Reza la frase “ten cuidado con lo que deseas” y, en efecto, artistas, empresarios y personal que se desarrolla dentro del medio del entretenimiento deseaban volver a la “normalidad” o a una situación similar o muy cercana a la que se vivía antes de la crisis sanitaria por Covid-19.
Después del encierro de la población, la cancelación en masa de cientos de conciertos, festivales y tours mundiales, el anhelado regreso, ya sin restricciones y con luz verde para las concentraciones masivas, los empresarios y promotores ahora se enfrentan a una sobreoferta de eventos.
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El público tiene decenas de posibilidades ante una cartelera saturada. En un mismo día puede estar en el Foro Sol un artista internacional, mientras que en la Arena Ciudad de México se ofrece una oferta local, otro día en el Auditorio Nacional está Danny Ocean y en el Lunario un show íntimo con Francisco Céspedes; el madrileño C. Tangana en el Palacio de los Deportes y Danna Paola en el Coloso de Reforma o Guns’n Roses en el Estadio Azul.
Hay para todos los gustos y presupuestos, pero para promotores y empresarios, el reto ahora está en posicionar mejor cada uno de sus espectáculos, ofrecer mucho más que la competencia y así atraer la atención del público.
“Todos los artistas y la industria salieron a trabajar, antes había shows por los que esperabas seis meses o un año, porque estaban de gira, ahora no. Eso ha sido complicado, porque una persona decide el día de mañana ir a ver a un artista internacional en la CdMx o ir al 90s Pop Tour y aquí la decisión está en que si Harry Styles viene una vez cada cinco o seis años probablemente y el 90’s se presenta cada tres o cuatro meses en la Arena”, afirma el empresario Ari Borovoy en entrevista con El Sol de México.
“Te enfrentas a lograr captar la atención de la gente, al final ellos deciden: ‘lo mío lo mío es esta música o lo mío es ir a cantar con las JNS, con Sentidos Opuestos, Lynda, Érik Rubín, Kabah, etc.’”, agrega.
No hay dinero para tanto
Y, si bien hay mucha oferta de espectáculos, la realidad es que la economía de la población no es igual a la que se tenía previo a la pandemia, al menos así lo considera el productor y promotor de eventos Jorge Mata, que está a cargo de shows en Torreón, Durango, Chihuahua y otros estados del norte del país.
“Mucha gente se quedó sin trabajo, no tiene para gastar tanto porque optó por otras prioridades, creo que ha habido una efervescencia de espectáculos en todo el país y espero que el próximo año se estabilice porque sí hay mucha oferta”, comenta Mata en entrevista.
“A parte de la sobreoferta, hay mucha demanda, hay algunos empresarios que en sus propias ciudades quieren llevar a cierto artista, pero luego hasta te quieren bajar de presupuesto, eso también afecta como productores”, comparte la empresaria Bárbara Baeza, que encabeza la agencia Pro Artte.
Otro de los problemas a los que se enfrentan los productores es la discriminación de géneros que existe en el mercado. Muchos de ellos reconocen que, si tienen un artista contemporáneo de un género ajeno al regional mexicano es mucho más difícil que se logre un contrato.
“De que la gente está deseosa de espectáculos, de shows, de salir y de ver eventos eso es real, la situación es que muchas veces, por ejemplo, los gobiernos que contratan eventos para festivales de pueblo se abocan sólo a un género, sólo quieren grupero, por ejemplo, y no le dan la oportunidad a otro tipo de música de presentarse en las ferias”, expresa Baeza.
Quieren una experiencia completa
La edad también influye mucho, coinciden los entrevistados, ya que, arriba de los 30 años aproximadamente, se es más meticuloso en cuanto a los gastos que se tienen, a diferencia de los más jóvenes que pueden conseguir recursos de parte de sus padres.
Cada uno de los productores, empresarios y directores de recintos han optado por ofrecer nuevas formas de disfrutar los shows, con el fin de atraer al público.
Por ejemplo, la directora de la Arena Ciudad de México Angélica Oropeza explica que después del confinamiento ha observado que el público ya no se limita a llegar directo a escuchar sólo un concierto, sino que buscan una visita más completa.
"La gente quiere más experiencias, más cosas interactivas, sentir más. Ya no esperan a sentarse a ver el show, sino a vivirlo. Por eso, los diseñadores se han preocupado más para que toda esta parte de la escenografía, la parte visual sea más atractiva", sostiene.
Entre las experiencias que reforzaron en ese lugar fue la implementación de la llamada "Kiss cam" y la "fun cam" (que consiste en enfocar a los asistentes en la pantalla del recinto para que se tomen la foto), y ofrecer espacios limpios y sanitizados para que se sienten a disfrutar sus alimentos antes de que inicie el concierto.
Otra alternativa es no incrementar tanto el precio de los boletos, eso ha ayudado a que se realicen sold outs en diferentes shows, cuenta Oropeza.
Lograron récords
Pero no todo es negativo en la vuelta a la “normalidad” ya que los empresarios entrevistados reconocen que lograron tener algunos récords en sus proyectos. Por ejemplo, en el caso de Ari Borovoy, este año logró llenar en cinco ocasiones la Arena CDMX, con su show noventero, con 25 mil personas cada una.
En el caso del 90s ya celebró su décimo séptima presentación, desde la creación del concepto, mientras que nacen otro proyecto llamado 2000 Pop Tour, que se anunció en pandemia, pero se concretó al término de ésta y curiosamente, la venta de boletos total se logró días previos al show.
En el Coliseo Centenario en Torreón se ofrecieron cerca de 70 shows, de abril del año pasado a la actualidad.
El mayor récord de Jorge Mata fue la logística del espectáculo de la Banda MS el pasado 15 de septiembre en la Plaza Mayor de Torreón, Coahuila, en donde hubo una afluencia de 120 mil personas.
Y, tras el anuncio del concierto de Ricardo Arjona en esa misma ciudad, el pasado mes de octubre, los seis mil boletos ofertados se vendieron en tan sólo una semana.
Por otro lado, la Arena CdMx tuvo un total de 92 eventos (incluyendo públicos y privados), veintidós fueron enfocados a los deportes, algo que les ayudó a posicionarse en esa área; antes de que termine el año ofrecerán nueve presentaciones más y para el próximo año ya tienen confirmados 115 espectáculos.
A esto se agregan los tres festivales más importantes que se realizan en el año: Vive Latino, Corona Capital y Flow Fest, todos organizados por Ocesa, que aunque no lograron romper los récords anteriores de asistencia, son hasta el momento los eventos masivos que más gente han logrado reunir, tomando en cuenta que son maratones musicales que duran al menos dos días.