecho referencia en tu programa de un sketch de Chabelo de hace 20 años…

Chabelo salía con este cuate Benito Castro, y en cierta parte del sketch Chabelo era un turista en Acapulco y se le acerca el Brody a ofrecerle productos, langostas, no sé cuánta cosa, y de pronto se enoja Chabelo, se levanta y le dice: “mira, yo soy blanco, a mí me respetas”.

➡️ Edgar Vivar: un actor forjado en el teatro

Eso me brincó muchísimo, cómo que me respetas por mi color de piel. Es una cuestión súper racista. En México la verdad es que somos (y hay que vernos como lo que somos) una sociedad muy clasista, muy racista. Si vas a un mercado, como señal de respeto o para agradarte, te dicen güero. La mayor parte de los mexicanos no somos güeros, pero esa cuestión aspiracional está en los anuncios porque los güeros son mejor vistos.

Equiparan al güero al jefe, al patrón…

Exacto. Una persona de tez morena no puede ser patrón, no puede ser jefe. Incluso hay chistes que son juegos de palabras que antes lo hubiéramos hecho en el programa sin problema: “¿Cómo se me ve esta blusa, mi amor?” Y decir “ese color te aprieta”. Estoy diciendo prieta como una cosa mala.

Está cotorro el chiste, el juego de palabras, pero su base es decir que la gente que tiene más pigmentación en la piel es inferior. Entonces como que dices ya no me gusta decir eso no, ya no me late.

Ha evolucionado la sociedad en ese sentido…

Yo creo que sí. La mayor parte. Habrá por supuesto a quien le siga gustando. Habrá reuniones de hombres donde se cuenten chistes horrorosos. Digo en reuniones o comidas, que sean buenos chistes pero que no sean tan aceptados, que no se los contarías a cualquier persona, que no los contarías en un lugar público o que no los contarías en un show de stand up, porque si los dices mucha gente se va a enojar contigo.

Cómo le hacen ustedes para hacer un humor fuerte, en radio abierta. ¿Es una doble dificultad para hacer humor?

Esa es una cosa que de repente estamos muy orgullosos, que la mayor parte de la gente cree que la base del programa son las estridencias, o sea lo fuerte, y no lo es, el éxito de este programa ha sido la variedad de los temas y la forma de abordarlos, que evidentemente todo aderezado por un montón de doble sentido o jueguitos de palabras.

Tenemos una sección que se llama Los Nuevos Neologismos de Hoy, donde jugamos con la lengua. A veces somos muy permisivos con el lenguaje, pero es solamente un aderezo. El programa no se trata sólo de gritar maldiciones.

Lo que yo critico mucho a los espectáculos de stad up, es que a veces nada más se trata de decir la grosería, ¿sabes?, de sólo decir “la ver...”

La grosería por la grosería misma…

Es divertido ocasionalmente, pero es como ir al box y ver un derechazo en el hocico y dices “guau, qué madrazo”, pero después de dos o tres iguales, dices, ya lo vi. Así tiene que evolucionar el humor, para que no sea lo mismo.

A la gente que escribe o que nos ayuda con el programa de televisión le decimos “éste chiste está muy bueno, pero no. De este tipo de chistes no queremos más. De repente pasa que nos pasan chistes del “negrito”. Eso de plano ya tratamos de evitarlo. No vamos a hacer chistes racistas.

➡️ Mantente informado en nuestro canal de Google Noticias

Tiene que haber espacio para cualquier chiste, pero tiene que estar bien puesto en su lugar y en su momento, porque también eso de estar prohibiendo temas me parece que es una decisión peligrosa y limitante.

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Sin duda. “¡Es que no me gusta lo que dices! ¡Les vamos a quitar su programa! Eso no.


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