La actriz Olivia Newton-John desde un principio se sintió insegura para interpretar a la dulce Sandy Olsson, pues anteriormente tuvo una mala experiencia con un musical que no tuvo mucho éxito y además, su edad no la convencía.
Para la película de Grease (Vaselina), la también cantante tenía que representar a una joven de 18 años cuando ella tenía 29, siendo la razón principal para rechazar el papel, sin embargo su compañero no permitió que eso sucediera.
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"Creía que a mis 29 años era demasiado vieja para hacer de una alumna de instituto", contó la actriz australiana en 2017 en entrevista para The Telegraph.
Olivia contó que John Travolta tenía 23 años y estaba disfrutando del éxito en Fiebre de sábado por la noche, por lo que creía era el candidato perfecto para ser Danny Zucko, pero ella no creía encajar bien como su compañera.
Ante esta situación, Travolta estaba decidido de tenerla a ella en la cinta y se esforzó para convencerla, según declaraciones de Joel Thurm, director de casting, a la revista People.
"John ya estaba elegido y él me preguntó: '¿Qué piensas de Olivia?' y dije: 'Ella es maravillosa'. Él dijo: '¿Qué piensas de ella para Sandy? Esa es una gran idea'. Y una vez que John dijo eso y vi que es lo que quería, no tuve ninguna duda".
Era Olivia Newton-John o no era nadie
Además de creer que Newton-John era la indicada para el papel, Thurm no tenía a otra actriz contemplada, así que se concentró en darle lo que pidiera para que aceptara trabajar en Vaselina y entre las peticiones estaba hacer un ensayo con Travolta para actuar como Sandy y mirar una grabación de prueba.
Después de revisar la cinta, Olivia aceptó el papel, ahora solo le molestaba ser más grande que Travolta, pero su química en el set era evidente y difuminó todas las dudas, lo que culminó no sólo en una interpretación exitosa, sino que también en una amistad de más de 40 años.
La película fue un gran éxito y se convirtió en la más taquillera de su año, marcó a toda una generación al representar un amor de verano y diversos conflictos a los que se enfrentan los jóvenes, como la sexualidad y los trastornos alimenticios.