Hay muchas incógnitas sobre cómo es la vida dentro de las familias reales, pero sin duda las reglas son estrictas, sin embargo la rebeldía no deja de hacerse presente y este es el caso de Estefanía de Mónaco, una princesa que lo dejó todo por amor.
Si se pone en perspectiva, que una mujer con línea directa al trono europeo decidiera irse para formar parte del circo, parecería una verdadera locura, pero la realidad muchas veces supera la ficción, ¿cierto?
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Pero la vida amorosa de Estefanía no siempre fue la mejor, pues tuvo antes algunas decepciones; su primer matrimonio fue con Daniel Ducret, su guardaespaldas, el cual duró apenas un año.
El motivo de la ruptura, de acuerdo con un artículo de Mujer Hoy, fue la filtración de unas fotografías donde se le ve a Ducret pasando el rato con una striper en la alberca. Eso dio fin a una familia con dos hijos; Louis y Pauline.
En 1997, la princesa tuvo a otra hija, Camille, cuyo padre en un principio era una persona desconocida, pero después se supo que se trataba de otro de sus guardaespaldas llamado Jean-Raymond Gottlieb.
Estefanía encuentra el amor en el circo
Posteriormente y gracias a su padre, Estefanía conoció al hombre que la enamoró de tal forma, que la hizo tomar la decisión de olvidarse del trono y dedicarse de lleno al mundo del circo.
Durante un viaje con su papá al Festival Internacional de Circo en Montecarlo conoció a Franco Knie, domador de elefantes y dueño del Circo Nacional suizo y el amor entre ambos se dio instantáneamente.
Mi padre me heredó el amor por el circo y los elefantes
Durante una entrevista a un medio británico, Estefanía de Mónaco confesó que su gusto por este espectáculo y los animales fue herencia de su padre Rainiero, razón por la que tuvo una fuerte conexión con Knie.
A pesar de que ambos pasaron tiempo juntos en una caravana en Zúrich, su nuevo amante no era libre y cuando la esposa de éste supo del romance se negó a otorgar el divorcio, obligando a Estefanía a regresar a su vida en el palacio.
No duró mucho tiempo, pues un nuevo amor la regresó al circo y así volvió a casarse, pero ahora con un trapecista de origen portugés llamado Adans Lopez Peres.
Esta nueva unión le causó serios problemas con la familia real, tanto que la ceremonia se llevó a cabo de manera privada y en ausencia de las familias de ambos y además, la princesa por poco es desheredada.
De nuevo, la relación no duró mucho y un año después la pareja se separó, aunque el cariño por los animales y el circo nunca se alejó de Estefanía.
Actualmente se ha visto envuelta en diversas polémicas por las medidas que ha impulsado Francia para prohibir el uso de animales en los circos, mismas que son discutidas por la princesa, pues asegura que las especies que ella resguarda están bien cuidadas.